¡¡¡Más audiencia, que es la guerra!!!
Este podría ser el grito de apareamiento –o de lo que sea- de cualquier programar televisivo que se precie en estos locos, locos tiempos de confusión mediática que vivimos.
La proliferación de los canales en abierto en esta España mía, esta España nuestra, que nació augurando un revulsivo en cuanto a cantidad y calidad de la programación, ha resultado ser una excusa maravillosa para que los mandamases de las cadenas opten por una de estas dos alternativas: o bien meternos hasta en la sopa bodrios de casquería corazonil de lo más reiterativos, o bien lanzarse piedras entre ellos al más puro estilo “rebota, rebota y en tu culo explota”.
¿Qué por qué? Pues en el primero de los supuestos, porque la casquería sale barata, requiere poco trabajo y el programador presupone que somos idiotas y/u/o nos lo hacemos divinamente. Y en el segundo… pues porque argumentar es muy pesado, madre mía, qué tedio. Mejor insulto que es más sencillo y desgasta menos.

Y es que la audiencia, la numérica, no es como las deudas, que se multiplican a sí mismas divinamente. No, no señores. Audiencia potencial somos la que somos, o sea, los 40 y pico millones de españolitos que residimos en terreno patrio y que contamos con aparato televisivo en el salón/cocina/dormitorio. Y claro, 40 entre 2 sale a más que 40 entre 15. Es una simple cuestión matemática.
A este algoritmo de primero de primaria se suma un componente mucho más divertido: la rivalidad política. Las televisiones, como los periódicos y las radios, tienen línea editorial. Es algo lícito… es más, es algo lógico. De hecho, no comprendo por qué algunos medios se empeñan en desmentir sus tendencias políticas. En fin, a lo que vamos, que me desvío.
El caso es que, además de los encontronazos ideológicos entre medios, y de la guerra por las audiencias, a la ecuación hay que sumar un nuevo elemento: las rencillas entre directivos/presentadores/equipos, en algunos casos más ancestrales que el pan.
¿Y qué tenemos si sumamos todo esto?
Pues…
Guerra de audiencias + guerra ideológica + guerras personales = Programación actual en las televisiones españolas. 
Ejemplifiquemos el problema, exactamente igual que lo hacía mi profesor de derecho de los medios:
CASO 1: TELECINCO vs LA SEXTA (O lo que es lo mismo, “Está Pasando” contra “Sé lo que hicisteis…”)Cuando La Sexta, la más joven de las cadenas españolas con emisión en abierto, estrenó “SLQH” el formato resultaba fresco y original. De hecho, para mi lo sigue siendo, pero voy a obviar valoraciones personales para que quede más claro el caso.
El programa basaba su formato en la emisión del clásico “refrito de zapping” que tan famoso hizo la cadena amiga en formatos como “El Buscador de Imágenes”, pero añadía unos presentadores con chispa y unos guiones aún con más chispa, que comentaban las imágenes “robadas” a otras cadenas. Si a esto le adjuntamos algún sketch rozando el absurdo y reportajes en tono de humor al más puro estilo “CQC”, pero con menos malicia y un tono más blanco, obtenemos la fórmula mágica.
El caso es que el formato comenzó a funcionar de forma imprevisible, y ganó audiencias a pasos agigantados, mientras que la cadena líder hasta el momento, Telecinco, perdía puntos de share como quien pierde las llaves un sábado en El Playa. Y ocurrió lo que tenía que ocurrir.

Telecinco comenzó una guerra sin cuartel contra La Sexta, llevando a tribunales el presunto robo de imágenes, que se tornó de “presunto” en “confeso” en cuando La Sexta acató el fallo del magistrado, que les impide emitir imágenes de la cadena amiga. Durante la contienda, Telecinco pasó del ataque “profesional”, más o menos similar al que La Sexta venía realizando, ridiculizando contenidos y formatos, al ataque personal. Patricia Conde, la presentadora de SLQH, aparecía tantas veces en Está Pasando que llegué a creer que había fichado por Vasile. Hasta que le puse el volumen al aparato y escuché que la llamaban “creída”, “sosa”, “antipática” y hasta “recauchutada”. La etapa coincidió con la ruptura de su relación con Dani Martín, el cantante de El Canto del Loco, momento que Está Pasando aprovechó para –agarraos, que vienen curvas-… ¡¡¡Felicitar la cantante por romper con la presentadora!!! Incredible but truth, señores.

Mientras el tribunal deliberaba, los reporteros de uno y otro programa se hacían la vida imposible –parecía que trabajaban juntos, de tanto salir juntos en antena-, hasta que un buen día el tribunal dictó sentencia, y La Sexta tuvo que dejar de emitir imágenes de Telecinco. Eso sí, el veto ha dado mucho juego a los chicos de SLQH, que han aprovechado para aumentar los sketches sobre la cadena amiga, inventando incluso un formato informativo, “Qué está pasando ahora en Telecinco”. Su sketche “Los lunes al sol” batió records de audiencia en antena, y también en la red de redes. Eso sí que es poner al mal tiempo buena cara, y mejores resultados.
A día de hoy, Telecinco reordena compulsivamente su programación, mientras pierde audiencia a puñados, tratando de dar con el talón de Aquiles de los chicos de SLQH, a los que la fortuna les sonríe en forma de ampliación de horario: media hora más al día. Veremos lo que dura.
CASO 2: INTERECONOMÍA TV vs LA SEXTA (ahora que lo pienso, La Sexta está en todas, madre mía, jajajaja)
Para los que no sepan lo que es Intereconomía Tv es una cadena abierta de televisión de corte conservador, que, en este caso, no entra en guerras de audiencias a nivel nacional por el sencillo hecho de que juega en otra liga. Es decir, en este caso, el tema “me has robado mi espectador, devuélvemelo” no entra en la ecuación. Aquí la disputa va de otro palo, concretamente del ideológico.
Todo comenzó cuando La Sexta compró el formato “CQC” y comenzó a emitirlo en horario de prime time, con, reconozcámoslo, moderadísimo éxito de audiencias. Pero en este caso, insisto, nosotros, los pobres mortales que vemos la tele, no somos el motivo de la disputa.

El caso es que el programa continuaba con la misma línea irreverente y reivindicativa de sus inicios –allá en la era Aznar, en Telecinco-, y un buen día envió a Estíbaliz Gabilondo, su reportera, a entrevistar a Carlos Fabra, Presidente de la Diputación de Castellón, con un caso pendiente de juicio que un grupo de vecinos había denunciado. Al no conseguir ser recibida en el despacho del político –algo a lo que el político tiene todo el derecho, pero que desde el punto de vista mediático es un error del quince, os lo digo como profesional, no como blogger-, la reportera se plantó en un pleno al que acudía el presidente para, como se dice en estos casos, tratar de lograr un “canutazo” (o sea, meterle el micro delante y soltar la pregunta, a ver si larga el tío). El caso es que por allí rondaban los compis de Intereconomía TV, vestidos como los reporteros de CQC, que, al detectar a la muchacha, se lanzan a rodearla para impedir que se acerque al político. La refriega termina relativamente mal, pero multiplica la audiencia del programa de La Sexta, mientras que Intereconomía Tv tuvo que saltar a la palestra a desmentir las acusaciones de boicot a –y aquí cito textualmente- “la sobrina de Gabilondo”.

Este primer encontronazo halló cuna y nido en El Intermedio, el magazine diario presentado por El Gran Wyoming, un espacio que analiza desde el humor y la ironía la actualidad política y social. No se sabe muy bien por qué, pero Intereconomía Tv, un buen día, decidió que el programa no le gustaba (bueno, sí se sabe por qué, claro). Quiero decir que lo inexplicable es que la cadena decidiese dedicar buena parte del contenido de uno de sus magazines, “Más se perdió en Cuba”, a poner de vuelta y media a los presentadores de “El Intermedio”. Nótese que he escrito, muy conscientemente, “presentadores”, y no “programa”, porque del contenido del mismo poco o nada se ha criticado en “MSPEC”. Lo que se critica, con adjetivos como “bufón”, “feo”, o “el oficio más antiguo del mundo” (seguido este último de un vídeo de Beatriz Montañez caracterizada de prostituta durante un sketch), es a los presentadores, y nada más que a ellos.
El caso es que el pasado viernes se vivió el hasta ahora último episodio de este culebrón. Intereconomía Tv lanzaba, en “rigurosa exclusiva mundial”, un vídeo en el que Wyoming insultaba a una becaria que interrumpía un ensayo del programa. La emisión fue seguida de un análisis del vídeo en el que el presentador no salía precisamente bien parado.

La Sexta anuncia entonces que el lunes explicará si se trata de un video real o no. Y aquí es donde las audiencias sí entramos en el bote. El Intermedio del lunes multiplica su audiencia exponencialmente, sumando curiosos, cotillas, enemigos deseosos de escuchar las excusas del presentador y acérrimos defensores convencidos de que el video ha sido manipulado. Ya en la recta final del programa, y tras un “recopilatorio” del caso, Wyoming se arranca con las disculpas:
“Tengo que pedir perdón a la audiencia, a nuestra querida compañera… y sobre a Intereconomía Tv por habérsela colado”.
Acto seguido su compañera explica que se ha tratado de una encerrona. Después de que los chicos de “MSPEC” les acusasen de malos profesionales, los de El Intermedio deciden demostrar que no son ellos precisamente los que carecen de profesionalidad, y graban un fake, es decir, un video “falso”. En él Wyoming insulta a la presunta becaria –realmente redactora en plantilla del programa-. El vídeo completo muestra cómo, al terminar el Sketch, el público aplaude mientras la supuesta becaria muestra un cartel en el que pone “Os la hemos colado”. Wyoming, a su vez, luce otro en el que puede leerse: “Soy cabrón, pero no tanto”.
El video, obviamente sin el final completo, es remitido de forma anónima a Intereconomía TV, que responde al correo agradeciendo el favor, pero sin consultar quién o quienes son los remitentes, o de dónde ha salido el video. Emiten el cebo… y resultan cazadores cazados.
Hasta aquí los casos prácticos… y ahora, es el momento de analizar los resultados, que, básicamente, son nefastos.
Pese a que no sorprenda a nadie, quiero dejar claro que soy seguidora tanto de El Intermedio como de Sé lo que Hicisteis. Es el tipo de humor con el que sonrío a diario. Pero me preocupa mucho que estos programas, diferentes, al menos a mis ojos, terminen por entrar al trapo y declarar abiertamente la guerra a las cadenas que los han atacado.

A mi personalmente me molesta como espectadora que se juegue con nosotros de esta manera, básicamente porque creo que nos merecemos un respeto como audiencia. Señores, las leches, se las dan ustedes en casa, si gustan. En antena, hagan el favor de mantener ciertas formas. Tiene que haber mejor manera de ganar share que poniendo a parir a la plantilla de la cadena “enemiga”, y mejores métodos para recuperarlo que impidiendo al programa que me está robando espectadores mantener su ritmo.
La lucha por ganar audiencias debería limitarse a mejorar la programación y dejar de emitir bodrios pasados de moda que han caducado hace siglos. Porque nos merecemos algo mejor que eso… aunque después de saber que en TVE le han pagado una pasta a Ortega Cano por hacer de El Hombre de Hojalata en Mira Quien Baila, empiezo a creer que las cadenas de televisión, al menos algunas, creen realmente que somos idiotas. 
P.D.: Este post es idea de Eva. Espero haber satisfecho tus deseos, para mi, órdenes. Jajajaja.
HOY EN CORUÑA: La
Galería Ana Vilaseco estrena mañana jueves su nueva exposición, plagada de la pintura de
Luis Lleó. Allí podemos vernos a partir de las 20:00, en Padre Feijoo 5, 1º.
SUENA EN MI I-POD: “Sálvese quien pueda”, el último single de los chicos de
Vetusta Morla, uno de esos grupos que todo el mundo se empeña en catalogar. Sale de su álbum “
Un día en el mundo”, que copié descaradamente a mi hermano estas navidades después de que se lo regalase mi tío, o sea su padrino.