El rouge labial es el nuevo negro.
Esta es mi nueva máxima vital, fruto de una larga consideración y de meses de deliberación personal. Y viviré aferrada a él hasta que me de otro rauto, que me imagino que tardará lo mismo que tardan todos los rautos de mi vida: poco.
Sexy, divertido y vibrante. Es mi nuevo lema de estilo, no sin rojo de labios |
Y lo más gracioso de todo, lo verdaderamente divertido, es que nunca he sabido pintarme los labios!!! Llevo maquillándome desde los 14 años, y llevo sin salir de casa con la cara lavada ni se sabe cuántos años. Acumulo una cantidad considerable de potingues en el armarito del baño y hasta sé pintarme el rabillo del ojo con cierta precisión. Pero en todos esto años a penas he debido tener unas tres o cuatro barras de labios, y casi todas en tonos claros, neutros o rosados. Así que nada hacía prever que me fuese a dar por el morro rojo… pero así es.
Todo empezó hace un par de años, cuando compré una barra fucsia intenso de YSL para nochevieja. Me pinté los labios con ella y de repente me encontré arrebatadora… pero en mi día a día la veía inapropiada y poco práctica, así que volví a mi color suave de siempre, que casi era un cacao con brillo.
Este es exactamente el rosa que tengo en casa. Queda espectacular, aunque no es apto para tímidas. |
Entonces, un año después, Chanel sacó su rouge Coco, que me enamoró al instante, y compré una barra en color frambuesa. Monísima. Ideal. Perfecta… Pero me la ponía solo cuando me arreglaba, para salir y esas cosas. Y eso que en el mes de mayo me entró la neura francesa y quería ser etérea y con el morro pintado todo el rato, pero ni con esas.
Y entonces me fui a Madrid con Ely y Pinkocha, y entramos en la tienda MAC de Fuencarral. Y allí estaba: luminosa, vibrante, intensa, un lipstick en color rojo anaranjado que me enamoró. Me lo llevé, claro.
Este es el color al que me refiero. Es suave e hidratante, pero no pringoso, y se adapta bastante bien. |
Ya me estaba arrepintiendo de mi compra –“al final no la voy a usar, verás, me va a dar pereza ponérmela, luego me veo muy puesta, demasiado arreglada, si es que no sé…”- cuando mi amigo Luiscar vino a Coruña a bailar con mi sister y sus compañías (aprovecho y meto cuña publicitaria, no os perdáis al Joven Ballet Attitude y a la Compañía La Mínima).
Luiscar es un gurú de la moda para mi, es así y punto. Y allí estábamos, tomando un mojito y hablando de moda, y de repente, va y me suelta la gran frase “hay que ser como Blair Waldorf, sin miedo al overdress”. Y vi la luz.
Este rojo de labios de Chanel es perfecto para ir muy muy marcada, y pese a ser líquido aguanta bastante bien. El efecto es de muñeca de porcelana. |
Overdress rules, amigas mías. Y vale para todo eh, que puedes ir muy estupenda y muy producida con un vaquero y una blusa, porque esto es cuestión de complementos y actitud, al 50%. El resto es imaginación.
Un labio rojo –o rosa intenso, o frambuesa- se hace besable. El gesto de pintarse los labios me parece sexy, femenino y poderoso. El rouge adecuado puede hacerte olvidar un mal día al instante, y es el cosmético más vendido en el mundo, sobre todo en épocas de crisis, porque te cambia el aspecto por poco dinero de forma inmediata. Y la idea de besar y dejar huella –sutil, siempre sutil- me parece lo máximo.
Así que ahora vivo feliz como una perdiz, pegada a mi barra de labios… bueno, a mis barras, porque desde que en junio decidí que el rouge era el nuevo negro, me he hecho con unas cuantas. Sigo apostando fuerte por las permanentes de MAC, que duran muchísimo y tienen un precio maravilloso, pero tengo un par de Dior estupendas, y por supuesto las de Chanel en rojo, inigualables.
Para retocarte una y otra vez, porque es super hidratante y el color es maravilloso, el Serum Rouge Dior en fucsia intenso. Glamour en estado puro. |
Me las pongo con todo: vaquero y blusa, vestiditos, faldas, bota plana, bailarina, taconazo… el truco, para mi, es evitar la excesiva formalidad. Producida sí, pero avejentada no. Así que si llevo un vestidazo super ideal, procuro que el zapato, o el bolso, contrasten lo suficiente. Y si me planto vaquero, entonces, más rojo que nunca. Así siento que elevo el outfit al infinito pese a ir de tirada total. En mi caso particular el corte de pelo ha ayudado, porque ahora sí que no me veo sin algo de maquillaje, entre el flequillo rocker y el color más oscuro, siento que la cara se me desdibuja sin ese toque.
Y no, no he renunciado a marcar el ojo. Ya os he dicho que ahora vivo una etapa “overdress rules” en la que nada es demasiado si lo sabes combinar.
Ale, ya he confesado mi última manía para afrontar el otoño con buena cara. ¿Y vosotros? ¿Cuál es vuestra última obsesión estética? ¿Qué truquito os hace sentir mejor con vosotras mismas?
SUENA EN MI I-POD: Pues en este caso, “I´m on the Edge of Glory”, lo último de Lady GaGa, porque es lo que han bailado los chicos del Centro de Danza y Artes de Madrid en el Flashmob organizado con motivo del Día de la Movilidad en Moncloa. Os dejo el video para que veáis que en mi familia hay talento –al margen del mío para pintarme los morros, que oye, algo es algo-.