Sólo hay dos cosas más difíciles de encontrar que los vaqueros perfectos: el LBD perfecto y el Santo Grial. Tres, si contamos a Bin Laden ,aunque claro, no se le puede considerar “cosa”.
En mi condición de adicta incondicional a los jeans, tengo que reconocer mi eterna gratitud a esta prenda versátil y práctica, que lo mismo “te fríe una camisa que te plancha un huevo” (mi compañero Antonio dixit.)
Con el vaquero adecuado puedes ir a trabajar, a una fiesta, a tomar una copa, a la playa,… si me apuras, y en según que circunstancias, hasta a una boda.
En mi condición de adicta incondicional a los jeans, tengo que reconocer mi eterna gratitud a esta prenda versátil y práctica, que lo mismo “te fríe una camisa que te plancha un huevo” (mi compañero Antonio dixit.)
Con el vaquero adecuado puedes ir a trabajar, a una fiesta, a tomar una copa, a la playa,… si me apuras, y en según que circunstancias, hasta a una boda.

Pero el problema está en descubrir cuál es exactamente es vaquero perfecto.
No es nada sencillo, de verdad, porque no todos los vaqueros le sientan bien a todos los cuerpos, y las modas imponen en muchas ocasiones una tiranía extrema que resulta, cuando menos, estresante, para todas aquellas que quieran seguir el patrón establecido y estar a la última.
Pero, por fin, esta primavera será diferente. Porque esta primavera todo vale. Las revistas de moda vienen anunciándolo desde hace meses, y tanto en el Vogue como en el Elle de este mes podemos encontrar la verdadera respuesta. De hecho, en Elle hasta publican un especial al respecto.
Esta primavera podrás ponerte el vaquero que quieras.
Ahora, eso sí, la pelota está en tu tejado, porque… ¿cuál quieres ponerte?
Los jeans de pierna recta y ancha, de corte algo masculino y con la cintura alta son favorecedores y elegantes si se acompañan de una camisa clásica, o pueden adquirir un toque más hippy combinados con un blusón sedoso y suave. Son la última tendencia y admiten miles de combinaciones, pero imponen los tacones en las que, como yo, no pasamos del 1.65 (salvo que no os importe parecer un botijo).

Los vaqueros skinny o pitillo, aquellos que aterrizaron hace un par de años en nuestros armarios, se niegan a abandonar nuestros outfits. Y mira que nos costó acostumbrarnos a ellos, pero ahora, oye, parece que nos los han pegado con superglu. Son perfectos con camisetas e incluso bajo minidress, y admiten bailarinas, no como los anteriores, pero en su versión “papel de magdalena” no favorecen salvo que estés delgadísima.

Los jeans de pierna acampanada regresan, aunque en versión moderada, y la verdad es que en el fondo los echábamos de menos. Eso sí, estos son complicados porque es fácil caer en el estilo “Choni”. La mejor forma de evitar esto es hacerle caso a Vogue y copiar descaradamente sus estilismos, que son sencillamente maravillosos.

La nueva entrada del año viene de la mano de los monos vaqueros, arriesgados pero favorecedores, aunque extremadamente incómodos a mi entender. Eso sí, con cuñas y bandolera son lo último, y desde luego tiene un punto muy chic.

El buen tiempo abre también la puerta a faldas –minis y midis, por favor, si son maxis que no sean vaqueras- y shorts, una apuesta arriesgada pero muy favorecedora si se tiene las piernas de Naomi Campbell.

Vamos, que básicamente podemos escoger lo que queramos… incluso el color que queramos. Porque la gran novedad de este año son los vaqueros de mil colores, que más que novedad son un revival de los últimos ochenta, desde mi punto de vista extremadamente peligroso, pero que hace furor.



Personalmente apuesto por el color jean de toda la vida, desde el azul más pálido hasta el negro, pasando por los diferentes tonos de azul. Los rojos me encantan, aunque todavía no me he atrevido con ellos, y los fucsias y amarillos causarán furor, aunque no sé si tendré valor, la verdad.
Pero lo importante de todo esto es lo que opináis vosotros…
¿QUÉ VAQUEROS SON VUESTROS FAVORITOS?
¿CON CUÁLES NO OS ATREVEIS TODAVÍA?