A CARCAJADA LIMPIA!!


En las última semanas he escuchando al menos una docena de veces “he sabido que estabas aquí porque te he oido reir”.

Y no es que me sorprenda, quiero decir que soy perfectamente consciente de que me río en voz alta, y de que en general soy una persona alegre. Lo que me ha impactado realmente es la cantidad de tiempo que hacía que nadie me comentaba nada parecido, y me he preguntado... ¿es que he pasado tanto tiempo sin reirme?

Una de esas rosas contagiosas, poderosas, exageradas. Perfectas!

No lo creo, la verdad. Soy una persona de naturaleza... digamos que lúdica. El lado hedonista de mi cerebro es indiscutiblemente dominante, y la verdad es que tampoco he hecho nunca nada para remediarlo. Me gusta ser así. Soy frívola, alegre, y la verdad es que en general la gente que me rodea contribuye activamente a ello.

Que nadie piense que con esto quiero decir que soy una irresponsable –que un poco también, pero no tiene nada que ver, vamos- o una loca insostenible. Es sencillamente que creo en el poder terapéutico de la risa, del optimismo vital. Una sonrisa abre muchas más puertas que el juego de llaves de un sereno, creedme.


Otra sonrisa poderosa. 
El caso es que a veces la vida te pone un poco entre la espada y la pared, y te encuentras en una situación en la que reirse en voz alta, hacer bromas o ser sarcástico es impropio, o al menos no lo más apropiado, y claro, pues te ries menos, o bien para no herir a los demás, o bien para resultar más convincente y firme en el terreno laboral, por ejemplo, que es exactamente mi caso.

No tengo inconveniente alguno en hablar en serio, y si hay que dar dos voces, pues se pegan y listo, y hasta el golpe encima de la mesa si hace falta, que también para eso me han entrenado, pero... pero lo que no quiero bajo ningún concepto es que ese caso puntual, ese momento concreto termine invadiendo mi vida entera y logre que se me olvide cómo soy en realidad, que se me olvide reirme, vamos.

De lo que me conozco –que oye, en 32 años algo he llegado a conocerme, es lo que tienen las relaciones largas- creo que puedo decir que, hasta el día de hoy, no habido nada, pero nada, de lo que no haya conseguido reirme. Y no me ha ido nada mal, la verdad.


Ines de la Fressange, el ejemplo perfecto de las maravillas que la risa puede hacer por nosotras. 

Las intensidades no van conmigo –aunque en ocasiones no nos quede más remedio que afrontar las cosas en serio-, y soy de las que confiesa abiertamente que disfruto tomando una caña con los amigos, viendo el reality de Alaska y Marito (madremiademivida, qué descubrimiento este hombre! Es una mascota divertidísima!!!), leyendo libros de Stephen King y bailando como una loca. Que sí, que me encantan las películas clásicas, que leo a Murakami y me gusta la danza contemporánea, y las exposiciones de arte pop, y Vivaldi y Mozart, pero... vamos!!! Por qué tienen que ser serias esas cosas??? Por qué????

Así que una de las nuevas tareas para este etapa de mi vida será recuperar el poder de la risa... de mi risa, contagiosa, sincera y constante. Y que se oye desde antes de verme.




SUENA EN MI IPOD: Un poquito de rock&roll del de siempre, del de toda la vida, del que se baila y se canta y se disfruta a saltos y con amigos. Jhonny B-Goode, de Chuck Berry. A disfrutarla!!



6 comentarios:

Pilar Abalorios dijo...

Una carcajada libre es una de las armas más poderosas que conozco, no dejes de usarla.

Un saludo

Anónimo dijo...

Intento siempre, siempre morirme de risa...:)

MEL dijo...

Una buena sonrisa te abre las puertas del cielo, lo único malo son las arrugas (que yo no tengo) de expresión, ni el rellenador de Kiehl's puede con ellas...

ester dijo...

claro que sí, maría, a seguir riendo! yo tuve una adolescencia difícil en la que creía que no debía reir porque era frivolizar, pero con los años me estoy volviendo una payasa integral, no sólo es que me ría con frecuencia sino que a veces me descubro arrancando carcajadas a los demás...y me encanta!!!
beso!
e.

QuietBrown dijo...

Sabes que soy una defensora absoluta de lo frívolo, lo ligero y la risa como remedio a todo lo que se pueda... ¿Es seria la inteligencia? No lo creo, lo que pasa es que el sarcasmo y la ironía han hecho mucho daño en amargados con cierto nivel cultural. Sigue riéndote siempre, doña ;-)

Rubencito dijo...

Si la cara es la imagen del alma, una buena sonrisa es la puerta del cielo.

Un saludo.