LAS BANDERAS, NUESTROS PADRES Y DEMÁS ARTÍCULOS PATRIOS

Nunca he sentido fervor patrio…




…al menos, no como se supone que lo siente la gente “de bien”, esa que se emociona con el himno y llora de encogimiento frente a la bandera. Yo no soy así. A mi el himno me parece un tostón de mucho cuidado, que suena a rancio y encima no tiene letra, lo que dificulta mucho la tarea de cantarlo en actos públicos; y la bandera… pues no sé, chica, la encuentro como sosa. Con tres colores me parecería más mona.

Y, reconozcámoslo, los españoles, así, como colectivo popular, seguimos divididos en dos Españas, que podrían resumirse en “España de derechas” y “España de izquierdas”, eso sí, con todos los matices que queráis. Y ese primer sector “de derechas” se “apropió” durante mucho tiempo de los símbolos nacionales, motivo por el cual el otro lado de la España del ejemplo sentía cierta urticaria al contemplar la rojigualda o al escuchar el “chunda chunda tachundachundachunda”. Ser patriota era sinónimo de ser conservador, cosa que, por otro lado, no deja de ser una asociación de lo más libre y poco justificada.




Pero, ay, amig@s bloggers, los tiempos están cambiando, y del mismo modo que la derecha, tradicionalmente unida al poder, y no a los cambios sociales, ha descubierto el atractivo e irresistible poder de la manifa callejera de toda la vida, la izquierda está aprendiendo a romper sus tabúes frente a los símbolos estatales. No en vano el Estado es de todos, de unos y de otros, a partes iguales, pese a quien pese.




Toda esta reflexión viene al caso porque anoche, entrando en casa después de un parón navideño más que merecido, tropecé en el buzón con la revista Elle de enero, que desde la portada ya anuncia intenciones. Abres sus páginas y el oro y rojo de sus reportajes te anonada. Un número completito dedicado al sentimiento español, en su más amplio sentido.




Porque a día de hoy, y afortunadamente, ser español, o sea, de España, ya no es sinónimo de ser una señora con rulos y guatiné, o un señor bajito con bigote y alerones. Ahora puedes ser Pe, o Nadal… triunfadores guapos, listos y elegantes que alardean por el mundo delante de su españolidad racial sin límites.




Pero… ¿existe la “raza española”? ¿existe esa españolidad de la que hablamos? Al margen de la evidente pertenencia a un mismo estado, nada tienen que ver un taxista de Manresa con una dependienta de El Barco de Valdeorras… ¿o sí?




Analicemos la evidencia: dentro de casa, jugando en nuestro campo, los españoles somos los más separatistas del mundo; los de Madrid piensan que los catalanes son unos peseteros; los catalanes, que los gallegos son unos paletos; los gallegos, que los andaluces son unos vagos… y todos, en general, que el de enfrente es gilipollas. (Y por favor que nadie se hiera en susceptibilidades, que no es ni de lejos mi intención. Recordad que esto son ejemplos para ilustrar el tema).

Ahora bien, fuera de casa, en campo contrario, la cosa cambia, y mucho: Tú sales a pasar unos días a Londres, por ejemplo, y la comida te parece una mierda porque “en España sí que se come bien”, las calles te parecen feas porque “en España sí que tenemos sitios preciosos”, la gente te parece fría y siesa porque “en España sí que sabemos disfrutar de la vida”… y además te abrazas a cualquiera que salga del metro braceando y gritando –porque sí, amigos, los españoles braceamos y gritamos mucho, pero mucho, mucho-.

Sufrimos de lo que servidora ha determinado bautizar como “patriotismo de largo alcance”. Vamos, que solo nos alcanza cuando nos largamos y echamos de menos las migas de la abuela. Mientras comíamos migas lo que queríamos era ser franceses y comer foie con baguette.

Que este sentido patriótico extrañamente dimensionado esté cambiando algo –que no del todo- y que los símbolos estatales hayan dejado de dar reacción alérgica a los votantes más a la izquierda del centro se debe, en buena medida, a la exportación de figuras nacionales, empezando por los actores y cantantes y terminando por todos esos deportistas que parece que los hemos diseñado genéticamente para este año 2008, oye, que perderemos hasta la camisa pero ganamos todos los torneos que se nos pongan por delante, da lo mismo tenis que baloncesto que petanca… hasta en fútbol hemos ganado este año… lo nunca visto bajo la luz del sol, señores.




Total, que como votante de izquierdas reconocida que soy vencí mi urticaria irracional frente al Elle de enero y me sumergí en las vidas de todos esos españoles –de todos los rincones de España-, para empaparme un poco de ese sentido del honor rollo “los tres mosqueteros”… no me ha dado por cantar el “banderita tú eres roja…” pero lo de “yo soy español, español, español” empiezo a tenerlo dominado. Será porque es más fácil de aprender.

FELIZ 2009 A TOD@S





HOY EN CORUÑA: Pues como fin de año está a la vuelta de la esquina, y no me apetece mucho hacerle publicidad a las mil cuatrocientas fiestas privadas que se celebran, atestadas de gente, os recomiendo que hagáis como yo y organicéis fiestecita en casa con los amigos. A la mía estáis invitados, por descontado. Terminantemente prohibido el cotillón.



SUENA EN MI I-POD:Merry Christmas, i don´t wanna fight tonight de los incombustibles Ramones, los reyes del punk rock, capaces de editar más de una docena de discos donde distinguir un tema de otro es todo un reto. Este villancico punk está contenido en el álbum “Brain Drain”, editado en 1989.

GÜIGÜICHU A MERY CRISMAS ANA JAPI NIU LLIR

Este fin de semana monté el árbol y el belén en casa de mi padre, ergo, quedan oficialmente inauguradas las navidades.


A mi las navidades me apasionan, más que nada porque me chifla tener una excusa macanuda para ponerme tibia de comer y beber sin que nadie me diga nada. Y encima hay una fiesta detrás de otra, que es un no parar, oye. Por no hablar, claro, del hecho “regalito material”, que me tiene loca perdida.

Yo es que soy así, me encanta regalar… bueno, y que me regalen, claro. Y no os vayáis a pensar, que no es un tema de materialismo desatado, ni de consumismo feroz. No, no, a mi cualquier cosita envuelta me hace ilusión. Hombre, unos Loboutin envueltos me hacen más ilusión que un cuaderno de espiral envuelto, eso está claro, pero no le hago ascos a lo segundo.

En mi familia somos adictos a los regalos personalizados y originales. Y pueden salir muy baratos. Por ejemplo, mi hermana se curró el año pasado un cd recopilatorio personalizado para mí. Llamó a mis amigos, a mis ex, a mis conocidos, a mi familia… y fue recopilando, tema a tema, todas aquellas canciones que marcaron mi vida, desde el parvulario hasta la actualidad. De verdad que no hubo regalo que me hiciese más ilusión que ese.


Aún así, y pese a mi buenrrollismo innato en temas de regalos navideños, hay ciertas cosas que no acabo de comprender. Por ejemplo, no entiendo que mecanismo falla en las neuronas de algunas personas, que se empeñan en regalarte kilos y kilos de ropa interior blanca. Mi abuela paterna era de esas, Que cumplí 25 y seguía regalándome aquellas bragas horribles de ganchillo, que no podían sentar peor, madre mía de mi vida. Que las veías y pensabas “esta mujer quiere que llegue virgen a los 30, menos mal que llega tarde”.


Hay otro tipo de regalos que no soporto: los regalos de “sé que lo necesitas”. Es superior a mí. “Sé que lo quieres” NO es sinónimo de “Sé que lo necesitas”. Yo, por ejemplo, quería la cámara digital que P. me ha regalado. No la necesitaba, pero la quería. Necesitar, lo que se dice necesitar, necesito un nuevo frasco de hidratante. Pero aunque costasen lo mismo –que afortunadamente no-, el segundo regalo me parecería un fiasco de mil pares de narices. Las cosas que necesitas no son un regalo, porque te las habrías terminado comprando tú más tarde o más temprano.

Además, un regalo no tiene por qué ser algo útil. Que sí, que una cafetera puede ser un regalo, pero depende de cuál, y de cómo. Por ejemplo, una cafetera preciosa, que te gustó por el diseño, es un buen regalo. Una Nesspreso también, sobre todo si viene con George Clooney… pero una cafetera convencional, de goteo, sólo es un regalo si te acabas de independizar y eres adicto a la cafeína. En caso contrario se parece más a una plancha que a un regalo.


Regalar algo debería ser un acto de cariño, un detalle pensado por quien lo entrega para quien lo recibe. No algo práctico y super necesario, ni algo carísimo… simplemente, algo “para ti”. Por eso creo que hay que agradecer –y mucho- los regalos que se hacen desde el corazón, esos que han sido ideados sólo y exclusivamente para ti: da lo mismo que sea un carísimo bolso o unos pendiente de bisutería, el caso es que sea algo personal.

En mi vida he tenido mucha suerte con los regalos. Y me han hecho muchos, y muy diferentes, pero quitando aquellas horribles bragas de ganchillo blanco, y alguna otra cosa suelta, en general todo lo que me han regalado me ha encantado.

Hay algunos regalos que recuerdo con especial cariño:

Aquella extraña cometa en forma de rana, regalo de mis amigos en mi 20 cumpleaños.

El libro de “Las Máscaras del Héroe” que P. me regaló el primer cumpleaños que pasamos juntos, tuvo que encargarlo porque estaba descatalogado.

Un colgantito de plata con piedrecitas azules, el primer regalo que mi hermano me hizo por navidad, cuando aún era un niño, justo después de enterarse que los reyes necesitaban ayuda… se gastó su paga en regalos para nosotros, eso no tiene precio.

La flor balanceante que los madrileños me regalaron en mi primera mudanza, y que aún adorna el salón de casa de mi hermana.

Una caja con 16 chupachups de naranja –mis favoritos- que mi hermana me regalón en mi 16 cumpleaños: cada caramelo tenía adosado un papelito con una presunta virtud mía

La tarta y las dos botellas de cava que mis padres me enviaron al hotel de Madrid donde pasé mi 18 cumpleaños, para que brindase con mis compañeros de clase.

El original del primer poema que mi padre me escribió, Jomala (el nombre que le puse de niña a la primera estrella de la noche), que guardo como oro en paño, y que me regaló un año que creía que la vida era una mierda, para que no olvidase que en mis ojos había estrellas cada noche.

El colgante que G. me regaló “porque sí”, y que no sé cómo supo que quería; no me lo quité durante años

Aquel pantalón negro que mi madre me regalón “cuando me vio tristona”, para demostrarme que podía estar guapísima si quería.

El fin de semana en Foz que mis amigas me regalaron hace años y que pasé con P., que entonces era aún un amigo “con derechos”.

Los pendientes que la familia de P. me regaló las pasadas navidades, y que además de bonitos son un detalle que agradecí mucho.

Se me ocurren tantos que podría escribir mil post sobre ellos…

Como veis, ninguno de estos regalos es precisamente un Porche, y aún así, fueron especiales para mí. Estos, y muchos, muchos más.

Así que, en vista de que casi seguro que ninguno de nosotros somos ricos desde ayer, y que en estas fechas el cinturón aprieta más que nunca, valga este post para instaros a curraros unos regalos personales, llenos de vida y de cariño… y, si puede ser, pues también maravillosamente exclusivos… pero esto ya… Ah! Y por el amor de Dior, cualquier cosa menos bragas de ganchillo.


LO DICHO, “SI ES QUE ASÍ NO SE PUEDE” OS DESEA

FELICES FIESTAS


SUENA EN MI I-POD:Las de la Intuición”, de Shakira, de su lp “Oral Fixation 1”. Este tema me da buen rollo, no lo puedo evitar, es como un pequeño subidón de alegría, perfecto para afrontar las citas navideñas y quemar las calorías del turrón.



HOY EN CORUÑA: Hoy no, pero mañana, que es Nochebuena, pasada la medianoche, los Rockers go to Hell presentarán en el Garufa su lp y su videoclip, que por cierto es estupendo, y no lo digo porque lo haya grabado P… bueno, por eso también, claro. La entrada, como siempre, es gratuita. Ya tenéis una excusa para salir rápido de la cena de nochebuena.

QUEREMOS MARCHA, MARCHA

Soy un animal social.




No sé vivir sola, aunque sí sin pareja. Lo que quiero decir es que necesito gente a mi alrededor, movimiento, actividad y cambios para sentirme viva. Vamos, que me gusta más la fiesta que a un tonto un lápiz.

Esto me pasa desde siempre.

Cuando era canija pasaba las tardes del fin de semana en casa de mis abuelas: los sábados, la materna; y los domingos, la paterna. Allí me encontraba con mis primos, y montábamos unos saraos de escándalo. La terracita de la primera abuela nos tenía pavor, y en casa de la segunda no quedaba trapo por sacar del armario, lo mismo nos daba pamelón de boda que zapatillas de guatiné.



Luego, ya de pre-adolescente, mi mejor amiga fue elegida sucesivamente Meiga Mayor Infantil y Reina de la Ciudad Vieja. Algo así como la Prom Night Queen de los yankies pero sin colores pastel y con matilla en lugar de con tirabuzones “reveníos”. El caso es que toda reina necesita corte, y claro, allí estaba yo dispuesta a cortejar a quien fuese, y más a ella, con tal de ir a todos aquellos saraos varios: vinos de honor, fiestuquis, bailes, conciertos… Todo ello, claro, convenientemente aderezado con las fiestecitas que nos montábamos en casa con la amigas mi hermana y yo. Un año hasta nos montamos una “Fiesta Grease”, no digo más.



Pasaron los años, llegaron los granos, y con ellos las noches de fiesta. Empecé a salir “de discotecas” (madre mía que rancio suena eso por el amor de Dior) y conocí a “los niños” –seguirán siendo “los niños” hasta el día en que mueran, sí, chicos, asumidlo, es ya un mote permanente, pese a la treintena que arrastráis-. Bares, pubs y discotecas… anda, coño, pero si esto era una canción de Los Suaves!!!. Veis lo que os digo, que al final siempre vuelvo al tema… si es que me he pasado la vida de fiesta!!!.



Tanto es así, que, pese a que ahora “ostento” un “cargo” presuntamente “serio y respetable”, comencé mi vida profesional haciendo crónicas de sociedad y cultura, como no podía ser de otro modo. Me convertí en especialista en reenganchar la noche con la mañana, y como entonces mi voz aguantaba tanto como mi cara –tengo buena genética para eso y no me salen ojeras, ni cara de cansancio, ni nada-, llegué a presentar un maganzine radiofónico de dos horas de reenganche, después de una noche loca que terminó en el Rus, a las 9 de la mañana. Por no hablar del día en que, desayunando un 3 en 1 en el Uni2, después de salir de Soweto, me di cuenta de que llegaba tarde… a presentar el informativo… en fin, sin comentarios.

Ha llegado un momento en mi vida en que, por motivos profesionales sobre todo, ya no puedo acudir a todas las fiestas y saraos que me gustaría… pero, para paliarlo, hace algún tiempo que colaboro con un par de publicaciones dedicadas a la vida social y cultural de la ciudad, de forma que al final me obligo a mi misma a salir de casa y a caer de fiesta en fiesta igualmente. Yo es que soy “asín”.

Y diréis vosotros ¿y por qué nos cuenta esta loca todo esto?

Pues os lo cuento porque ayer, respondiendo al meme de Cruela, me di cuenta de que me paso media vida de evento en evento, de fiesta en fiesta… y que la mitad de las veces ni os lo cuento.

Vivo en una ciudad “pequeña”, de unos 300.000 habitantes, que viene a ser lo que antes de denominaba “provincias”, y resulta que, fíjate tú por dónde, después de haber vivido un lustro en la flamante “capi”, no he notado diferencia alguna en cuanto a nivel, densidad y calidad de eventos varios.



Eso de que la cultura y el ocio son caros, escasos o exclusivísimos, y más si vives fuera de Madrid y Barcelona, es un mito… y lo voy a demostrar.

Desde ya –o sea, desde ayer- este blog cuenta con una nueva sección. Cada vez que postee propondré una o dos –o tres, o cuatro…- citas sociales, culturales o de ocio que tengan lugar en Coruña y/o sus alrededores, para que no digáis que leéis blogs porque no tenéis nada mejor que hacer, jajajaja

En la barra lateral, justo debajo del video que ilustra el tema que he elegido para el post, aparecerá también esa agenda. Procuraré actualizarla mucho, aunque no haya posteado ese día.

A partir de hoy, queridos amigos, el que se queda en casa es porque quiere… o porque tiene frio.



SUENA EN MI I-POD: “I hear noises, un temazo de Tegan y Sarah que descubrí saltando como una loca con S. en la pista del Playa Club. Me gustó tanto, pero tanto aquel tema que no dudé ni un poquito en acercarme a la tarima del pincha y preguntarle al dj (Moro, creo que era) quiénes eran. El tema está en su lp “If it was you”, y de verdad que es pegadizo, bailable… perfecto para esta fiesta!!!


HOY EN CORUÑA: Hoy “sus vais jartar” de citas;

21:00.- Los reporteros gráficos de la ciudad inauguran su tradicional Exposición de Fotoxornalismo. Instantáneas en clave de humor que reflejan el año político, social y cultural en la ciudad, con entrada gratuita y pinchito. Quién da más.

22:30.- Los chicos de Inframundo presentan su segundo recopilatorio de de música local en la Sala Mardigras. "Inframundo Vol.2", 1.000 copias de un cd que recoge 54 minutos de sonido coruñés en clave pop, rock, melódico, rap… y que se repartirán de forma gratuita por los bares de la ciudad. Esta noche sonará en la fiesta, en la que tampoco se paga entrada-

23:30.- Si sois fans del rock clásico, no podéis perderos el directo de Hit, la banda residente de la Sala Mardigras. Tienen talento, carisma, un repertorio espectacular y encima tampoco cobran entrada.

LA ENTREVISTA DE CRUELA

Soy periodista.




Eso ya lo sabíais. Lo que no sabíais es que una de las cosas que me impulsó a convertirme en “plumilla” fue lo divertidas que me parecían las entrevistas. Me encanta entrevistar. Me gusta tanto, que hasta me “entrevisto” a mi misma en mi cabeza. Es deformación profesional.

Chema me dio la posibilidad hace unos meses de publicar en su blog una entrevista que él mismo me hizo, que me pareció divertidísima… y ahora me llega una nominación de Cruela, a la que no puedo agradecerle suficientemente el detalle –y menos, claro, los elogios-. Se trata de un Meme ideado por JB que me parece divertidísimo y que no tengo el menor reparo en completar.

Aquí va mi MEME PARA CRUELA:

Qué te motivó a escribir un blog:

Sinceramente, creo que fue una mezcla de envidia cochina con exhibicionismo descontrolado. Empezó como una “broma”, algo intranscendente ligado a la “familia glamourama”, es decir, los lectores habituales del blog de Miss B, y al final, mira, dos añitos posteando.


Consideras que escribes bien:

Pues creo que más que escribir bien escribo de forma “fácil”. Lo mejor que me han dicho sobre mi forma de escribir es que “escribo como hablo”, me lo dijo mi primer amor, con el que me vi obligada a cartearme durante dos largos años -internet no estaba ni pensado entonces, y claro, de yankielandia a galicia había un trecho que telefónica cobraba muy caro-; es todo un piropo para mi, porque creo que el lenguaje debe servir para que la gente se entienda. Bien no creo que escriba. Bien escribe Saramago. Yo escribo “para todos los públicos”. O para casi todos.


Cuál sería un adjetivo (o varios) para describirlo:

Personal, quizás algo irónico, espero que divertido… sincero. Mi blog es sincero.

Has pensado a veces que se ha vuelto una obligación ¿cuándo?


Obligación no es la palabra, porque algo “obligatorio” conlleva un matiz negativo, algo que ha de hacerse, te guste o no. En mi caso el blog se ha transformado en una adicción. Me gusta postear de forma constante, y siento que lo tengo abandonado si no actualizo al menos una o dos veces a la semana, aunque claro, no siempre tengo algo que contar… o al menos algo interesante que contar.


Seguro que hay blog que no te gustan, cuáles, te atreves a mencionar uno en concreto y decir por qué:

Claro, pero soy tan especialita que directamente “paso” de las cosas que no me gustan. A mi abuela esta faceta completamente hedonista de mi carácter le repatea el higadillo, pero qué quereis, "yo soy asín, no nací pá de sufrí".


Comentas a veces por obligación:

Más que por obligación, por cortesía. Es como cuando llevas mucho tiempo sin llamar a un amigo, y un día le llamas, aunque no tienes nada que contarle, en realidad… pero le llamas igualmente, porque es tu amigo y quieres que sepa que no te has olvidado de él. Pues esto es un poco lo mismo. Al final acabas sintiendo a algunos bloggers como verdaderos amigos… de hecho, algunos lo son.


Temes que un día tu blog deje de atraer a la gente y dejan de comentarte:

Igual que temía quedar la última cuando elegían gente para los equipos de volei en el cole. De hecho, comenzar esta aventura cibernética ha traído a mi vida sensaciones que creía haber aparcado en el fondo del baúl de la adolescencia… en mi narcisismo exagerado y patológico creo que los comments demuestran que a la gente le gusta/disgusta lo que escribo… y no hay nada peor que resulta indiferente.


Cuál es tu post preferido de este año;

Aunque parezca mentira, esta está chupada!!! El post sobre “El ritmo de mi vida” marcó un antes y un después en el blog, tanto en número de comments como en temática, y hasta creó una nueva sección, el “Suena en mi I-pod”… por cierto, desde hoy, sección nueva a mayores: “Hoy en Coruña…”


Cuál es tu Blogger preferido, no valen preferencias afectivas;

Lamari me chifla. Desde el principio. Leí su primer post y me enamoré de su prosa, de su ironía y del cristal con el que mira el mundo. Lástima que ya no postee tan a menudo.


Qué crees no serías capaz de escribir:

Creo que no sé escribir relatos románticos –ya no; de adolescente sabía, pero creo que se me pasó el arroz-, ni relatos eróticos. Me veo… fuera de lugar. Ah! Tampoco podría escribir una novela. Relatos cortos o medios sin problema, me encanta escribirlos. Pero soy impaciente por naturaleza, lo quiero todo ya, y no tendría paciencia para componer una novela, crear los personajes, desarrollar la trama... los mataría a todos antes de la página 50 sólo para no tener que aguantarlos más.


Piensas que un blog es una especie de terapia:

Para mi sí, porque tengo incontinencia verbal crónica y el blog me permite largar sin que nadie me corte. Es el sueño de cualquier hedonista verborreico.


Una pregunta que te gustaría contesten tus lectores…:

Puffff…. Mil, o mil quinientas, pero si sólo puedo hacer una… ¿por qué me leéis, qué tiene este blog que no tengan otros?


Se supone que he de nominar a 12 bloggers, tantos como meses del año.

Aquí van mis nominaciones (alguna duplicada, pero…)


Lamari
Ely
Bacci
Miss B
Rub

Coco
Marikamala
Zoe
Chema
Nine
Vogue
Baballa




SUENA EN MI I-POD: “Reventaba, un tema maravilloso de la cantautora coruñesa Silvia Penide, contenido en su último lp, “Desafinante Crónica”. No soy muy de cantautores, pero Silvia me encanta, es dulce pero fuerte, suave pero intensa… y este videoclip estuvo nominado a los premios Amigo.



HOY EN CORUÑA: Para inaugurar esta sección, un concierto de la propia Silvia Penide, que celebra 10 años de carrera musical en el Teatro Rosalía de Castro, a las 21:00. Hace un ratito aún quedaban algunas entradas… nos vemos allí.

EL CLUB DE LAS CINCO

Soy Samantha Jonnes.


Bueno, vale… ya me gustaría a mi llegar a los cuarenta con ese tipazo, con esas ganas de vivir, y, sobre todo, con esa cuenta corriente… pero salvando las distancias evidentes, el pasado viernes fui Samantha Jones bebiendo mojitos con mis cuatro amigas (sí, sumábamos cinco, una de regalo, que siempre viene bien).

Cuando empecé con esto de los blogs no me imaginé que escribir sobre las estupideces que hago/veo/vivo/me imagino me llevaría a compartir mesa, confidencias, risas y mojitos con cuatro de las mujeres más divertidas y chic que he conocido.


A Ely ya la conocéis; es inteligente, directa, mordaz y muy divertida. Y además está buenísima, la cabrona. Cuando la conocí supe enseguida que era una persona diferente. Tiene algo, no sé qué, cierta fuerza que se transmite de forma casi inmediata, sólo con compartir unos segundos con ella. El viernes ella fue Carrie Bradshow, divertida, alocada, con un vestido infartante y el pelo divino.

Pinkocha fue quien nos acogió. El Naïf fue el punto de encuentro, como en Sex & The City lo era aquella cafetería donde las chicas compartían confidencias frente a un plato de ensalada. Sólo que aquí además de ensalada hubo pollo cremoso, y tostas, y brochetas… y vino. Y luego chupitos… Pinkocha fue Miranda aquella noche, la trabajadora incansable, mujer triunfadora y elegante que, al terminar una maratoniana jornada laboral, todavía sacó fuerzas -y unos tacones mortales de necesidad, que desde luego no precisa, porque es alta y esbelta, como las modelos- para compartir unas copas y mil confidencias con cuatro locas.

Noa es sencillamente adorable. Una mujer-niña, cándida, dulce, pero nada infantil. Una chispa de alegría con la risa fácil y con un sentido lúdico envidiable. Es una de las personas más dulces que conozco, y además le sientan genial los labios pintados de rojo. Ella fue la nota romántica esa noche, por eso le he adjudicado el papel de Charlotte, el viernes más que nunca, y ella sabe por qué. Te mereces todo lo bueno que te pase, te deseo lo mejor.

Sex & the City era una serie maravillosa… pero algo coja a mi entender. Entre tanto fashion system y tantos manolos, siempre he pensado que una nota de charm, de elegancia –que no de moda- hubiese sido la guinda del pastel. Por eso nuestra noche SATC tenía un ingrediente especial, Maite, esa Audrey Tatum que le faltaba a la serie estubo muy presente en nuestra noche. Todo estilo y carisma, una de esas mujeres que no es la más alta, ni la más baja, ni la más gorda, ni la más flaca… pero es a la que te giras a mirar cuando ves pasar al grupo. Puro charm francés bebiendo mojitos.

Y allí estábamos las cinco, con nuestros vestidos impresionantes, nuestros zapatos de cine y nuestras ganas de divertirnos. Sentadas a la mesa compartiendo confidencias, riéndonos del mundo, bailando hits de los ochenta con un mojito en una mano y mil carcajadas en la otra. Se nos terminó la noche porque se terminaron los locales, que si no…

Definitivamente, chicas, tenemos que repetirlo, chicas. No todos los días comparte una mesa y copas con unas auténticas divas.

Todas deberíamos poder convertirnos en Samantha Jones al menos una noche en la vida… pero mejor una noche al mes, ¿no creeis?



SUENA EN MI I-POD:Add your Light to mine baby”, de los Lucky Soul, un descubrimiento pop hecho de la mano de P. en el pasado festival Mulleres Arte+Parte celebrado en ExpoCoruña, contra la violencia de género. Son algo así como una revisión post- moderna del pop british más elegante y sencillo, y me encantaron. Su disco –único lp hasta el momento- se llama “The Great Unwanted” y suena sencillamente efervescente. Como nosotras cinco.

ENVIDIA

La envidia es deporte nacional.


Somos –y sí, ya lo veis, me incluyo- de ese tipo de gente que, cuando le pasa algo bueno a alguien, se siente extrañamente engañado, como sui nos mereciésemos mucho más que ese “alguien”.

Mi abuela, por ejemplo, es especialista en envidia. Ella cree que todo lo malo le pasa a ella, y todo lo bueno a los demás. Y, claro, evidentemente, los demás se merecen lo peor, y ella no. Porque los demás son unos hijos de puta y unos cabrones y unos infieles, y ella no. Ella es una persona seria.

A veces confundimos la envidia con los celos, lo que cuando éramos pequeños se denominaba “pelusa”. Ejemplifiquemos el caso:

CASO 1.- Una amiga tuya, a la que aprecias y quieres, y que se dedica a lo mismo que tú, consigue de repente, así, sin proponérselo ni nada, un ascenso “que.te.cagas.por.la.pata” que la catapulta a un puestazo impresionante, con un sueldo que tiene más ceros de los que puedes contar –a la derecha, se entiende- y en el que cuenta, además, con flexibilidad horaria. Tú, evidentemente, te alegras por ella, quedas para tomar una copas y brindar por su brillante y prometedor futuro, y esa noche te acuestas feliz por ella, pero pensando que tú también te lo mereces, y que ha sido, en parte, una cuestión de suerte.

CONCLUSIÓN 1: Esto son celos, o pelusa. Esa sensación que nos hace desear lo que otros tienen.





CASO 2.- Una amiga tuya, a la que, hasta ahora, apreciabas y querías, y que se dedica a lo mismo que tú, consigue de repente, así, sin proponérselo ni nada, un ascenso “que.te.cagas.por.la.pata” que la catapulta a un puestazo impresionante, con un sueldo que tiene más ceros de los que puedes contar –a la derecha, se entiende- y en el que cuenta, además, con flexibilidad horaria. Tú consideras que se trata de la mayor injusticia del mundo, que tu amiga es una trepa de no te menees, que seguramente se ha acostado con mil y un jefecillos para llegar hasta allí y que sin duda no merece el puesto que ha conseguido… tú., por supuesto, te lo mereces mucho más que ella, por lo que esa noche te acuestas pensando que lo suyo es que un rayo la parta en dos, que es lo que se merece por trepa.

CONCLUSIÓN 2: Esto es envidia de la de toda la vida, ese sentimiento que nos hace desear para nosotros lo que los demás tienen, pero que se acompaña de una incipiente mala leche que nos incita a sentir una especie de necesidad de venganza hacia esa persona afortunada.




La mayoría de nosotros somos más celosos que envidiosos… pero todos, todos, todos, absolutamente todos hemos sentido en algún momento de nuestra vida esa envidia terrible y malsana, que nos hace odiar al afortunado, en lugar de desear parecernos a él.

Pero si existe un momento en nuestra vida en el que la envidia hace mella en nuestra existencia, ese sin duda son las fechas navideñas.

En navidad nos convertimos en envidiosos crónicos. Queremos el vestido que lleva la otra en la cena de empresa, los regalos de reyes que ha recibido el del quinto y sobre todo, el premio gordo que le ha tocado a la peña de un bar de Cuenca que ese año jugó el número correspondiente a la fecha del nacimiento de su fundador, y mira tú qué cosas tiene la vida, les ha tocado.



Porque la lotería de navidad, amigos, saca lo peor de nosotros. Hasta los que no jugamos nunca compramos décimos y participaciones para jugar el día 22…. Es como una maldición, es ver “lotería de navidad” y compramos… ¿y por qué? Pues por envidia. Pero no por cualquier envidia, no…. Por envidia anticipada, una clase de envidia que sólo existe en España y que nos impulsa a pensar “por.si.a.caso”.


Por ejemplo, tú te tomas siempre el café en el mismo bar. Y, un día cualquiera, el camarero te dice “tenemos ya lotería de navidad”, o bien oyes al de al lado decir “Manolo, dame una participación, a ver si toca”. Y tú, en lugar de pensar, “pobres pringados que se gastan la pasta en un papelito que tiene las mismas posibilidades de tocarte que Brad Pitt”, lo que piensas, en un alarde de estupidez sin precedentes, es “joder, deberíamos comprar… mira que si toca”.

“Mira que si toca” es un pensamiento envidioso previo. Porque lo que piensas cuando elucubras esas palabras es “como le toque al gilipollas de Manolo y yo me quede sin premio por no haber comprado un décimo, me voy a pasar el resto de mi vida viéndole pasar montado en su Jaguar descapotable mientras yo sigo conduciendo un Panda, y eso sí que no, oye, eso sí que no”.




Yo, lo reconozco, he caído. Tengo ya varias participaciones, un décimo de la lotería del trabajo, y encargado otro del bar donde quedamos siempre. Ea, ya está, ya lo he dicho. Y no me creeré que haya quien “pase” del todo, porque si hay otra gran verdad en esta vida es que el soniquete de “chopocientos millones de eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeuuuuuuuuuuuuuuuroooooooooossssssssssssss” escuchado el día 22 de diciembre suena siempre bien… aunque le toque a otro.

Eso sí, si me admitís un consejo, no compréis lotería este año a no ser que sea de los décimos que yo tengo, porque que sepáis que me va a tocar a mi.


SUENA EN MI I-POD: I want an alien for Christmas”, un villancico algo surrealista pero definitivamente genial de Fountains of Wayne. Salió primero como single y luego se recogió en el disco “Out-of-State Plates” … felices fiestas, bloggers!!!!

MI LADO CASTIZO -o me voy a Madrid de puente-

Madrid es una ciudad extraña.




Y lo digo con conocimiento de causa, porque viví en la capital durante cinco años, los cinco años que dediqué a tratar de convencer al mundo de que estaba estudiando periodismo.

Yo soy gallega, muuuuuuuy gallega: me encanta comer, me encanta beber, soy de pecho y cadera generosos, no muy alta (bueeeeeno, vale, soy bajita…), respondo siempre con preguntas, puedo resultar extremadamente ambigua, las cantidades las mido por puñados o poquitos –como buena gallega, mejor a puñados, claro- y soy además muy coqueta. Y no sé vivir sin mar.



Pero durante cinco años, fui madrileña. Y viví viendo el mar en las fotografías que adornaban mi cuarto de aquel apartamento en Lope de Rueda.

Madrid es una ciudad acogedora a pesar de su enormidad, de la frialdad de su estructura y de lo deshumanizado de su entorno.



Llegué a Madrid voluntariamente, después de haberme currado a pico y pala una nota de corte superior al 8.4 para poder entrar por distrito compartido en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid. Pero, al llegar, me sentí sola. Allí tenía un tío –aún lo tengo-, un novio –ahora es ex, pero sigue allí-, y un amigo –que aún es amigo y aún sigue allí-. Y nada, absolutamente nada más…

…y sentí vértigo. Había querido cambiar de vida, había emprendido el camino para reinventarme a mi misma poniendo tierra de por medio, y, de repente, aquellos kilómetros se me antojaban eternos, casi años luz. Había dejado una vida, y aún no tenía construida la otra…



…y entonces apareció J., con aquella cara de niño travieso y esa sonrisa maravillosa, y me preguntó en el cambio de clases “oye, ¿tú eres gallega, verdad?... ¿y sabes hablar gallego?”. La pregunta me pareció tan dulce, que no pude evitar sentirme conmovida.

J. me presentó a L.C. y L.S., y ellas, a Pati (de está pongo el nombre completo porque como firma con él en los comments…), luego llegó V. Y ya nunca más estuve sola.

Éramos el grupo más variopinto y extraño que te podías echar a la cara. Seis personas completamente diferentes, aparentemente con nada en común salvo la vocación periodística. Y, sin embargo, en menos de un año éramos inseparables.

Estábamos tan unidos que hasta teníamos un club: la AGC (la asociación de los más guapos de clase, y no, no teníamos abuela, qué pasa). Nos reuníamos periódicamente fuera de las aulas para salir a tomar algo, para comer en el chino de Princesa, para bailar como posesos en el primer bar que se nos pusiese a tiro o para desayunar pasteles en mi casa. Claro, como yo era la única que venía de fuera, era la única con apartamento “propio” (propiamente alquilado por mis padres a un casero, se entiende).

Organizábamos cada sarao que dejábamos tieso al más pintado, de verdad. Hasta nos montábamos coreografías en el salón de casa –son muy bailones, mis madrileños-. Y cuando quedábamos para charlar, como se nos hacía el tiempo corto, hasta redactábamos actas de nuestras “Reuniones de AGC”.

Comíamos en la cafetería de la facultad, o en el césped de fuera en primavera, y a veces les echaba las cartas. Pati dice que acertaba, no sé yo… En clase, las montábamos pardas. Hubo un año que hasta hicimos una sentada para protestar por el trato que nos dispensaba un presunto profesor de Relaciones Públicas.



No sabría escoger los momentos que pasé con ellos en aquellos cinco años.

Estuvieron allí el día que creí que me había quedado embarazada. Hasta me acompañaron al ginecólogo a hacerme la prueba.

Estuvieron allí el año que tuvimos que pasar la noche a la intemperie, haciendo cola para matricularnos. Y mientras rellenábamos aquellas formularios infernales que nunca llegamos a comprender del todo.

Estuvieron allí cuando salí del colegio mayor y entré en aquel piso de José Abascal con mi hermana Natalia. J. es tan alto que hasta rompió una lámpara un día en una de esas reuniones que hacíamos.

Estuvieron allí en mi primera matrícula de honor. Y en mi primer suspenso de cero pelotero.

Estuvieron allí en la mudanza a Lope de Rueda. Y cargaron cajas como los que más. Y me regalaron un toro para poner sobre la tele, y una flor que se balanceaba, y ceniceros de color azul cobalto. ¡Y todavía tengo todo eso!.

Estuvieron allí cuando G. y yo lo dejamos. Ese año me organizaron una fiesta de cumpleaños tan brutal que hasta la vecina de al lado llamó a la policía, que nos encontró con un vibrador morado en la mano y un edredón haciendo de capa, cantando “Como una ola”.

Estuvieron allí cuando a mi madre le diagnosticaron el cáncer. Y cuando hablaron de metástasis. Y cuando murió, llegaron al velatorio en menos de 8 horas, subidos en un autobús que tarda una eternidad en llegar a una Galicia que en aquel diciembre estaba helada no, lo siguiente.

Estuvieron allí cuando litigué contra una empresa infernal –a la que por supuesto gané-, y cuando nadie apostaba por mi relación con P., ellos fueron de los primeros en decir “adelante”.


Han estado siempre en lo bueno, en lo malo y en lo regular, y aunque, evidentemente, nos vemos menos, lo cierto es que les echo mucho de menos. Han venido alguna vez a verme, aunque no todos juntos (no desde el funeral de mi madre), y al menos una vez al año procuro acercarme a tierras madrileñas para cenar, comer o, lo más importante, reírme con ellos.

Dentro de 7 horas emprenderé un trayecto de 600 kilómetros para pasar el puente en Madrid con P. y S. Y espero que con ellos.

Definitivamente, los lugares los hacen las personas.



SUENA EN MI I-POD:Believe”, de Cher, del disco homónimo, editado en 1998. Esa canción me recuerda taaaaaaaaaaanto a ellos…y a aquellas noches locas bailando como posesos, jajajajaja.

TAGG!!!!!!

Me han taggeado!!!


Ah… ¿Qué vosotros tampoco sabéis lo que es?... Pues, oye, me quitáis un peso de encima, porque cuando El Pajarito me hizo llegar su nominación me quedé de piedra… ¿qué es eso de esta taggeado, madre mía? ¿Es algo malo, es algo bueno? ¿es una enfermedad contagiosa?...

Pues básicamente es algo así como que te linken, sólo que con otro nombre… vamos, que ni yo misma lo sé, pero como esto de las confesiones a lo Carlos Carnicero me hace mucha gracia, me presto voluntaria feliz cual perdiz para copiar aquí las normas de este Tag.:

1.- Enlaza a quien te ha etiquetado y pega estas normas en tu blog.

Pues, como ya he dicho, me ha taggeado El Pajarito

http://elpajaritoblog.blogspot.com/


2.- Comparte 7 datos sobre ti en tu blog - algunos aleatorios, algunos curiosos.

Pues allá vamos...

1.- He tenido dos accidentes de tráfico… y los dos en taxi!!!! El primero, en mi primer año de universidad, fue el 16 de marzo, y lo recuerdo perfectamente por es el día de mi cumpleaños. Cené en casa de mis tios y al terminar era ya muy tarde y no había metro, así que mi tío quiso llevarme en coche hasta el colegio mayor… pero no recordaba donde lo había aparcado (para mi tio eso es normal). Cuando fuimos a coger la moto, resulta que no arrancaba… así que me soltó dos mil pesetas y llamamos a un taxi… que, a mitad de la calle Sagasti, se comió a otro taxi después de volantear y justo antes de atravesar los cuatro carriles de la calle y estrellarse en un portal. El 061 me sacó inconsciente. Lo siguiente que recuerdo es a un tío que me llevaba en brazos y a mi diciendo “puedo andar, que sí, que puedo”, mientras pataleaba… llevé collarín una semana.

La segunda torta fue una noche de agosto, después del concierto de Rock in Cambre. Mi amigo S. había llevado el coche, pero él vive en Vilaboa, muy cerca de Cambre, y, aunque se ofreció a llevarme a casa, me dio cosa hacerle conducir hasta Coruña, así que cogí un taxi. A la altura de la Ronda de Outeiro, diez minutos antes de llegar a casa, el taxista se quedó dormido y nos comimos un camión de Estrella Galicia. No me pasó nada, pero me llevé un susto de muerte. Creo que S. nunca lo superó del todo, jajajajajaja.


2.- Dicen que soy medio bruja. Pero de las buenas, eh. Cuando era adolescente tenía un novio aficionado al esoterismo, y un día nos cruzamos con una bruja por la calle que se ofreció a leernos la mano. Se la leyó a él –acertó, muy fuerte- y luego se acercó a mí. Me cogió la mano, me la miró, me la soltó, y me dijo muy seria “no puede leerte el futuro, tú tienes demasiada energía”. A él le pareció tan brutal, que, al día siguiente, me regaló unas cartas del Tarot. Comencé a echarlas de coña, y resulta que… acertaba!!! Siempre he sido muy intuitiva, la verdad. En algunas etapas de mi vida hasta he sido capaz de adelantar las respuestas a preguntas que todavía no me habían hecho. He intentado hacer conjuros, y algunos me han salido y todo. Si necesitáis algo, me presto voluntaria, pero no garantizo resultados, que conste.


3.- Tengo dos hermanos. Una hermana dos años menor, Natalia, que tiene dos carreras y además tiene el título superior de ballet. Es bailarina profesional, y tiene una escuela de danza en Alcazar de San Juan, fue premio nacional de selectividad y es alta y más rubia que yo… vamos, igualita a mi, jajajaja; y un hermano, nueve años más joven, Yago, que estudia turismo y que es una de las personas más inteligentes y mordaces que conozco, además de ser alto, rubio y de ojos azules. Siento verdadera adoración por ellos, son mi gran orgullo, y eso que no les he educado yo, jajajajaja.


4.- Mi padre ejerció como periodista durante años, antes de nacer yo, y ha publicado bastante. Ganó dos veces el premio Pérez Lugín de periodismo –es la única persona que lo ha ganado dos veces-, y fue la persona que me escribió el primer poema que me dedicaron en mi vida. Se llamaba Jomala, y es el nombre que le puse de niña a la primera estrella que se veía cada noche. Tengo el original en casa y me emociona mucho leerlo.


5.- Soy bipolar. Entendedme bien, quiero decir que a veces parece que tengo doble personalidad. Por ejemplo, soy una persona dura y firme en temas laborales, soy seria, me gusta el trabajo bien hecho, y si tengo que pelear por algo no me amilano. En los momentos duros de la vida me he visto transformada en una especie de roca, me aíslo, y me vuelvo resolutiva y práctica… pero luego lloro sin ningún motivo aparente ante el anuncio de la lotería de navidad, con determinadas canciones, con las escenas finales de “Entre Fantasmas”… vamos, eso bipolar.


6.- Mi “primera vez” tardó mucho en funcionar, éramos los dos inexpertos, y estábamos nerviosos y emocionados. Adolescentes enamorados buscando casas ajenas para poder encontrar un rato de intimidad, como podéis comprender, no es la situación ideal para sentirte experto y cómodo. Y, sin embargo, tengo un recuerdo extremadamente sentimental, sexual y sentido de aquellas semanas de experimentación. Aquellos días de “pruebas” me enseñaron a conocer mejor mi cuerpo, y todavía mejor si cabe el cuerpo del otro; y, desde luego, aprendí que el sexo no es meter algo en ningún sitio. Es muuuuuuuuuuuuuuuucho más. Desde ese momento y hasta el día de hoy, creo fervientemente que los inicios marcan los finales, y que tal vez por eso mi vida sexual ha sido siempre más que satisfactoria.


7.- Quedarme dormida me resulta extremadamente fácil. Da igual la cantidad de cafeína que beba, lo nerviosa o estresada que esté… yo, dormir, duermo. De hecho, mi madre decía de mí que no tenía la conciencia limpia, la tenía sin usar. Una vez me quedé dormida en la ducha, de pie. En otra ocasión, durante una fiesta de cumpleaños, con dos docenas de adolescentes ultra hormonados saltando en mi cuarto del hotel. Y, en el summun del surrealismo, cuando vivía en Madrid, me quedé dormida en el Balihai, la discoteca que había en Gran Vía, mientras miles de personas bailaban trance a mi alrededor. Me despertó un amigo cuando ya habían encendido las luces y estaban limpiando. Sí, soy un caso.


3.- Taguea a 7 personas al final de tu blog dejando su nombre y un enlace a sus blogs.

Jo, pues creo que casi todos están ya taggedos, pero…

Taggeo a Rub
Taggeo a La Mari
Taggeo a Baballa
Taggeo a Coco
Taggeo a MissB
Taggeo a Vogue
Taggeo a Pinkocha

4.- Hazles saber que han sido "tagueados" dejando un comentario en su blog.

Allá voy!

5.- Si no tienes 7 amigos blogueros, o si alguien más los ha "tagueado" ya, entonces taguea a algunos extraños libres de sospechas.

Ya está….

En fin, que ya sabeis un poquito más de mi y de mis manías…

¿CÓMO LO VEIS?
¿SOY DEMASIADO RARA?




SUENA EN MI I-POD:El Roce de tu Cuerpo”, de Platero y Tú, un tema que me encanta y que todavía me gustaba más de adolescente. Los vi en directo allá en los años de María Castaña, en el festival de Rock In Cambre, el mismo año que me pegué la leche con el taxi de la que os hablaba en el tagg… en fin… está en el disco “Muy Deficiente”, del año 1992.