En un lado he colgado las corbatas -tengo tres, como veis, y me las pongo mucho con camisas básicas y vaqueros, con falda lápiz o incluso como cinturón en algún invento de los mios-, y dos tiras de raso duro para las horquillas -desde que me he cortado el pelo, uso pocas-, y los broches.
En el otro, mis collares. Tengo cientos, así que hice selección y dejé sólo los que utilizo. El resto los he guardado en una cajita muy mona con cinrculitos de colores, que ocupa su sitio en la estantería a la espera de tiempos mejores.
Os aseguro que la idea ha dado resultado, porque ahora hago muy poco ruido por las mañanas si busco algo -antes despertaba siempre a mi chico, y eso que eligo el look la noche anterior- y encina lo encuentro todo enseguida.
4 comentarios:
que idea tan genial!! me la apunto porque yo también tengo muchos collares, pero yo probaré con los colgadores adhesivos, me da palo cargarme la puerta del armario!!
Besotes
Culo, chulo. Por cierto, no sabía que eras gallega pero me lo imaginaba... Bueno, besoootes.
Ay madre, quise decir chulo, chulo y no "parte de nuestra anatomía, chulo" Menudo fallo más gordo...
Me encanta tu apaño, queda práctico y decorativo.
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