DE PRINCESAS Y OTROS CUENTOS CHINOS

Vaya timo que nos ha caído encima a las mujeres con eso de ser “princesas”.



Eso es exactamente lo que pensé esta misma mañana al leer un mail de mi amiga B. Mis amigas y yo chateamos –cuando nuestros trabajos nos lo permiten- vía mail por las mañanas.

Al llegar al despacho –por aquello de que soy la que entra más temprano- me he convertido en la encargada de inaugurar el chat mañanero con un mail lleno de energía y buenas vibraciones. La idea es que, cuando todas ellas entren en sus respectivas oficinas, tropiecen entre sus correos con un mail destinado sólo y exclusivamente a hacerlas sentir bien. Y de ahí en adelante, cada una responde cuando tiene tiempo contando lo que le apetece, preocupa o interesa compartir.

El caso es que esta mañana mi mail comenzaba con un encabezamiento tal revelador como inconsciente:

“Buenos días princesas”.

No fue premeditado. Sencillamente, lo escribí. Sin más. Luego les conté que ya tengo la maleta casi hecha para mi viaje a Tallinn, que tenía muchas ganas de cenar con ellas el jueves –cena de chicas, de esas que todo el mundo debería tener (los chicos también, se entiende)- y cuatro chorradas más, para terminar deseándoles un feliz martes.

B. respondió al correo asegurando que le encantaba el encabezamiento, porque no creía en eso de que “las niñas ya no quieren ser princesas”… y eso me hizo pensar.

Porque… ¿por qué conformarnos con un cargo más honorífico que real que conlleva mil y un compromisos y ningún poder? ¿Para qué vale una princesa, a parte de para “hacer bonito” al lado del príncipe desteñido de turno?

Dándole vueltas al tema, la verdad es que cada vez me horrorizaba más el plan: tener que tragarme todo el protocolo y no poder mandar nada de nada, al menos hasta los 60 o 70 años, cuando, con suerte, y contando que la república no se pusiera en mi contra, la reina me cediese el puesto… puffff… qué pereza me estaba entrando sólo de pensarlo, de verdad.

Eso sin tener en cuenta la vertiente literaria del puesto. Porque a ver, seamos sinceras… ¿qué princesas que merezcan la pena nos ha regalado la literatura?

¿Blancanieves?
Una pobre idiota huérfana que vivía haciendo de señora de la limpieza para siete tíos que no levantaban un palmo del suelo y que encima trabajaban de mineros, lo que conlleva dejar el suelo hecho unos zorros de carbonilla al llegar del trabajo. Que tú te pasas todo el día limpiado para que luego lleguen los siete medio metros esos y griten “cari, ya estamos en casa” mientras apoyan los pies llenos de tierra en la mesita del café…. Hombre, no por el amor de Dior… por no hablar de la madrastra esa que se pasa el día tocándote los bemoles queriendo venderte una manzana… que ahora que lo pienso, ese sí que era un personaje digno de admiración: guapérrima, malérrima y con un guardarropa rollo Dior en plan Galliano extremis que enloquecería a la más pintada.

¿Y qué me decís de Cenicienta? ¿Se puede ser más pringada? Heredera de una fortuna indecente, y al servicio de su madrastra y sus hermanastras. De pequeña, al leer ese cuento, siempre pensaba “pero vamos a ver, esta tonta por qué coño no le mete dos leches a su madrastra y la manda a freír monas”. Es que no lo comprendía. Se ve que ya de niña la abnegación no iba conmigo.

Por no hablar de la Bella Durmiente. Que hay que ser pava para pasarte media vida dormida por pincharte con el huso de una rueca… y, para empezar… ¿qué hacía una princesa hilando en una rueca? ¿Es que no tenía costureras y modistas, o qué? Y encima va la muy pánfila y se casa con el primero que se le cruza por delante, hombre, que no, que hay más peces en el mar, que no puede una quedarse así con lo primero que pilla, hay que comparar un poco, chica.

Todo esto, sin tener en cuenta el hecho de que para encontrar pareja algunas se vieron obligadas a besas batracios… que no me veo yo besando sapos por el mundo adelante, la verdad.

Yo definitivamente viendo este florido plantel no quiero ser princesa. Del tema Reina ya no hablo, porque entre que tienes que tener más años que la tana y parece ser condición sine qua non el llevar un cardado digno de un mago, pues paso, sinceramente. El Infantado tampoco me convence mucho, porque suena como a rancio y encima es así un poco como Class B, que diría La Divina, y de los títulos nobiliarios de segunda y tercera división no hablo, porque no me atraen nada.

Así que, visto lo visto, me quedan dos opciones: o Maharaní, que tiene su aquel por aquello de las tierras lejanas y el olor a pachuli (que no cachuli, por favor que nadie se lleve a engaño), pero que tiene el inconveniente de la poligamia, que en principio no me apetece mucho, por aquello de las enfermedades venéreas y porque no viene aparejada de la poliandria, así que mira, como que no;… y Emperatriz.

Y oye, Emperatriz se me antoja a mi un cargo como con clase. Mandas un huevo, eres regia y elegante, y encima tienes ese halo como de misterio y drama a lo Scarlet O´Hara que no deja de tener su aquel.

Emperatriz fue Sissi, que pese a la cursilería de su apodo era una tía de armas tomar y encima ha pasado a la historia en forma de película imperecedera, que siempre es un aliciente. Y además tenía ese puntito rebelde con clase.

Emperatrices eran las damas japonesas de alta alcurnia, que, pese a lo machista de la cultura oriental, mandaban más que los propios emperadores.

Emperatriz era la gran Catalina de Rusia, mujer de Pedro I. Esta me encanta porque era prostituta, así, con todas las letras, pero se ve que la tía lo hacía tan bien que logró que el emperador le pidiese matrimonio loco de amor aún sabiendo que se había pasado por la piedra –cobrando, encima- a medio ejército ruso.

Emperatriz era Josefina Bonaparte, que fue una mujer elegantísima –aunque con un pésimo gusto en cuanto a hombres- y que pasaba mucho de las guerras de su maridito, entretenida como estaba el cepillarse media corte francesa mientras se embutía en esas casacas maravillosas de terciopelos, hilo dorado y encaje de chantilli.

Y en el terreno literario tenemos a la maravillosa Emperatriz del Reino de Fantasía, sentadita en su concha de ostra ella, con esas joyas que quitaban la respiración y rodeada de mis dos amores preadolescentes: el tontainas de Bastian, con quien todos los ávidos lectores nos hemos identificado alguna vez, y el valiente y apuesto Atreyu, con su caballo Artax entre las piernas… vete tú a saber si de adultos lo cambió por la Emperatriz… me gustaría creer que sí.

Vamos, que definitivamente yo paso de ser princesa. Yo lo que quiero es ser Emperatriz. A ser posible, soltera… lo de consorte queda fatal en las tarjetas de visita.

Dedicado con todo mi cariño a mis princesas del chat mañanero, que igual después de leer esto deciden abdicar, jajajaja

47 comentarios:

Anónimo dijo...

Emperatriz, más cuentos, Sisi era una pobre frustrada, apuntan una posible bulimia y anorexia.
De las princesitas Disney, qué se puede decir? todas buscaban maridos que las salvasen (incluida la sirenita) y se dedicaban a limpiar y cocinar.
Así que me quedo con el mundo real de mi casa, que allí si que mando "mogollón" jejejej...
Ruth

ester dijo...

siempre me pregunté por qué mi mote en el horroroso colegio mayor en el que viví (más bien sufrí) dos años era precisamente "la princesa", porque yo de princesa no tengo nada, la verdad...
por cierto, os recomiendo un libro llamado "la princesa que creía en cuentos de hadas", una histoia que "nos muestra lo importante que es respetarnos, valorarnos y amarnos tal cual somos, siendo ésta la mejor manera de encontrar el verdadero amor ya que en nuestras manos está el encontrar y alcanzar la felicidad"
sé que así dicho parece cursi, pero sin ser precisamente adicta a la lectura de libros de ayuda -más bien reacia, de hecho...-, leí éste por recomendación de un amigo y me hizo pensar un poquito...
beso!
e.

Naïf dijo...

Cuando era pequeña y todas las niñas iban disfrazadas de princesa o dama antigua, yo me planté en el cole con un disfraz hecho por mi madre de "Emperatriz de las Galaxias". Que nadie me pregunte de dónde coño saqué eso, porque no tengo ni idea, sólo recuerdo que era un vestido de gasa con estrellas doradas y una cinta en la frente, también dorada. Ah, y una especie de cetro mágico.
Me sentía la reina de todo, la más guapa y la que mandaba en todo el universo... Sencilla que era una, ya con cinco años.
Y lo de ser princesa... Buff, que agobio, sólo de pensar en vestir de Lorenzo Caprile me entran sarpullidos.

María dijo...

Mujer, ruth, evidentemente mejor en casita que en el palacio ese... pero oye, entre bocadillo de pelos, y bocadillo de uñas...

María dijo...

Esther, yo soy fan acérrima del título de un libro que me regaló mi hermana:

"Cambio Príncipe Azul por Lobo Feroz"

Yo lo cambié y estoy más que satisfecha con el trueque!!! jajajaja

María dijo...

Pinkocha, yo cuando mis amigas se disfrazaban de dama antigua, escogí dos super modelos:

Un año fui de Shera, la maga de Dragones y Mazmorras, con su capa de invisibilidad azul y su peluca pelirroja

Y el año siguiente fui de... CLEOPATRA!!! Porque si hay que ser reina, al menos ser una reina como dios manda!!

Perla N. dijo...

Mira, eh? A mí los cuentos de hadas y las princesas Disney me dan urticaria..... pretendiendo que creamos desde pequeñitas que sólo nos podemos realizar a través del matrimonio y que sin un hombre no somos nada, grrrrr.....

Lo de Emperatriz mola pero puestas a elegir, yo quiero ser FARAONA.

María dijo...

O como mi amiga A., que me acaba de comentar por mail que ella lo que de verdad es -ojo, que he escrito ES, y no quiere ser- es DIOSA!!!

...ella sí que sabe, jajajjaja

Anónimo dijo...

jajajajaja
tú eres amiga mía????
lo que has contado podría haberlo contado yo o cualquiera de mis amigas, porque tb tenemos un chat diario, y tb nos hacemos estas pajas mentales de princesas, emperatrices, diosas, solteras de oro, cazafortunas o mantenidas.
muaks!!
LP

Anónimo dijo...

Me has dejado un tanto traspuesta con lo de bocadillos de uñas y pelos... no lo he entendido, te lo juro, lo único que se es que me ha dado un ascazo jajajaja...
Ruth

Perla N. dijo...

Pues sí, María, tu amiga sí que sabe!!!

María dijo...

LP, es que no hay nada como un mail escrito con cariño para arreglar cualquier mañana de mierda!!!

María dijo...

Perla, no lo sabes tú bien... os caerías taaaaaaaan bien

María dijo...

Ruth, jajaja, es una expresión muy de mi casa.

Cuando te dan a escoger entre dos cosas que no te gustan, decimos eso:

"Joder, es que entre bocadillo de uñas y bocadillo de pelos no sé qué escoger"

maba dijo...

yo no quiero ser nada de eso... excepto dentro de mi casa que soy todo eso y mucho más!

como mi casa está formada por mi hija y por mi..

pues sí..tengo a toda una princesa, diosa, reina, faraona y emperatriz etre las manos..

lo de princesita se lo pusieron mis sobrinos desde antes de nacer pero...

ella tampoco quiere ser princesa...eso sí.. dictadora es un huevo

besos

María dijo...

Maba, tú hija sí que sabe, jajajaja

Dictadora nada menos, eso sí que es mandar, jajajaja

Anónimo dijo...

OK, te digo que entre bocadillo de pelos y bocadillo de uñas, una menda se baja al bar.
Ruth

María dijo...

Jajajajaja

Ruth, eso sí que es una respuesta GRANDIOSA!!!

MARTINA dijo...

Pues oye!!,a mi no me importaría nada, que me despertasen todos los días con un:

.."" buenos días princesa..""..

Y si veis la carita de mi hija, cuando le pregunto...¿como está mi princesa hoy?..porque para mi, ella será siempre una princesa.!!

por cierto, le encanta la Cenicienta..!!
Tiene 4 añitos..!!

Un beso

Olly dijo...

Desde luego te compro lo de Emperatriz, dónde va a parar! Jajajja...
El "Buenos Días Princesa" me recuerda a La Vida es Bella, y para mí tiene un cariz romántico, ñoño pero que me encanta.
Musus

Anónimo dijo...

A quién ya sabe: Yo soy un Príncipe pero tengo un rabo de lobo, totalmente feroz, así que ve preparando una muda y la baselina

Anónimo dijo...

¡Hola!

Muy bueno el post, coincido en que las princesas son un tostón y mis dos camisetas de la madrastra de Blancanieves (con mensajes de pero qué mala soy incluidos) lo atestiguan, jejeje.
Tampoco te pierdas a Cleopatra, que no estuvo mal la que lió, con un imperio a sus pies, o a su nariz, mejor dicho...
Impagable el momento "bocata", ¡qué ascazo! Jajajaja.

¡Un besote!

Shire

Ely dijo...

a mi me pasó algo como a Pinkocha, mi disfraz del cole, lejos de ser de princesa fue de cabaretera, asi que... creo que mas que emperatriz, soy un poco meretriz...ay

Blaudemar dijo...

Las princesas, las muñecas tipo Barbie y, en general, todas esas ñoñerías con que pretenden engañar a las mujeres... no están hechas para mí.
Yo también siempre había pensado que ser princesa era aburrido. En general, el papel de "niña buena" es -y era- un tostón.

Y Emperatriz... tienes razón, suena mucho mejor.Grandioso. Poderoso. Eso sí...

Me ha encantado este post!

Ely dijo...

joder, quien es el anonimo de rabo feroz? es como arturo pito duro?

Anónimo dijo...

Yo fui de Mortizia Adams era mucho mas chocante con 6 años. En mi casa la "princesa" es nuestra perra, da vueltas, se pasea, vive a cuerpo de rey.....Yo me uno, soy Diosa, pero de las del Olimpo, terriblemente humana.
diminina
¡socoorro! no me deja publicar con mi cuenta.

María dijo...

Martina, yo insisito en mi condición de Emperatriz, o, en su defecto, Diosa o Semidiosa... paso de ser heredera al trono, yo quiero gobernar y punto! jajajaja

María dijo...

Olly, aunque parezca mentira, y aún a riesgo de quedar como una cateta integral, lo confesaré:

NO HE VISTO "LA VIDA ES BELLA"... creo que mi corazón propenso a la empatía extrema no podría soportarla.

María dijo...

Anónimo, sin palabras me has dejado...

¿No tendrás también una cuenta corriente saneada, un trabajo interesante, una sonrisa subyogadora, los ojos verdes y barra libre en Gucci, no? Porque entonces no tendré más remedio que pedirte matrimonio.

Por cierto, Vaselina es con V... V de Veloz, cosa que espero tú no seas.

María dijo...

Shire, totalmente de acuerdo contigo!

María dijo...

Ay, Ely, las hay que estamos predestinadas desde crías...

Aunque te diré una cosa, mejor cabaretera que sufridora en casa, vamos, digo yo.

María dijo...

Blaudemar, es que dónde va a parar, suena como imponente, ¿o no?

María dijo...

Diminina... ¿Mortizia Adams? jajajajaja

Yo fui Vampiresa-Putón a los 15... eso marca, créeme!

Celia dijo...

Un análisis (parecido al tuyo)de lo que significa ser princesa de cuento lo he hecho desde que mi hija de 3 años no para de pedirme que le lea: Blancanieves, Cenicienta,la Bella Durmiente etc....
Lo mejor es cuando le pregunto si ella es una princesa y me contesta: "N, yo soy una reina y si quiero mandar soy "la mamá"!!"

Me encanta la respuesta porque quiere decir que yo como "mamá" tengo poder!!! je,je...

María dijo...

Celia, joder con tu hija, para tener tres años es más lista que un ajo!! jajajaja

Celia dijo...

ja,ja, dímelo a mí...que tengo que lidiar con sus respuestas a diario!!

Cruela DeVal dijo...

Un buen análisis...
y qué me dices de la sirenita esa sí que era tonta de remate cambiar su reino de corrales por unas piernas y encima quedarse muda y ver que el tío de tus sueños ni sabe quién eres...yo prefiero ser baronesa, tener un museo ser rica de cojones y mandar todos a la mierda incluso el repelente de tu hijo y su desaborrida nuera... vamos
Besos y bon voyage

Anónimo dijo...

Siempre te leo, y aunque normalmente coincido contigo nunca me atrevo a comentarte, pero lo de hoy ya es... pa morirse. Sabes lo malo, que aún quedan por ahí muchas odiosas que quieren ser princesas y que educan a sus princesitas, que noxo!
Aunque no comente te seguiré leyendo porque me haces reir...

María dijo...

Cruela, cariño, no te veo yo con las raices mal teñidas y pidiendo pruebas de paternidad a diestro y siniestro, jajajaja

María dijo...

Anónimo, hombre, yo creo que es una cuestión democrática: la que quiera ser princesa, pues que lo sea, pero luego no vengas llorando porque no te tienen en cuenta...

Y luego están, claro, las princesas rebeldes, como Estefanía de Mónaco, o las pebeyas, que van desde Grace Kelly hasta Letizia "con Z" Ortiz... es que hay mucho abanico, chica.

Aún así, sigo prefiriendo ser Emperatriz, jajajja

Unknown dijo...

Como me he reído María!!!! pero al final que quieres que te diga todas somos un poco blancanieves y cenicienta porque reina yo en mi casa pongo lavadoras, friego los platos el aspirador.....etc así que aunque nos pese si somos como ELLAS así que yo encantada de que me llames PRINCESA, eso que me llevo!!!
Besos

María dijo...

Baballa... yo desde hace un mes he pasado a ser la hijaputa de la madrastra, y le pago a una profesional para que limpie, friegue y demás básicos hogareños.

Qué quieres, hija, yo nací para Emperatriz!!!!! jajajajaja

Unknown dijo...

Jajajajajajaja...que bueno!A mi es que esto de la nobleza me da pereza, fíjate tú. Y si encima las princesas son unas trepas, o unas pánfilas, ya ni te cuento.

Besos!

María dijo...

Chema, o ambas cosas a la vez, que de todo hay en la viña del señor, jajajajaj

Naïf dijo...

Ely, algún dia ete enseñaré mi foto disfrazada de cabaretera con ocho años. No pare de berrear hasta quie me pintraron un lunar de zorrón y me encendieron el cigarro (con boquilla) para las fotos.

María dijo...

Ay, jajajajaja

Vale, definitivamente nosotras -el clan de las gallegas- más que para princesas ibamos para zorrones tipo pendón desorejao, vamos, jajajajaja

Anónimo dijo...

www.trendyvibes.blogspot.com