LA MADUREZ DE PETER PAN

Juventud, divino tesoro, te vas para no volver, decía el el gran poeta Rubén Darío… pero… ¿cuándo se marcha de verdad la juventud?




Y no hablo de juventud de espíritu, ni de juventud física. Hablo de juventud en el sentido sociológico de la expresión.

En un mes cumpliré 31, una edad que ahora se me antoja perfecta, pero que cuando tenía 13 años, me parecía la vejez extrema. Y es que las cosas han cambiado mucho en los últimos quince años. Tanto, que hay quien dice que los actuales treintañeros somos eternos Peter Pan atrapados en una post-adolescencia jalonada de sueldos mileuristas e independencia paterna que no hacen más que prolongar este estado.

Pero… ¿Es esto estrictamente cierto? ¿Nos negamos a crecer, a asumir responsabilidades? ¿Posponemos eternamente la madurez, o sencillamente hemos logrado darle nuevo sentido y mejores connotaciones al término?

Lo que resulta innegable es que la vida de los treintañeros sí ha cambiado. De eso no hay duda. Mi madre tenía 24 años cuando me parió. Tenía un matrimonio sólido, un puesto fijo, una hipoteca abarcable y un coche de segunda mano. Su vida social se reducía a comidas familiares, paseos por el parque, y una salida con los amigos muy de tarde en tarde.

Yo, con 24 estaba enfrentándome a mi primer contrato en precario, no tenía pareja estable, todavía vivía en casa de mis padres por que sueldo (300 euros al mes) no me daba para un alquiler, ni te cuento para una hipoteca, pedía prestado el coche a mi padre cuando me era imprescindible y salía de lunes a domingo, aunque sólo fuese a tomar unas cañas al salir del trabajo.

Con 31, mi madre tenía dos hijas y el proyecto de tener más niños, la hipoteca prorrogada para poder comprar el segundo coche y reformar la casa, dos ascensos a sus espaldas y una vida social todavía más exigua.

Mi vida de hoy sólo difiere de la de los 24 en un par de puntos: sí tengo pareja estable y sí me he independizado completamente, gracias a un puesto de trabajo menos precario que me permite afrontar, no sólo un alquiler, sino un ritmo de vida social igual de elevado que entonces. Ni rastro de hijos, ni rastro de calma social, ni rastro de vida tranquila.

Más o menos lo mismo puedo afirmar de los treintañeros que me rodean, incluso de aquellos que sí han optado por la paternidad. El pasado sábado salí a cenar con unas amigas, y terminamos tomando unas copas. Varios son padres, otros están a punto de serlo. Y estas cenas y salidas nocturnas las repetimos con mucha frecuencia.

Y no somos los únicos. Anoche, en la cervecería que flanquea el Teatro Rosalía, donde Felix Arias y Silvia Penide daban un concierto solidario a favor de Haiti, los treintañeros éramos mayoría aplastante. Decenas de nosotros nos agolpábamos en la barra a la salida de las oficinas dispuestos a tomar una caña en compañía de unos amigos y disfrutar de esa independencia económica y social que nos permite nuestra vida laboral. Algo mucho menos común hace quince años, cuando este tipo de reuniones eran escasas, y casi exclusivamente masculinas. De acuerdo que la emancipación económica hace mucho, de acuerdo también que retrasamos la paternidad, lo que nos permite mayor y mejor tiempo libre para nosotros mismos, pero, ¿son estas las únicas causas de que nuestra juventud se prolongue hasta bien entrados los cuarenta?

Hace unos años los sociólogos acuñaron un nuevo término para este tipo de “nuevos jóvenes”, treintañeros emancipados que gastan la mayor parte de su tiempo y su dinero en ellos mismos, sin a penas cambiar sus hábitos sociales post-adolescentes, pese a haber asumido nuevas responsabilidades laborales e incluso personales. Sin embargo, y pese a haber etiquetado el concepto, ni si quiera ellos han sido capaces de establecer si esta nueva situación social se ciñe a un cambio de roles, o responde a una nueva realidad: la juventud es cada vez más eterna.

Al parecer, y según expone Manuel Martín Serrano, sociólogo y periodista (que además fue profesor mío en la facultad… algún día os contaré lo de los cucullos…), la propia sociedad ha creado un nuevo compartimento no necesariamente estanco. Hasta hace bien poco, uno dejaba la adolescencia para pasar al mundo adulto de golpe y porrazo, a base de puteo laboral (llamado aprendizaje o becario). Pero este puteo profesional estaba más o menos bien pagado. El coste de la vida era menor, por lo que, en cuanto se encontraba un trabajo, uno de independizaba. Pero a día de hoy, pasan años hasta que un trabajo te permite independencia. En esos años que transcurren entre la salida de la adolescencia y la entrada en las responsabilidades adultas, se forja una nueva identidad, la de quien no ha tenido opción a disfrutar de su verdadero “yo” durante sus primeros años laborales, porque económicamente no le era posible. Y ese nuevo “yo” decide recuperar el tiempo una vez que alcanza ese punto.

Factible, sí, pero… vayamos más allá.

Las mujeres- el campo que, evidentemente, mejor conozco- de 30 años no somos ahora como éramos hace 15 años. Madres o no, trabajadoras en casa o fuera de ella, nos hemos vuelto a mirar al espejo que dejamos de contemplar hace años. Nos cuidamos más, nos consentimos más, nos disfrutamos más… y lo asumimos y reivindicamos con la mayor de las naturalidades.

Una amiga me decía el otro día que “estamos mejor ahora que a los 20, porque estamos más pulidas”… y tiene razón, al menos en parte. A los 20 estaba más delgada, más tersa y más fibrosa. Mi piel relucía de salud y me quedaba todo por probar… pero miles de complejos me asediaban, y no ha sido hasta hace bien poco que he aprendido a perdonármelos. Por eso ahora, a mis treinta y casi uno, me veo mejor, aunque no lo esté. He sustituido esa naturalidad acomplejada por buena cosmética y manicuras sin remordimientos ni dolores de vergüenza. No pienso pedir perdón por querer disfrutar de mi misma, de mi cuerpo, de mi dinero y de mi vida como a mi me de la gana, y eso, claro, se transmite.

Pero pese a todo este ejercicio de autoafirmación –soy joven, soy joven… ahora se vive hasta los 90, ergo con 30 estoy empezando a vivir-, me preocupaba sobremanera la pregunta que rondaba mi cabecita pasada por la peluquería y las mechas que dejaron atrás el fosco pelo veinteañero… ¿no será esta “nueva juventud” un invento para volvernos eternos Niños Perdidos? ¿O de verdad soy una adulta que ha decidido vivir su vida como quiere? ¿Escapamos de las responsabilidades que socialmente se han considerado adultas, o las cambiamos porque podemos, porque queremos, consciente y responsablemente? ¿Es necesario ser “como tu madre” para ser adulta, o basta con asumir la responsabilidad de tu propia vida?

Daba vueltas a todo esto mientras felicitaba el cumpleaños a la primera de nosotras que ha cumplido los “taytantos”, y he decidido darme una respuesta sincera. Una respuesta de aceptación. No soy joven. No, al menos, en el sentido “peterpanesco” de la expresión. He asumido responsabilidades buscadas, y otras llegadas sin intención, pero no por ello asumiré un rol que me es impuesto y ajeno a partes iguales. Soy una mujer de 30 años que vive la vida que quiere, como quiere, con quien quiere. Me he perdonado, he aprendido a quererme, y consecuentemente he aprendido a perdonar y querer. No voy a asumir roles ni esperanzas de otros, porque no son mías… y creo que eso es un síntoma inequívoco de madurez.



SUENA EN MI I-POD: La magnífica, brillante, alucinante, extasiante… la inmejorable versión que Cake grabó del clásico de la diva Gloria Gaynor, “I will survive”, un temazo en toda regla que me sirve para dedicar este post a quien más se lo merece, a todas esas pedazo de hembras que me acompañan en este camino a la madurez. En especial, claro, a Mercedes y VaneFELICES 31, CHICAS.

47 comentarios:

ester dijo...

maría, cómo te entiendo...yo he pasado de ser un poco demasiado madura y un mucho acomplejada con 20 años -por vivencias personales que no vienen al caso...- a disfrutar de mis 33 sin pareja, sin niños y sin miedo al qué dirán por vivir como quiero -que en mi caso ya es mucho-. aunque muchos de mis complejos siguen ahí, al menos ahora convivo con ellos en relativa armonía...y no creo que sea ni mucho menos infantilismo ni miedo a crecer, insisto en que durante muchos años me tomé la vida demasiado en serio y fui una vieja prematura...
y no me enrollo porque podría estar horas escribiendo...pero ya lo has hecho tú mucho mejor.
beso!
e.

María dijo...

Ladychollo, gracias.

Esther, te felicito!!!

Verás, yo creo que la humanidad evoluciona constantemente, pero, por algún motivo, hay un enorme sector que se niega a aceptar que el concepto madurez no implica necesariamente matrimonio, hijos, hipoteca... madurez es tomer decidiones consciente y responsablemente, no que esas decisiones coincidan con el modelo social que otros han ideado.

superwoman dijo...

Lo primero feliz cumpleaños, yo hace tiempo que deje los 31, tengo 37. Creo que hay muchas maneras de ser maduro, si te ocupas de ti física, mental y económicamente creo que ya eres maduro. De todos modos hasta que no tienes hijos tu vida social no cambia.

Pero cuando llegan los hijos, durante un tiempo, la cosa se desmorona. Tu vida como la habías conocido desaparece y aunque conozcas a muchas madres y aunque parezcan las mismas no lo son. Todo en su vida tiene que estar programado por lo que su vida social cambia y lo que es peor siempre tienes en mente a esa personita que es tu hij@ y entonces amigas mías cambiáis. Besos.

María dijo...

Superwoman, claro, los hijos de obligan a adapatar tus horarios, pero no creo que te obliguen a cambiar. Mis amigas siguen saliendo (menos, claro, pero salen), siguen comprando ropa y complementos que les gustan (menos, claro), siguen cuidándose (y aquí sí que no, no menos, se cuidan igual, en menos tiempo)...

Anónimo dijo...

Mi experimento colectivo de madres casi cuarentonas es el siguiente:
Durante años hemos hecho lo que nos ha dado la gana, de repente viene un ser que depende de ti, tu "yo" desaparece.
Se puede superar o te puedes enterrar en vida, eso depende de la personalidad de cada uno. Yo preferí superarlo.
Probablemente alguno pensará wque tengo síndrome peterpan, disfruto corriendo en el parque con mi retoñín, jugar al fútbol y mil cosas (no recuerdo a mi madre subida en el tobogán haciendo el ganso, ni a ninguna madre de aquel entonces, también es verdad).
Sabemos que somos jóvenes, que nos queda mucho por pasar, hemos disfrutado mucho como para cerrar la puerta de golpe.
Nos gusta VIVIR, eso no es inmadurez, ni síndrome de nada.
Ruth
Ahí queda eso!!!

María dijo...

Ruth... AMÉN!!! Ojalá todo el mundo pudiese asumir los años así. Todos los años.

Unknown dijo...

Te recuerdo como empezaba un post mio
-Me gusta la nocilla
-Llevo pegatinas de la guerra de las galaxias
-voy a mcdonals de vez en cuando.
... etc

Qué te voy a decir!!!!! somos completamenteo diferentes con otra manera de vivir, de educar, de sentir de todo pero como tu YO ME CONSIDERO JOVEN UNA MADRE JOVEN, JOVEN, JOVEN, JOVEN!!!

Me encanta el post!
besos

María dijo...

Baballa, es que eres joven, desde el punto de vista sociológico y desde el real!!! jajajajaja

Y sin duda somos diferentes porque hemos aprendido que la madurez llega, pero cómo y en qué rol, lo decidimos nosotros!

Lucía dijo...

Pues yo creo que no hay mayor sintoma de madurez que el ser capaz de decidir como llevar tu vida. Me parece muy maduro tomar la decision de vivir eternamente en los 20... Sólo hay que echarse a la espalda el "que dirán"... Pero eso tambien es sintoma de madurez!
lo que más madura me hace sentir es que soy capaz de pasar olimpicamente del "que dirán" y vivir para mí y no para los demás. Y en este punto creo que me voy al post de la maternidad y creo que ese post y este guardan similitudes, ambos reflejan la madurez que para mí no es más que la capacidad de tomar decisiones sin contar más que contigo misma!
Un beso enoooorme

Cruela DeVal dijo...

Bueno supongo que fui un caso aparte y te voy a demostrar que puedes vivir en un estado de permanente Peter Pan
A los 23 dejé un trabajo fijo bastante bien pagado en el mundo del cine para largarme a Madrid, donde me puse a currar casi de inmediato con menos sueldo pero contenta por el cambio, durante los 5 años siguientes me dediqué a ir donde el sol más calentaba, Expo Sevilla, Madrid, Barcelona vamos donde iba mi C y yo encontraba curro, a los 28 me quedé embarazada porque quería tener un hijo antes de los 30.... por lo tanto a los 29 fui madre...
a los 35 estaba en mi plenitud..y hasta volví a mis tiempos de loba de discoteca y cenas regadas con cervezas...
ahora tengo 42 bueno casi 43 y nada ha cambiado, las responsabilidades son las que quiero abarcar, como siempre, se trata de ser consecuente con sus actos y consigo mismo... puedes ser Peter Mental como lo soy porque creo que jamás me hará vieja pero saber que sí quieres algo te lo tienes que currar...
definitivamente la juventud es un estado mental más que físico y bendito sea... sé que mi aparencia ya no es la de antes no me engaño pero sé que les doy muchas vueltas a muchos de menos de treinta... y a veces me siento más joven que ellos...
bueno qué roollloooo y ni sé su me he explicado bien jajajja
Besos

María dijo...

Lucía, Cruela... BIEN POR VOSOTRAS!!!

Por hacer lo que os da la gana, cómo os da la gana, con quien os da la gana, sin i,portaros si es l oque se espera de vosotras.

Sois la jóvenes más maduras del mundo!!!

Perla N. dijo...

Yo no creo que seamos eternos niños con complejo de Peter Pan. Simplemente hemos cambiado de mentalidad y hemos superado el miedo a tener una vida que no es “lo que debería ser” (hipoteca, boda, hijos...).

Sin ser unos cabezas locas, nos gusta disfrutar del aquí y del ahora porque somos conscientes de que mañana podemos estar en el hoyo. Y entonces, de nada sirven los sacrificios hechos de cara a un futuro mejor.

Yo soy joven (voy para 32) y me siento joven. Asumo las consecuencias de mis actos, soy responsable de mis gastos y de mi vida, decido sobre ella, sobre mi tiempo... en definitiva, sobre mí. Por tanto no creo que sea una inmadura.

Muy buen post, María.

María dijo...

Perla, es tal cuál tú lo has explicado. La madurez no es sinónimo de "boda-hijos-hipoteca", sino de decidir por uno mismo, con consecuencia y responsabilidad... y no siempre es fácil hacerlo, por eso hay inmaduros con vidas "ejemplares", y maduros "camándulas".

Lula P. dijo...

María, lo has clavado!! Ya te digo que yo tuve una adolescencia y unos 20 increíbles y locos (y eso que me casé pronto, con 24, pero lo hice con el amor de mi vida y lo hicimos precisamente por eso, para hacer un fieston loco con todos nuestros amigos, y así fue).

Como tú, pensaba que a los 30 sería una vieja!! también creía que la única forma de ser buena madre era perpetuar los roles que vi en casa. Tuve una madre maravillosa y no cambiaría nada de la vida que me dio, de cómo me crió, pero yo soy otro tipo de mujer y otro tipo de madre. Me quiero mucho más, me cuido mucho más y salgo mucho más. Cuando tuve a mi primer hijo me peleé un poco conmigo misma hasta que llegué a la conclusión (y para eso no necesité mucho tiempo, no te voy a engañar) de que necesito seguir haciendo cosas yo sola (salir de marcha con mis amigas, o de cena, al menos una vez por semana, por poner un ejemplo)... Nuestra vida no se acaba en los 30 ni con los hijos, ni tiene porqué cambiar tanto. También creo que se puede criar a tus hijos con amor, de forma natural, sin tener que olvidarte a ti misma. Eso sí, es indispensable que el padre participe en la crianza al 100%. Mi marido lo hace. Si no fuera así, sería imposible.

De todas formas, querida colega, tengo que decirte que hay algo que sí ha cambiado mi maternidad. Al nacer mi primer hijo tuve claro que no quería ser una madre ausente (hacer cosas yo sola, tener vida social y salir alguna noche no es equivalente a madre ausente)... como periodista, hacer lo qeu más me gusta, es decir, la calle en un diario, es absolutamente incompatible con la maternidad. Te tiras todo el día, sin horarios y con unos cierres de madrugada. Cuando nació mi hijo me lo monté para escribir desde casa, pero soy una persona con mucha suerte y cuando cumplió un año me promocionaron y me pusieron al frente del digital. Para mi es perfecto, tengo horario y aunque ya escribo muchísimo menos sí me lo permito de vez en cuando con algún tema que me guste. Así que he descubierto sin querer cómo hacer compatible mi profesión con la maternidad!!!!!!!! y estoy encantada, claro!!

Los 30 me han aportado, como te digo, poderío. Me siento una mujer madura, con más respuestas en mi cabeza, recogiendo los frutos por los que tanto curré durante los 20... Yo nunca he sido una mujer acomplejada, pero ahora realmente me siento más relajada. Fui muy feliz con 20 años, pero no volvería atrás. Me quedo con este momento, sin duda!!

Lula P. dijo...

madre mía, menudo rollo te he soltado... es quea siempre me doy cuenta de lo largo que es lo que he escrito cuando le doy a publicar el comment jajajaja bueno, ahí queda...

María dijo...

Lula, es que eso es precisamente la madurez: decidir!!!

Tú DECIDISTE renunciar a ciertas gratificaciones profesionales, porque A TÍ te compensaba pasar más tiempo con tu hijo. Eso es madurez. Hacer erso "porque toca" es lo inmaduro.

Tengo una amiga que tiene dos hijos maravillosos y que DECIDIÓ, igual que tú, priorizar su vida familiar por encima de la laboral. Y lo decidió conscientemente, porque quiso, porque le compensa... PUES OLE POR ELLA!!!

María dijo...

Ah!!! Y mis 20 fuieron también alucinantes!!! Fui feliz, sin duda... pero como decía mi sabia madre...

"Hacia atrás, ni para coger impuslo"

Lula P. dijo...

Claro, decidir es la madurez, pero tanbién todo depende mucho del tipo de persona que seas y de tus necesidades. Yo por ejemplo, me conozco y no podría dejar de trabajar. No podría, de verdad. A veces hay que dejarse llevar un poquito y la vida sola te da recompensas. Para mi esa promoción profesional fue una de esas recompensas. Pero quién sabe, quizá si en su momento no hubiera decidido estar el primer año de mi hijo currando desde casa no me habrían ofrecido ese ascenso (por el simple hecho de no dejar hueco un puesto en la redacción, no sé si me explico...).

María dijo...

Te explicas divinamente. Yo creo que cuando las decisiones se toman con cabeza suelen tener buenas consecuencias, aunque a veces el plazo sea largo.

Mi amiga, por ejemplo, tampoco quiso dejar de trabajar. Sencillamente optó por reducir su jornada. Ganaba menos dinero, claro, y su promoción en la empresa quedó postergada... pero fue SU decisión y la apoyaré hasta el día de mi muerte. Fue tomada con cabeza y corazón, conscientemente... qué hay más maduro que eso?

María dijo...

No creo que postergar lo que hasta hace poco era lo "normal" sea inmadurez. Creo que la madurez, como tu bien has dicho, está en saber lo que quieres y luchar por conseguirlo. Este verano dejo la treintena y aunque haca unos años me sentía más yo, no he perdido mi identidad.
¿Joven? Pues un poco menos que los de 20 y los de 30, pero mucho más que mi madre o mi abuela a la misma edad. Y lo que dejado de hacer ha sido porque así lo he decidido. Si no salgo de cena y copas hasta altas horas de la madrugada es porque mis peques ese día, casualmente, deciden levantarse antes de que amanezca, pero como en mi grupo andamos parecidos, pues salimos antes, bebemos menos y nos recogemos antes. He cambiado actividades vespertinas y nocturnas por matutinas, pero el caso es que ahora tampoco me apetecería hacer otra cosa.

Lula P. dijo...

yo alterno las actividades vespertinas con los niños con mi marido... si salgo yo, al día siguiente se levanta él solo y yo duermo hasta tarde... si sale él, me toca a mí...

ya os digo que sin él sería imposible (sobre todo porque nos negamos a tener niñeras y demás)

MARTINA dijo...

María, te falta un escenario....y es la "infancia".. yo tengo 37 años, he vivido una infancia, triste, con muchas penalidades, económicas y de otro tipo..eso me enseño a que "yo no quería eso en mi vida",fue algo negativo, a lo que le dí la vuelta, me dio, orgullo, ganas, trabajé y me saque la carrera, con mucho esfuerzo, ahorre, peseta a peseta, y me fui de casa a los 24, con un trabajo en precario,(la mayoría no sale de casa en esas condiciones,porque tienen un buen colchón en casa de tus padres), el trabajo en precario, fue muy duro, no tenía ni para una caña, ni para pipas,.. a medida que adquiri experiencia, cambia de empresa, hasta que encontré mi sitio, con mucho coraje.

A veces no puedes "decidir, lo que más te gusta, o lo que quieres, porque simplemente, no puedes", a mi me hubiera encantado, disfrutar más pero no podía..!ahora disfruto, pero la vida me enseñó a que hay que "ahorrar", a prevenir, porque ya os digo, de lo malo a lo bueno, se va muy bien, pero la dirección contraria está a la vuelta de la esquina.

¿que ocurre, si a todos esos treinteañeros, de que hablas, se quedan en paro, y sus ingresos son "cero" de un día para otro?, tienen donde acudir?, tienen ahorros?.. o no tienen a nadie? hay radica la diferencia esencial, en como cada uno puede y debe tirar palante...



La vida no es tan de rosa!!..
Y siempre digo, disfrutar, pero "guardar", por si acaso.

MARTINA dijo...

ahh!!, y Lula,, de acuerdo contigo..la MATERNIDAD LO CAMBIA TODO!!..

Si no tuviera a mi marido, creo que me volvería loca..lo necesito para simplemente poder "ducharme"..jajaaj.

Rubencito dijo...

Pues yo tengo muchas dudas, a ver si me explico: hago cosas como a los 17 (quedarme en cama, tener la habitacion hecha un desastre, etc..)
Pero por otro lado, me levanto para ir a trabajar, cumplo mi horario, voy al gimnasio, etc.. es decir me organizo (aunque alguno no esté muy de acuerdo).
Creo que mentalmente, no he cambiado desde los 17, o fui muy maduro para aquellas edades o quizas me niegue a abandonar esa libertad.
Tomo decisiones y las cumplo, pero no son todo lo adultas que a lo mejor se espera de mi.

Saludos.

María dijo...

Martina, no creo que lo que comentas sea incompatible con mi visión.

A mi hay responsabilidades que me han llegado impuestas porque, como a todos, la vida me ha dado alguna que otra patada en el culo. Pero dentro de mi escenario particular he elegido. Todos podemos elegir, aunque no podamos elegir "Chanel", podemos escoger entre Primark o HM... no sé si me explico.

Y en cuanto al tema "maternidad", creo que en eso os habeis posicionado vosotras -las madres- mejor que nadie. Ser madre te cambia la vida. Ser huérfana, o ser, yo qué sé, sorda, también te condiciona. La cuestión es que esa maternidad debe ser asumida con responsabilidad, como algo elegido, no como algo impuesto. Y cómo llevarla, exactamente igual

María dijo...

Rubencito, yo es que lo veo más o menos como tú lo ves: la madurez no es hacer otras cosas, es hacer lo que quiero, consecuente y responsablemente. Si lo que quiero es hacer lo que hacía a los 20, perfecto, y si lo que quiero es otra cosa completamente diferente, pues también perfecto.

Unknown dijo...

Me termino de dar cuenta que eres mucho mas madura con 30 años que yo con casi 40 y 3 hijos.
Debo tener algun complexo Peterpantil,jeje

Besitos

Anónimo dijo...

Buenooo! Yo también, a los 14 años, pensaba que con 30 me suicidaría porque iba a ser una vieja!! Y ahora me queda 1 año para llegar y me apetece, porque sé que para entonces tendré más independencia todavía de mi casa y cobraré más, jaja! (me acabo de mudar de mi ciudad natal: trabajo nuevo, casa nueva... mil gastos que afronto sola!!).
Sobre lo de la juventud eterna, hay cosas que me chocan: este verano, en un viaje organizado, me puse a hablar con un par de hermanas que viajaban con el grupo, una de 18 y la otra de 20: sobre salir, beber, la juerga... Vamos, lo que sigo haciendo (aunque ahora sólo un día a la semana, el cuerpo no me da para más) y la de 18 mirándome con cara rara, y yo pensando: "¿y a ésta qué le pasa??". Hasta que comprendí que, por muy enrrollada que quisiera parecer, para esta "adolescente" yo era una viejuna queriendo ser lo que no era, jajaja!! (porque yo, como ella, cuando tenía 18 pensaba que ir a un bar donde había gente de 24 años era ir a un bar de "puretas" y de 30, ni te cuento: una bar de viejos, vamos).
Y me agobia que todas mis amigas estén ya casadas o por casar y yo es que ni me lo plantee. Y que ya haya alguna hablando de hijos y a mí es que se me cierra el estómago sólo de pensarlo...
En fin, que como no tenemos dónde mirar para saber qué camino tomar, habrá que hacer como decís: seguir p'alante, tratar de ser feliz y... ya se verá!!

Begoña

PD: Descubrí tu blog la semana pasada y estoy enganchada!! Me encanta como escribes!!

Unknown dijo...

no puedo estar más de acuerdo contigo. A ver, yo creo que una cosa es ser un eterno adolescente, lo que en mi opinión implica no asumir demasiadas responsabilidades y andar sin mirar consecuencias, y otra es elegir tu modo de vivir la vida.
Yo voy a cumplir 32 dentro de unas semanas, y como tu, trabajo, pago una hipoteca y un coche, asumo responsabilidades, pero no tengo hijos, salgo, me concedo caprichos, y no me parezco a mi madre a mi edad. Y como tu, me siento más segura ahora que a los 20. Supongo que antes la sociedad estaba más encorsetada en cuanto a cómo tenían que ser las cosas, y es verdad que ahora todo se retrasa. En cuanto a disfrutar, a veces se da una visión errónea, no significa dejarte el sueldo en copas, yo creo que lo fundamental es tener otra forma de ver la vida, pero sin perder de vista temas como el ahorro, o el cumplimiento de todos los deberes como profesional y como persona, al menos en mi caso.

Ely dijo...

Ser adulto, es ser responsable de lo que haces, dices y decides. Ser adulto es adquirir responsabilidades y ser responsables. Ser adulto no lo da la edad. Hay adolescentes MUY adultos que incluso están emancipados y no son mayores, son adultos.
Dicho esto, soy adulta porque tengo responsabilidades que he cogido y de las que me hago cargo. Mi vida es mía, la vivo yo y yo la decido. Soy adulta.
Pero soy joven!!!!!!!!!! Mi edad lo dice, tengo 36 jovenes años. Mi piel lo dice. Mi pelo lo dice, y yo lo digo.
Soy madre, lo fui muy joven, a los 24 años. Y seguí siendo joven, pero adulta... era adulta por lo que ya dije arriba de las responsabilidades bla bla bla. Perdí amigas? no..., salía menos? Claro, porque era adulta... sas? o sea, era mi responsabilidad el criar a un bebé, pero eso no quita que cuando Yael tenía meses, yo me fuera a un concierto. La niña no quedo sola, no... es que tengo familia, y la familia se ayuda unos a otros, no? en la mía sí.
Mi hija me dió una felicidad buscada, porque la tuve porque quise, cuando quise y con quien elegí para tenerla. Mi hija es un complemento a mi felicidad, pero yo ya era feliz sin ella, solo que con ella... lo soy más..., pero mi felicidad no depende de ella, depende de mi, porque Yael crecerá, se irá a estudiar fuera, se independizará, y yo quiero seguir siendo feliz. Nada nos da la felicidad, nos la damos nosotros mismos.

MARI dijo...

Mi grupo de amigos va de los 29 a los 40, y no todos seguimos igual, aunque la mayoría somos tal y como describis.
Ahora bien, pensad lo raro que se les hace tanto a los de 15 años como a nuestros padres ver a gente de nuestra edad:
- Que se descarga "V" del ordenador y se pegan horas viéndola (mi hermano, 34 añitos)
- Que casi llora de la emoción cuando gana a determinados equipos con el FIFA en la Play (mi otro hermano, 35 añitos)
- Que se pega horas viendo al coyote (un amigo, 40)
- Que pidió Norte y Sur y se da panzadas (la moi, 30)...

Y es que nos veo los sabados, en el bar de siempre, con las cañas y los kikos y parece que todo sigue igual, pero luego nos oyes hablar y no, somos "más interesantes" que dijo uno...

Creo que hemos mejorado la generación de nuestros padres en el sentido de que disfrutamos lo que ganamos, salimos de cañas, a cenar, nos gastamos una pasta en la pelu... Y a la que viene después le ganamos en madurez y algo más de "vida"...

Vivan los taytantos...

Anónimo dijo...

te tenía abandonada maría... nuevas responsabilidades laborales que me tienen un poco desubicada y apartada de vosotros.
pues sí. no somos peter pan. somos adultos que hemos escogido esta vida. hasta que escojamos otra cosa. o no.
yo voy a cumplir 30 este año. no tengo pareja. comparto piso desde los 18 y trabajo desde los 22, cuando terminé la carrera.
soy adulta, conozco mis deberes y mis obligaciones, y cumplo con ellas, aunque, efectivamente, salgo cada fin de semana y soy capaz de llegar a las tantas habiéndome bebido hasta el agua de los floreros. pero oye... es que de momento no tengo otra responsabilidad personal más que cuidarme a mi misma!!!
todo llegará (o no) pero, de momento, no es mi momento.
muaks!!
LP

Blaudemar dijo...

Yo tengo 31 recién cumplidos. Y estoy totalmente de acuerdo de contigo. Las cosas han cambiado y la "juventud" se ha alargado, está claro. Yo no me veo -ni loca- haciendo lo que hacía mi madre en mi edad, y prefiero mis 31 a mis 21 (y, eso, nunca lo hubiero creído a mis 21...).
Hace tiempo leí algo de los "peter pan" actuales, pero referido sólo a hombres. Era interesante. Básicamente diferenciaba entre hombres y mujeres. Generalizando, decía que las mujeres, a pesar de prolongar su juventud, tienen los pies más al suelo por el tic-tac del reloj biológico. Pero se quejaba de la actitud de algunos hombres. Treintañeros que viven como cuando eran adolescentes pero con más dinero. Que huyen del compromiso como si fuera la muerte. Que los que tienen pareja atrasan la idea de tener hijos (o que si los tienen se dan cuenta que han cometido un error y siguen saliendo como antes, dejando el "bulto" sólo a la mujer). Hablaba de una generación de hombres que querían ser eternos peter panes...que tenían terror a crecer y a asumir las responsabilidades que se "esperaba" de ellos. Al principio pensé "no será tanto". Pero en seguida empezé a ponerles nombres y apellidos. Y sí... hay unos cuantos.
Besos

Pati dijo...

Forever young
I want to be
Forever young...

Sin síndrome de nada, sin complejo de nada. Qué manía con las etiquetas. Cuando creía que ya se iba a dejar de hablar de 3ª edad, ahora se habla de 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª juventud... ¿Por qué etiquetarnos siempre? Cada cual decide cómo vivir su vida, a qué dedicar su tiempo (hobbies, pareja, hijos, trabajo...) Madurez o no, no creo que tenga que ver con a qué te dedicas sino cómo desarrollas aquello a que te dedicas.

31, soltera con pareja (casi eterna, je, je), sin hijos ni poder adquisitivo para tenerlos, trabajo basura y pluriempleo para pagar las facturas... Madura? Claro. Joven? Claro. Viviendo mi vida a tope? También. Pero no voy a permitir que eso cambie pase lo que pase por mi vida. Tengo muchos ejemplos a mi alrededor para saber que podré hacerlo. Sólo tengo que querer.

Que poquito te queda para los 31...

Besicos madrileños

Rubencito dijo...

Blaudemar, lo de huir del compromiso es una decision muy personal. Cada caso es diferente:
No es lo mismo uno que tiene pareja y sigue viviendo en casa de sus padres por no pegar el salto, que otro que por circunstancias de la vida, lleva ciertos desengaños y no quiere arrimarse a nadie para no llevar más palos!
Los dos no quieren asumir compromisos, pero por distintas causas; el primero por comodidad y el segundo por su forma de vida.
Yo ahora mismo, no me veo compartiendo mi vida con nadie porque eso significaria hacer muchos cambios a los que no estoy dispuesto. Digo esto desde el punto de vista de alguien emancipado hace muchos años, con un trabajo estable y con obligaciones en casa.

Saludos.

María dijo...

No creo que los hombres y las mujeres seamos esencialmente diferentes en este tema. Habrá casos y casos.

Tengo amigos que están deseando casarse, y amigas -o yo misma- que no quiero casarme y punto. E igual con los hijos.

Creo que, como dice Rubencito, es un tema personal, y como bien apunta Pei (esa madrileña!!!) es todo cuestión de enfoque.

A mi lo que me mosquea es que sigamos asimilando la madurez con ciertas actitudes exteriores en lugar de interiores

Anónimo dijo...

Madurez es para mi, vivir tu vida sin pedir permiso a nadie. Y para mi, tb lleva aparejada la independencia. Economica, animica, mental, de otras personas, llamense pareja, papis, etc. Si esa madurez la vives con/sin hipoteca, hijos, casa, o en el Congo, es lo mismo.

Naïf dijo...

Pues mira, yo con veintipocos tenía muchas responsabilidades, salía muy poco y era mucho más aburrida que ahora. Pero no me podía considerar madura, porque lo hacía por inercia, porque estaba llena de complejos, porque intentaba seguir un rol que no era el mío.
Ahora, a punto de cumplir los 30, me siento más joven y, sin embargo, más madura a la vez. Salgo más, me divierto más, pero también he asumido mis responsabilidades de forma coherente.
Y sí, estoy mucho más guapa que a los 15 años.

María dijo...

Pinkocha, es que estamos buenísimas!! jajajajaja

Yo también era más "mayor" a los 20 que ahora, tenía una visión de la vida menos lúdica. Creo que cuando la vida te da una patada en el culo gorda de verdad tienes dos opciones: echarte a llorar, o echarte a reir. Yo elegí lo segundo

Perla N. dijo...

María, y yo aprendí de ti. Te lo he dicho ya varias veces, pero te lo repito para que no se te olvide nunca. ¡¡Gracias!!

Ana dijo...

Uy María, me encantaría estar deacuerdo contigo, como casi siempre, y pensar así, pero es que cumplí los 30 hace menos de 2 semanas, y me ha sentado fatal!! que sí, que sí, que yo siempre he pensado como tú, que estoy genial ahora, con quien quiero, con mi casita y mi chico, sin ganas de maternidad, sintiéndome plenamente realizada con mi trabajo porque me lo curro y me lo he currado yo, porque que no me cambiaría para nada por 20 o 24 (estudiando la carrera, sin independencia económica, saliendo mucho menos porque estudié más que una tonta y dependía de mis padres, y supieron muy bien metérmelo en la cabeza, jaja..etc) pero no me ha gustado nada cumplir 30. De mala leche to el día que estuve, vamos. Aún intento saber por qué...Y se que no me cambia la vida y realmente estoy contenta con ella, pero me veo esa carita de..."todas las puertas del mundo por abrir" (no se como definirla) con 23 o 24 y me entra una nostalgia...y, como decís por ahí, se que ahora estoy más buena, jaja, y más segura de mí misma, pero...no me ha gustado. Anda, que después de que casi lo había superado y se me había olvidado, depresíón otra vez con el post...jaja. Mi mejor amiga y mi chico se te van a quejar!!

Eva dijo...

Hacia tiempo que no entraba y me he leido los 3 últimos posts del tiron y quiero decirte:
Tengo un hermano de 22 años que es NI-NI, ayuda algo en casa y cuida de mi niña pero es que si no seria el colmo....
Me encanta tu foto actual, te hace más joven (perdona pero me he quedado muerta cuando he leido que cumplias 31) y digo SOLAMENTE!! de veras que la foto de antes no te hacia justicia pq creia que tenias mi edad (35 no te enfades!!!).
Y nena, las cosas han cambiado, todo se hace un poco más tarde pero tb vivimos más claro!! Yo he sido mamá por primera vez a los 33 y ahora a los 36 viene mi segunda niña, y no pasa nada!! Sigo saliendo con mis amigas en exclusiva de vez en cuando y mis cañitas los viernes con los churumbeles detrás no fallan!!
Un beso y sigue escribiendo asi, le he reenviado tu texto NI NI a mi brother a ver si se le remueven las tripas.
Chao

Anónimo dijo...

La palabra clave seria responsabilidad.
De verdad que me has hecho pensar y llevo desde ayer ( que no pude comentarte por falta de tiempo dandole vueltas).
Pienso que abandonamos la juventud el dia que dejamos de mirarnos el ombligo, me explico para un joven solo esta él, vale lo de sus amigos, vale que estan en casa pero todo gira alrededor de ellos. Creo que hay gente que con cuarenta y tantos no crecera nunca, me da igual que sean aparentemente independientes, que tengan hijos o poder adquisitivo y hay gente que con 20 por circunstancias familiares o economicas aunque vivan en casa con sus padres o esten estudiando ya son maduros, simplemente hay que poner la palabra responsabilidad.
El resto simplemente nos acompaña es decir si tienes 44 (como yo, que mejor ejemplo) e intentas cuidarte, tener buen aspecto sentirte bien y eso incluye, salir a conciertos, teatro, compras o dar una vuelta depende del momento, No me siento menos joven ahora que me he casado, separado he vuelto a coger los libros y estoy estudiando tengo dos hijos adolescentes e intento que mi hobby sea una forma de ganarme la vida ( o darme una alegria a fin de mes), que con 23 soltera, con un trabajo que estaba muy bien, pagando mi casa y saliendo con mis amigos y con mi chico.
Que luego tengas mas o menos ganas de salir que dejes o empiezes el gimnasio que cambies de talla o que misteriosamente tu color de pelo sea otro ya son anecdotas, para mantener esa aparente juventud en las formas que la sociedad nos marca.

Cuando me separe tuve una fase bastante larga que me encerre en casa, simplemente no estaba de humor, con el tiempo y dado que los niños pasaban con su padre dias volvi a salir (mi cuñada lo llamaba nueva adolescencia),involucción??? no simplemente me lo pedia el cuerpo. Juventud/madurez la misma pero en otro tiempo.
Aleee¡¡¡¡ rollooooo
Besos

María dijo...

Creo que habeis apuntado varias cosas importantes. Efectivamente, la responsabilidad es un síntoma de madurez, y desde luego la empatía también... pero me gustaría plantearlo al revés:

Yo pasé una adolescencia volcada en "los demás", y una juventud idem de idem... ahora, con 31 (o a las puertas, vamos), tengo una enorme responsabilidad a mis espaldas (dos hermanos más pequeños que yo) que no pienso ni quiero eludir... y, sin embargo, soy más "egocéntrica" que nunca.

Creo que apender a quererse, a valorarse, a dedicarse tiempo y dinero a uno mismo es otro de los síntomas de la madurez.

Ahhh!!! Eva!!! No me ofendo, mujer, ¿cómo me voy a ofender? jajajajaja.

gaga dijo...

maria, como dices, la resposabilidad es importante, pero creo que concretamente en tu caso, tu responsabilidad hacia ti es la manera de hacerte responsable respecto a los demas...no se si me explico....lo que los demas ven en nosotros es lo que nosotros mismos hacemos con nosotros....yo soy de las que piensa que si tu no te tratas a ti bien, no puedes tratar bien a los demas....puedes hacer como que los tratas bien, pero tus actos te delataran...
vivir para los demas, sin vivir para ti, en mi opinion es un sinsentido

Llintoni dijo...

Yo creo que todo se ha dicho ya!Tengo 31, mi casa, mi trabajo y mi coche que me pago yo con mis trabajos (tengo 2). Echo una mano a mi familia y amigos cuando leas hago falta, y cuando no les hago falta tambien! Sigo saliendo todos los fines de semana hasta que se hace de dia, por que no? Ya he asumido que si no me toca la euromillonaria nunca sere rico, nadie depende economicamente de mi y tal como esta el patio a lo mejor ni llego a la jubilacion (eso y que fumo! bueno... y los copazos). Nadie dice al morir "Desearia haber pasado mas tiempo en la Oficina", que nos quiten lo bailao!

Anónimo dijo...

Hola,

Acabo de abrir un blog-galeria-tienda de cositas que hago.
Te invito a visitarlo:

http://artesaniadelana.blogspot.com