OVERDRESSED -o el "Efecto Sartorialist"

Según el wordreference, algo así como la Biblia de los términos interlingüísticos, Overdressed es aplicable a “una persona que lleva traje y corbata en un partido de baseball”.


Vamos, lo que toda la vida hemos llamado “estar fuera de lugar”, sólo que a la alza. Porque a una persona que lleva bañador, pareo y chanclas en un velatorio no podría aplicársele el término “overdressed”, evidentemente, aunque, indiscutiblemente, estaría fuera de lugar.

Coruña, ciudad de la soy y en la vivo actualmente, se ha caracterizado siempre por “ir bien vestida” (dicho popular ampliamente extendido). Es –somos- una ciudad de apariencias, donde la gente baja a por el pan con los stiletto y sale de copas con sus mejores galas. Eduardo Casanova, el actor que da vida a Fidel en la serie Aida y al Principito de Saint Exupeire sobre las tablas, y reconocido fashionista, dijo una vez, en una entrevista, que lo que más le había alucinado de Coruña era lo arreglada que iba la gente “los que peor visten llevan lo último de Zara, así que con eso te lo digo todo”, afirmaba.


Toda esta perorata debería servir para poneros en antecedentes: desde que tengo uso de razón, jamás me he sentido “demasiado arreglada” en Coruña… en todo caso, al revés. En mi adolescencia recuerdo con estupor la sensación de “tiradilla” que padecía al salir de copas con mis amigas, con jeans y camiseta, y encontrarme con cientos de adolescentes luciendo vestiditos, camisas y faldas rectas.

En Coruña no era factible sentirte “overdressed”… pero eso ha cambiado, amigos. Ha llegado a la ciudad de los channeles, los loewes y los pedros del hierro el “me he puesto lo primero que he pillado”, y esta nueva tendencia me descoloca.

No hablo de gente mal vestida, que conste. Hablo de otra forma de entender el vestir. Hasta hace relativamente poco un traje chaqueta negro con camisa blanca, pendientes de oro y bolso midi en piel de cocodrilo era un atuendo más que apropiado indispensable para acudir al trabajo y bajar luego a rematar la jornada en el pub de la zona tomando una caña con los amigos… A día de hoy, aparecer así en la oficina, o en el pub, te garantiza cientos de miradas directas, y no precisamente de admiración.


El traje chaqueta y el maquillaje impecable han sido sustituidos por los jeans, las camisetas de tejidos nobles, los shoppingbags de piel blanda, los foulards estampados al cuello –invierno y verano, una tendencia que jamás comprenderé- y el make.up casi imperceptible, natural in extremis: gloss, máscara de pestañas y blusa en abundancia.

Es fácil topar con melenas de mechas doradas, al más puro estilo California Sun, donde antes tropezabas con cortes de pelo impolutos y medias melenas ladeadas, y los tacones de aguja han dejado paso a las cuñas, o incluso a las bailarinas, el calzado de moda en una ciudad donde el adoquinado obliga a desembolsar una fortuna en zapateros.

Ayer por la tarde, mientras P., S., y yo nos tomábamos una caña en Casa Rita –uno de esos locales “in” pero “de siempre”, tan coruñeses-, me di cuenta de que este fenómeno es completamente irreversible, al menos a corto plazo. Y me di cuenta porque, de entre toda la clientela, treintañera en su mayoría, la persona que captó mi atención fue una joven con un traje chaqueta verde botella. Y el traje era bonito. También su corte de pelo, y su maquillaje, con doble sombra de ojos y uñas manicurazas en color nude y largo medio-, pero aún así yo pensé “¿no va esta chica muy arreglada?”.


Luego miré alrededor y capté, así, de un plumazo, una docena de jóvenes treintañeras con melenas color miel recogidas de forma improvisada, camisas oversize en tejidos nobles, bailarinas sencillas y foulards estamapados, que sonreían tras su gloss natural y pestañeaban con sus ojos sin maquillaje. Posiblemente la mitad de ellas cargasen bolsos de más de 300€, o luciesen relojes, pendientes o pulseras con varios ceros en su etiqueta, pero todas parecían tan naturales como la protagonista de El Lago Azul.


Es el efecto Sartorialist, esa tendencia que parece haberse adueñado del mundo –sobre todo del femenino- y que se ciñe a un lujo que parece mercadillo. Prendas y complementos sencillos, de cortes impecables, que a penas marcan el cuerpo y que recurren a tejidos nobles y colores neutros, en detrimentos de aquel lujo ostentoso, más evidente, que marcó el devenir del “bien vestir” en el siglo XX.


Es el retorno del “menos es más”, del minimalismo de los 90 que tan de moda puso Clavin Klein con aquellas prendas sobrias pero extremadamente costosas, que se transformaron en el paradigma de la elegancia.

En su versión más fashion, más high class, adorna tanta simplicidad con joyas algo más ostentosas: perlas, piedras preciosas, anillos de cocktial, relojes de super lujo que sí parecen lo que son.


A todo esto ha contribuído, y mucho, la proliferación de lo que los expertos en moda han dado en llamar "lujo asequible": una especie de nueva oleada de marcas, a caballo entre las casa de moda de toda la vida y los grandes almacenes, que ofrecen productos de calidad media a precios "medios". Bimba&Lola, Uterqüe, tiendas multimarca con Hamevaqui o segundas marcas como Marc, by Marc Jacobs, o K, by Karl Lagarfeld.


Allí, sentada en mi taburete de Casa Rita, miré alrededor y vi, como en flashazos, varios post de The Sartorialist. Me gustaron, pero no me sorprendieron.
Será que ahora es tendencia lo que fue novedad antes.
Tempus fuggit, que dijo un sabio.

29 comentarios:

Anónimo dijo...

María, cielo, yo vivo en Compostela y es muy cierto eso que dices de que en A Coruña la gente se arregla mucho más. Recuerdo que vino una amiga que estudiaba allí a salir aquí y se quedó muy sorprendida por la manera de vestir tan informal y "hippie" de Santiago.

Pero el nuevo arreglo pasa por lo que tú dices, un gran esfuerzo por no parecer arreglada (esos foulares enroscados al cuellos con casi 30ºC, pordiosbendito!). Quizá sea porque las treintañeras no queremos aparentar la edad que tenemos y buscamos en esta tendencia un rejuvenecimiento de nuestro estilo?

Reconozco que en la veintena me ponía alguna falda recta (tubo incluso) y algún vestido que ahora no me pondría ni loca, me harían parecer mayor!!!!

Estupendo tu post, como todos.
Susana

FAUNA dijo...

Efectivamente yo creo a a partir de cierta edad arreglarse mucho envejece, yo por ejemplo si salgo un sábado por la noche me arreglo mucho menos que cualquier dia para ir a trabaja y solo lo hago para aparentar menos, ja, ja, de todos modos aquí en Alicante, la gente no se arregla tanto, y sobre todo ahora en verano todo el mundo anda en chanclas tooodo el dia y por supuesto es muy dificil ver a alguien con foulard, claro que aquí es facil estar a las 10 de la nocho a mas de 30º. Saludos.

Anónimo dijo...

Me ha encantado el post. Ha sido como pasear por Coruña (ciudad que adoro y que, desgraciadamente me pilla algo lejos y no puedo visitar tanto como desearía).
Y debe ser que hace tiempo que no voy, porque yo también tengo la imagen mental de gente muy arreglada.
Quizás sea el fenómeno Peter Pan de los treintañeros actuales o, como tú dices, el efecto Sartorialist, pero si algo ha cambiado, también algo se ha perdido. Es el signo de los tiempos, supongo.
Besos.

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu post, María, totalmente de acuerdo en que ahora "ir arreglado" dibuja en nuestro cerebro otra imagen que antes evocaba el traje chaqueta.

Será que los tiempos están cambiando?

María dijo...

Susana, yo aún recuerdo con estupor la etapa en que salía de marcha con falda lápiz azul marino y camisa azul cielo... con 16 años!!!

Si es que...

María dijo...

Fauna, es el sino del ser humano: queremos lo que no tenemos.

Cuando tenemos 15 queremos aparentar 25... y a los 25 nos da tanto miedo aparentar 35, que nos vestimos como si tuviésemos 15

Ely dijo...

Ay sí, Coruña y su calle Real llena de bolsos de piel de cocodrilo y sombras azules a doquier.
A mi me gusta ir arreglada, yo abogo por ir siempre muy femenina, pero con mi toque... mi estilo...
No me veo de traje chaqueta, porque sencillamente no sabría llevarlo, me parece un uniforme y no soy yo de ir como todas.
Ese look hippie-grunge, está bien... pero agota y es como el nuevo traje chaqueta, parece que todas vayan de uniforme

María dijo...

Laratitapresumida, muchas gracias!!!

Es verdad que las modas cambian, y lo cierto es que aquí la gente se sigue arreglando mucho, pero de otro modo.

Quizas el clasicismo ha muerto -o se ha aletargado- un poco... pero como todo vuelve, esa tendencia de trajes chaqueta y faldas lápiz también volverá.

María dijo...

Lady, muchas gracias!!!

María dijo...

Ely, has capatado exactamente a lo que me refería!!!

Esa sensación de que todas son clones en el pub de moda: jeans skinny, camiseta oversize, bolso enorme de piel blandita, melena castaño claro, uñas cortas sólo con brillo...

Me gusta, es estético... pero empieza a ser repetitivo!!!

Hahi dijo...

María, es un post genial. En Bilbao la gente o iba "muy bien vestida" o iba super hippie.Con el imperio inditex la cosa ha cambiado y hasta las niñas más pijas se contonean con vestiditos desteñidos, kaftanes y camisolas sobre vaqueros desgastados (a ser posible cortísimos). Y lo mismo pasa con las chicas a partir de 25. Teneis razón, creo que intentamos aparentar una edad que no tenemos, una naturalidad fingida de quien en la post-adolescendia aún no cree que necesite arreglarse y se preocupa más por otras cosas..... Lo de los pañuelos y las botas en verano ya es harina de otro costal...¿en qué piensa esa gente? Muxus desde Bilbao


http://alfondodelarmario.blogspot.com

María dijo...

Hahi, Sol dijo hace tiempo en un post que le salía muy caro "parecer natural", porque las mechas naturales son muy jodidas de mantener... y tenía razón!!!

A mi no me disgusta la idea de ir cómoda, de ser fresca y natural, pero creo que empieza a ser una plaga cansina tanto kaftan en la oficina y en el pub.

Lo de las botas y las bufandas... pues chica, qué se yo, tendrán el termostato estropeado.

Anónimo dijo...

¡Hola!
A mí el 'look' descuidado me hace gracia, sobre todo cuando a algunas chicas se les nota a la legua que 1. les ha costado una pasta ese aire de mercadillo hippie y 2. está estudiado hasta el más mínimo detalle.
Creo que en algunas ciudades del norte la gente se arregla mucho: pienso en Oviedo o Santander, y desde luego en A Coruña, cuando he visitado éstas yo sí que me he sentido 'overdressed' Jejejejeje. Pero me parece que allí las chicas tienen estilo llevando la ropa, yo me vería demasiado puesta, no sé, y allí parece que han nacido así...
Shire

María dijo...

Shire, yo creo que es una cuestión de costumbre. Yo siempre llevo tacones, y supongo que no me muevo igual con ellos que una mujer que lleve siempre bailarinas. De hecho, parezco un pato con ellas... la falta de costumbre!!!

Anónimo dijo...

Y que me dices de las chaquetas de punto oversize????

Sí, lo se son monas y favorecedoras, además quedan bien tanto con vaqueros como con vestidos, pero por favor, las lleva todo el mundo!!!!!!!
En relación a lo que dices, en mi opinión la gente ya no arriesga, simplemente copia las tendencias de Telva o Elle y por eso dan la sensación de ir todas iguales. ESo sí, siempre quedaremos algunas arriesgadas, je je

Besos

Noish

María dijo...

Noish, amén!!!

Anónimo dijo...

En mi ciudad se lleva ese look desde hace mucho tiempo, antes incluso de que fuera tendencia. Recuerdo que cuando vivía en Madrid yo seguía vistiendo como aquí, con mis chanclas, mis cosas flojitas, mi estilo "relajado", etc. y mi amiga L. me decía que allí sólo iban así las guiris...No sé, será la cercanía con Francia que nos trae aires europeos, je, je.

P.D. María, yo también reniego de mi época adolescente, cuando mi look era de "madre" total. Lástima que las fotos hayan dejado constancia de ese horror para los restos!!

María dijo...

Perla Negra, y porque no has visto las fotos de mis etapas:

Soy grunge
Soy rocker
Soy pija
Soy... básicamente idiota, vamos

Mirash dijo...

Lo bueno que tiene el nuevo código de vestir más desenfadado es que deja un poco más de sitio a la imaginación. Es mucho más fácil añadir complementos y personalizar un vestido sencillo y tiradete que un traje de chaqueta. Yo es que definitivamente no me veo tan arreglada, me siento incómoda y se me nota.
En cualquier caso, os aseguro que entre el círculo social "choni-fashion" siguen circulando las faldas lápiz, los labios rojos, los escotes vertiginosos y los tacones de charol. Todo, eso sí, de lycra/plástico y con aspecto de disfraz de ejecutiva agresiva. Aunque ya hace mucho que se ha asentado la inspiración grunge, con los malditos pantalones caídos (una puede ver unas bragas de Oysho en una docena de chicas en el mismo día) y las palestinas. Combinado, eso sí, con bailarinas brillantosas, pañuelos en la cabeza y bolsos over-size a juego. Eso ya no es tendencia, es mezclar churras con meninas.
Y lo de las botas y los fulares en verano... Me encanta como queda el contraste, pero a 35ºC a la sombra la estética pierde puntos en ese aspecto.

ally fabulous dijo...

A mi me encanta A Coruña porque siempre puedes ir vestida con lo último y no dices mal...Matizaría lo del look diciendo que las de 30 llevan las uñas en nude y las de 20 de colores rojo, negro, azul,...e igual todo lo demás.

Por cierto que ya me pasé por Uterque y en ese estilo me gusta más Bimba y Lola, además que oscura está la tienda...aunque el dependiente que tenían era monísimo.

De todas maneras, ya era hora de que el efecto Kate Moss/Sienna Miller/Rachel Bilson se adueñara de las calles, por lo menos, a mi me encanta.

Un beso!

Silvia dijo...

Qué razón tienes, ahora todos "arreglaos pero informal", qué capacidad de análisis maría!!

Un besote!!

Naïf dijo...

Uy, pues que quieres que te diga, a mi me viene de perlas, así mi abuela dejará de reñirme con que parezco una adolescente y que a ver cuando me pongo una trajecito y tacones, que ya tengo edad, je, je.
Yo me siento más cómoda con un estido más relajado, quizá por mi forma de ser, pero es cierto que empieza a cansar ver a todas recien salidas de la "maquina de clonar" (y me incluyo).

María dijo...

mirash, me ha encantado lo de "choni-fashion", jajajajaja

Conste que a mi me encanta esto del "desenfado" en el vestir. Soy fan de los minidress y las camisetas amplias, más que nada porque me restan michelines, jejeje, pero tanto clon me pone ya algo enferma!!

María dijo...

Ally, en uterqüe -o cómo coño se escriba, que ya les vale con el nombre, ya- he encontrado cosas muy monas... pero sí, es verdad, la tiendas es oscurísima, y me parece inexplicable.

El efecto Sienna Miller tiene la pega de que no todas somos Sienna Miller, y claro... pasa lo que pasa

María dijo...

Silvia, muchas gracias!

María dijo...

Pinkocha, jajaja, mujer, una cosa es llevar la tendencia y otra es cargarla encima.

Todas vestimos más o menos así, es lo que tiene la globalización. Pero entre eso y parece clones... tú no eres ningún clon!!!

JOSE MATTEOS dijo...

Hola María, estaba dándome una vuelta por internet echando un vistazo a temas relacionados con la moda y Galicia y me he encontrado con tu blog.

Así que dejo un coment.

Estamos en una sociedad de poca personalidad y totalmente influenciados por los medios de comunicación, y a la hora de vestir no es culpa de imperios como Inditex ni su precio barato el que la mayoría se vista en serie.

Realmente tenemos un comportamiento gregario, son muy pocos los que se atreven a usar un look que no sea tendencia o que nos marquen los medios de comunicación .

A la mayoría le preocupa el que dirán, así de sencillo. Y claro esta que no es lo mismo la mentalidad en ciudades más cosmopolitas como Londres, New York, Tokyo donde realmente no tienes que tener temor por lo que te pongas y experimenta buscando tu propio estilo.

Pero tiempo al tiempo porque todo llega .

Anónimo dijo...

Muy interesante tu post.

Desde mi punto de vista, es una lástima que la tendencia sea la de una falta de estilo y elegancia total.
No se trata de arreglarse en plan clásico, las tendencias cambian pero se puede vestir con glamour, y eso es lo que se está perdiendo.

Me encanta el comentario de Jose Matteos y lo comparto. Ante todo uno debe ser uno mismo a la hora de vestir.

Saludos

Anónimo dijo...

Me encanta ver ,abora que ha pasado un tiempo, el desconcierto que me produjo ese cambio de direccion del dresscode de mi entorno. Me encanto experimentar,o y me encanta ahora dejarlo atras . Un abrazo