LONDON CALLING

Ayer por la tarde –y sin un solo minuto de retraso, lo que para mi es toda una novedad en esto de los viajes- P- y yo aterrizábamos en el aeropuerto de Alvedro después de cinco maravillosos y divertidos días en la capital inglesa.

Londres nos ha acogido estupendamente, y la verdad es que en este viajecito he aprendido unas cuantas cosas.

Esta es la lista de…

… LAS ENSEÑANZAS INESPERADAS QUE LONDRES ME HA DEPARADO:

1.- Se puede viajar con una compañía de bajo coste y no tener ni un solo problema. Aviones en hora, sin pegas con los equipajes… y sí, eso incluye mi falso Knight. Sin problema alguno.

2.- Resulta que hablo inglés mejor de lo que creía, y de hecho lo entiendo bastante bien. Hasta mantuvimos conversaciones de lo más ameno con algunos oriundos. Vivir para ver.

3.- En Londres no hay personas normales, al menos estilísticamente hablando. En ese sentido, yo sólo acerté a distinguir a dos grupos bien diferenciados: la gente que vestía como en una revista de moda (aquí hay diferentes subgrupos, desde el estilo Vogue hasta el Neo2 pasando por el Vanidad), y la gente que no tenía espejos en su casa. Sólo así se explican esos estilismos.

4.- En Londres se come fatal. La comida es mala –en general-, la gente carece de modales al consumirla –jamás había visto a tanta gente sorbiendo sopa al mismo tiempo-, y muchos, pero que muchos de ellos, comen en el metro, en el medio de la calle… Por no hablar de su extraña e inexplicable costumbre de mezclar el pollo frito con café.

5.- Cuando vives en una ciudad frecuentada por turistas, huyes como de la peste de los lugares “emblemáticos”. Eso explica por qué muchos londinenses no sabían explicarnos como llegar hasta el mercado de Covent Garden… que estaba a menos de 200 metros de la calle donde nos paramos a preguntar.

6.- En Londres, como en Madrid, la población oriunda es escasa ,por no decir inexistente. Había italianos, franceses, escoceses, españoles (muuuuuuuuuuuchos), indios, americanos, alemanes… pero gente de Londres, lo que se dice nacida en Londres… bueno, alguno habrá, supongo.

7.- En todas las casas cuecen habas. En general la gente nos trató fenomenal. Si te veían perdido trataban de orientarte, hacían lo imposible por entendernos… pero hubo alguno, concretamente un vendedor de billetes del metro, con el que casi me pego. Gente borde la hay en todos lados, no depende de la ciudad.

8.- Los locales londinenses me gustan. Frecuentamos mucho la zona gay del soho, y os aseguro que el ambiente era maravilloso, y la música también. Un diez al momento pub en London.

9.- Que todos –y cuando digo todos, es todos- los museos sean de visita gratuita contribuye a la difusión de la cultura y del patrimonio de la ciudad… bueno, y de otras ciudades, porque en el British no tenían nada que no hubiese salido de un expolio a otro país. Aún así en España deberíamos quizas replantearnos abrir los muesos la público con mayor amplitud de miras.

10.- Me encanta viajar. Esto ya lo sabía, pero cada vez que salgo lo constato.

Bueno, queridos bloggers, prometo que el lunes actualizaré como es debido, pero de momento, al menos cumplo mi promesa de contaron mi experiencia londinense… ah!! Y para los curiosos, confesaré que no tuve tiempo de pasarme por ningún mercadillo y que, aunque parezca mentira, no me traje nada de nada. Ni una triste camiseta para mi. Eso sí, regalitos para todos. Otra vez será… (Veis que sutilmente he pbligaod a mi chico a volver a acompañarme a Londres??, jajajajaja)