HOSTEL -Consejos para no terminar durmiendo en una cochambre asquerosa-

Necesito un respiro.




Y en mi lengua “necesito un respiro” es sinónimo de “necesito una escapadita de fin de semana”. Yo soy fan declarada de las escapadas de fin de semana. Me gustan todas: las organizadas, las improvisadas, las de verano, las de invierno… lo mismo me da a una ciudad que al medio del monte, en coche que en avión, a un cinco estrellas que a un hostal de carretera… lo importante es romper con la rutina, visitar lugares nuevos, tener tiempo para charlar y pasear…

Estoy tan, pero tan necesitada de un fin de semana de descanso que estoy dispuesta incluso a volver a pasar por algunas de las calamidades que sufrí en carne propia en el pasado en mis escapadas varias. Porque, queridos, salir de fin de semana no siempre es buena idea... y generalmente son los hoteles los que se encargan de recordártelo.

No soy demasiado exigente, esa es la verdad. No necesito un hotelazo rollo el Santo Mauro para disfrutar de un fin de semana. De hecho, en mi última escapada, a los Picos de Europa, dormí en un hotelito de dos estrellas en el centro de Cangas de Onís que era precioso, sencillo y baratísimo. Y fui muuuuuy feliz ese fin de semana.

Pero claro, una tiene un límite. Porque una cosa es ser poco exigente y otra muy diferentes es estar dispuesta a pasar miedo en una noche supuestamente “especial”.

Desde que vivo con P. nuestras escapadas han sido una constante. Nos gusta, y procuramos alejarnos de la rutina en cuanto tenemos oportunidad.

Una de nuestras primeras escapadas nos la regalaron mis amigos, que por mi cumpleaños se curraron un fin de semana para dos en un casa rural. Elegimos una casita preciosa cerca de Foz, donde pasamos el tercer fin de semana de marzo, y donde dormimos bien, comimos mejor y lo pasamos de miedo.

Después de esa, vinieron cientos de escapaditas “variadas”… pero no en todas tuvimos la misma suerte. Como aquella vez que P., su amigo B. el rollete de este y yo nos aventuramos Portugal adentro en pleno mes de agosto. La idea era llegar hasta Peniche, un pueblecito costero muy bonito que viene a ser una suerte de Marbella portuguesa: en invierno tiene 10 habitantes, y en verano, 10 millones.

Pero como nosotros –bueno, vale, sobre todo ellos- son unos aventureros, lo de reservar hostal desde Galicia les parecía que restaba emoción al asunto, así que nos fuimos con las mochilas y el Clio de mis suegros a probar suerte al pueblo más superpoblado de Portugal… y claro, no había habitaciones libres ni en camping. Un show. Cuando, ya desperados, contábamos con pasar la noche en el coche, una señora nos asaltó en una de las callejuelas del pueblo preguntándonos si buscábamos alojamiento. Evidentemente, nos agarramos a su oferta como si nos estuviese proponiendo una noche en el Ritz a precio de NH… y lo que prometía ser un hostalito resultó ser la casa de la buena de la señora, que en verano la alquilaba. Así que allí nos quedamos, P. B. D. y yo , cada pareja en uno de los dormitorio… y la señora durmiendo en la cocina sentada en una de esas viejas sillas de los años 70.

En defensa de esta aventurilla debo decir que Peniche es muy bonito, que en sus restaurantes se come muy bien, y muy barato, y que la casa estaba limpia, limpia, limpísima… llena de crucifijos, pero limpia.

Limpia también estaba la pensión en la que dormimos en Lisboa, recomendación de B. (ahora que lo pienso, a lo peor va a ser que B. tiene un concepto de “fin de semana” diferente al mío)… limpia, pero terrorífica.

Llegamos allí un día de enero en el que caían chuzos de punta. La cosa fue más o menos así: a mi me quedaban 5 días de vacaciones del año anterior que perdía si no cogía en los 15 primeros días de enero, y P. acababa de quedarse en el paro. No teníamos un duro, y decidimos irnos a pasar unos días a casa de sus padres, pero al llegar allí se nos antojó una gran idea coger el coche e irnos a Lisboa… y eso hicimos.

Como –insisto- éramos pobres como las ratas, buscábamos un hotel u hostalito barato y céntrico… y terminamos en aquella pensión… ay, aquella pensión!!! Estaba en plena plaza del Chiado, en el centro neurálgico de la mágica Lisboa. Era un tercero sin ascensor con las escaleras más altas que he visto en toda mi vida, que me llagaban a medio muslo las muy cabronas. Cuando entramos, sencillamente alucinamos. Era como trasladarse en el tiempo a una peli de Garci de los años 50.

La pensión la regentaba una señora muy maja que nos dijo que nos abriría a cualquier hora, a la que fuese, sin problemas. Que allí todos se conocían y no había mal rollo. Nuestra habitación tenía una cama como de hospital psiquiátrico antiguo, de barrotes blancos, y la luz se encendía con una pera. Cuando te sentabas, el somier crujía tanto que los vecinos del segundo protestaban. De la ventana –enorme, a la plaza, perfecta- colgaban unos cortinones decimonónicos de “cierto pelo” (versión cutre lux del terciopelo de toda la vida) estampados en flores… pero la palma se la llevaba el lavabo. La ducha era común y estaba en el pasillo –recién reformada, impoluta, blanca como la leche- pero en el dormitorio contábamos con un pequeño lavabo con grifo de agua… pero sin desagüe. Se ve que el presupuesto no daba para más. Tú abrías el grifo para lavarte, qué sé yo, la cara, y el agua caía a un balde que luego debías vaciar en el pasillo… un show!!!

Eso sí, fue con diferencia uno de los mejores viajes que he hecho en mi vida. Disfruté tanto de ese fin de semana que rezo –y eso que yo soy agnóstica- por volver a Lisboa de nuevo. Aunque mejor a otro hotel.

Aunque si hablamos de hoteles chungos, la palma se la lleva nuestro elegido en Ponferrada.

Recalamos en Ponferrada buscando directos que helasen la sangre, y para eso nada mejor que un buen rock&roll. En Ponferrada celebran cada Semana Santa el Freakland Weekend, un festival de rock impresionante –y encima muy barato- que año tenía un cartelazo de quitar el hipo… y claro, allí nos fuimos… pero claro, sin reservar hotel –de verdad, cuándo aprenderán los hombres que reservar no resta misterio a nada, coño ya-.

Llegamos a Ponferrada pasadas las 8 de la tarde: P., J. G. y yo. Y nos pusimos a patear ciudad como locos buscando un sitio donde dormir. Tooooooooooodo lleno. Toooooooooooodo reservado con antelación. Ya casi habíamos perdido la esperanza cuando G. lanza un aullido “allí, allí pone que se alquilan habitaciones”. Ya el letrero no era demasiado prometedor, pero bueno… allá vamos. Llamamos a la puerta y nos abre un señor con pinta de haberse lavado el pelo con aceite de colza y nos dice que sólo le queda una, doble, eso sí, pero que como somos 4 no cabemos. Y entonces G. despliega todos sus encantos, sonríe como un caballero, y suelta “somos gente seria, hombre, ya ves, una pareja (P. y yo) y unos amigos, seguro que tienes por ahí algún cuartito”…

Al final el hombre nos da la llave de otra habitación. Los que la habían reservado, nos dijo, se retrasaban ya más de 2 horas… y allí subimos… al infierno de Dante.

Nuestros cuartos estaban en un pasillo estrecho y húmedo del tercer piso. El que nos asignaron a P. y a mi era pequeño, con una cama de 1.10 que tenía una colcha cochambrosa cubriendo unas sábanas aún más cochambrosas. Los muebles eran por lo menos del año 1000 a.C. y las toallas estaban tan tiesas que si te daban con ellas en la cabeza te noqueaban .Bam, K.O. técnico instantáneo, señores. El baño estaba en medio del pasillo y consistía en dos agujeros. Sobre uno colgaba una alcachofa de ducha… deduje que ese no era el w.c. En el cuatro había, eso sí, un lavabo terrorífico y mugriento.

Pero lo mejor era la lámpara… esa lámpara de cuando Franco era Corneta –literalmente- sucia como pocas y con aquella bombilla… ROJA!!! Sí, señores, sí, allí estábamos J., P., G. y yo, en un puticlub de Ponferrada. P. y yo dormimos esa noche vestidos sobre la cama hecha… y nos marchamos la noche siguiente. Eso sí, el festival, impagable.

PRÓXIMA ENTREGA: Las maravillas de Marbella, la locura de Algeciras, por qué un hostal con nombre extranjero en medio de León es siempre una mala idea, y cómo logramos sobrevivir a los carnavales en Ourense sin reservas previas (otra vez).

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja,ja,ja María, creo que conozco el hostal ese de Lisboa, en el Chiado. ¿No lo regentarían unos emigrantes gallegos, verdad? No nos atrevimos a quedarnos allí.

Eva dijo...

Que bueno Maria, yo soy como tú, no necesito un hotelazo pero con la edad... una ya no se duerme "encima el palo una escoba" como diria mi abuela, Bueno pues me he dado cuenta que hay casas rurales con mucho encanto y bastante bien de precio, y el año pasado descubrí "apartamentos en alquiler" y eso si que mola amiga, suuuuuuuper barato y buscando bien y con tiempo muy encantadores, yo lo he probado en Amsterdam y hace dos semanas en Roma y muy recomendable, te digo que en Roma estabamos en la esquina del Pantheon y a dos calles de la piazza Navona, en los hoteles de 3 estrellas de la zona me pedian 800 pavos por 4 dias y tenias que verlos, todo enmoquetado con unas cortinas y unas colchas.... llenitas de acaros y mierda seguro!!
Pues mi apartamento para dos, 90 euritos al dia, supercentrico y eso si, en un 3º sin ascensor pero, con tu parqué, cocinita, aire acondicionado, supercama... en fin a mi me encantó. Mi jefe se va a N.York este verano y tb se va de apartamento. Eso si, en ciudades europeas o similares, en otros paises, hotel y si puede ser de mínimo 4 estrellas, mejor, que no me fio.
Un beso, que hace mucho que no me pasaba por aqui, guapa, pero siguen encantandome tus historias y tu manera de vivirlas y contarlas.

María dijo...

Ay anónimo, que va ser que hya dos!!!! Señor, señor!!!

María dijo...

Eva, ya pasarás el contacto de Roma, porque parece una opción cojonuda!!!

Perla N. dijo...

¿En un puticlub, María? Jajajajajaja!!! Qué historia!!!

Yo la verdad es que tampoco necesito grandes lujos pero eso de improvisar no va mucho conmigo, necesito tenerlo todo bien atadito. Claro que también tiene que darle un punto de emoción al viaje, quizá pruebe.....

Descansa mucho este fin de semana, que te lo mereces. Tu cuerpo te lo está pidiendo a gritos.

Besossssss

María dijo...

Perla, sí, a gritos pero con retraso, porque P. trabaja todo el fin de semana y será imposible la escapada... quizas el próximo

maba dijo...

casi me caigo de la silla!!! jajajajaja....un puticlub!!!! buenísimo, María!!!!!

(sé que debo mail...ahora me pongo, sorry)

besos

Olly dijo...

Buenísimo el post!
A mí me pasa algo al revés, los fines de semana me toca ir a ver a las familias cada una en una punta... así que disfruto cuando me quedo en mi casita!!!
Musus

Eva dijo...

Los apartamentos los cogi en:
-stayamsterdam.com (para Amsterdam, está claro)
-rentalinrome, para Roma
Y tu ya coges el que mejor se adapte a tus necesidades, gustos etc.
hay para 2-3-4-5-6... personas y si vas con otra pareja es la mejor opción, desayunas alli y te sale más economico, te puedes tomar unas cervezas cuando llegas por la tarde de patearte todo, e incluso la última copa...
Yo tengo solo que buenas palabras, de verdad.
Un beso

Pati dijo...

Ay, que te echaba yo de menos...

Lo del hostal de Lisboa, creo que todo el que haya ido de turismo allí tendrá una anecdota sobre hostales, porque menudos sitios... En nuestra habitación tenías que tener el ventilador puesto toda la noche, porque no había ventanas ni respiraderos, y así al menos se movía el aire y no morías en sueños!! Y para ir al baño había que salir a la terraza larguísima del edificio y entrar por otra puerta... Menuda experiencia, mejor un camping!

Esta noche es la fiesta famosa, ya te contaré como ha ido mi media etiqueta, je, je.

Besos, descansa y cuídate mucho!!

Naïf dijo...

Dos cosas: primero, que te voy a echar encima a los de la SGAE, porque cada vez que vienes a tomar unas cañas al Naïf sales con medio post hecho.
Segundo, ¿por qué resulta tan apetecible la idea ésa de "ya que estamos aquí, seguimos hasta Lisboa"? Porque nosotros íbamos de finde a Baiona y acabamos allí, en una pensión de mala muerte, eso sí... ¡qué bonita es Lisboa, Dios mío!
Si te consuela, nosotros nos plantamos en Viena sin hotel y pasamos las mejores vacaciones de nuetra vida. Y en Helsinki nos hospedamos en un albergue de 20 euros la noche, rodeados de estudiantes rusos de fin de semana, y fue genial.

Anónimo dijo...

¡Hola!
Hacía tiempo que no podía comentarte nada, pero es que con este 'post' me he reído de verdad... Y te vienen a la memoria experiencias parecidas, jejejeje. Suscribo el "soy tío, no me pidas que reserve que no es de machos", porque no termino de entenderlo... =P
¡Un besote!

Shire

Ely dijo...

si si, ellos muy tíos, pero yo MUY MUJER! la emoción y tal para los 18, yo ahora quiero hotelazos o hoteles con encanto. Baño completo en la habitacion. Sabanas limpias y tele.
Pero si yo hice el camino de SAntiago y dormía en hostales...
Me encanta que hayas dormido en un puticlub, yo que me muero por entrar en uno y tu pernoctando... tia! eres mi heroina! jajajajaja
Y no sabía que estos posts se concebían en el naïf, pues a ver si quedamos un día los 6 allí mismo-mismamente

Ely dijo...

14

María dijo...

Maba, sí, sí, tú ríete, pero no sabes la grimilla que daba el garito de las narices!!!

María dijo...

Olly, pero ir al pueblo también es escapada... no???

María dijo...

Eva gracias!

María dijo...

Pati, tía, lo de tener que ir al baño por la terraza es lo máximo!! madre mia!!!

Ya me contarás qué tal la fiesta! Yo prometo escribir un mail con novedades prontito

María dijo...

Pinkocha, serás guarra!!! Amenazando con Ramoncín, no?? Pues que sepas que si me echas encima a Ramoncín yo te echo encima a María Antonia Iglesias, que JJJ la conoce, y pesa más que el de la SGAE multiplicado por 10, jajajajajajaja

María dijo...

Ay, Shire, yo no sé qué les pasa a los tíos con lo de reservar y lo de preguntar cuando se pierden... da para un post!!!

María dijo...

Ely, no te lo recomiendo, tú que eres todo glamour no te veo yo perdida en esa cochambre asquerosa... era como el Frankfurt pero en Ponferrada, vamos.

Oye, pues lo de la quedada en el Naif para redactar post me parece una idea muy buena!!

MEL dijo...

Dame número para el puticlub!! María, por dios!!!! jajajajaja

Yo me conformo con cualquier cosita, fíjate que vamos a Canadá y nos alojamos en varios Fairmont... reservados, eso si! Iría al camping, pero...

Recuerdo un viaje a casa de unos "colegas" a un putopueblo al lado de la central nuclear de Garoña, una casona sin tejado de la cual nos marchamos de la misma a dormir a la pensión (??) del pueblo. En mi vida he visto tantas cucarachas de dos cabezas juntas en una habitación, acabamos durmiendo en el coche, of course.

Unknown dijo...

Yo no me muevo de mi casa sin hotel,lo siento pero no, ya hay intrépidos suficientes por el mundo, aunque yo cro que incluso llevandolo reservado hay veces que te encuentras con cada cosa que alucinas!!!!!
Besos

Cruela DeVal dijo...

Coincidimos en qué Lisboa es una ciudad mágica yo la adoro... deberíamos de quedar allí ajajjaj

Tengo una relación de hoteles cochambrosos que da miedo, pero la mejor anédocta fue la de mi C que se fue a Londres con un amigo cliente a una feria, la reserva que hicimos desde Madrid resultó que no la tenían pero tenían un primo que regentaba un cuchitril hostal... mi C se negó, anduvieron como almas en pena y al final encontraron un habitación para los dos.. la compartieron sin fijarse en las fotos de hombres desnudos de la pared, ni que se paseaban maromos desnudos con toallas alrededor del cuerpo... al día siguiente cuando el recepcionista les dijo "bye francesitas" lo entendieron todo ajajja

Besos

Mirash dijo...

Jajajaja ¡Me ha encantado! Ya tenía yo ganas de un post sobre tus vacaciones... A la hora de buscar hotel mi madre siempre me repite lo mismo: mira antes los años que las estrellas. Porque más de una vez hemos lelgado a un cuchitril con cuatro estrellas relucientes que recibió en su inauguración, o sea, antes de que yo naciera. Si vieses un aparta-hotel en Rosas con suelos de granito barato, colchas cochambrosas y cuadros de "La gitana"... Añádele un toro diescado falso presidiendo el salón y tienes la imagen, lástima que no quedase constancia fotográfica.
Y el hostal en Londres al que vamos unas amigas y yo este verano tienen la misma pinta: típicas literas con colchón de 3 cm de ancho y barrotes incluidos, baño común para toda la planta, paredes cochambrosas y ni un solo cuadro que amenice un poco la estancia. Pero 5 noches por 100€ y estando detrás del Museo Británico... ¡bastante bien está!