RELOAD

Todos tenemos derecho a ser lo que nos de la gana.




Entendedme, no me refiero sólo a eso de “mamá, quiero ser artista”, sobre todo porque para ciertos ejercicios profesionales hacen falta, además de ganas, tesón y fuerza de voluntad, ciertas dotes que o son, o no son.

Me refiero más bien a ese punto de inflexión, ese momento vital por el que todos pasamos, en que nos apetece dejar de ser lo que se supone que “debemos” ser.

Vivimos inmersos en una sociedad donde los roles asignados son extremadamente fuertes. Cuando un niño es un gran deportista de pequeño, pero no se le dan bien las matemáticas, sus profesores, padres, compañeros y amigos lo etiquetan como “el deportista”. Y así se quedará hasta el día en que muera, aunque termine empecinándose y sacándose un doctorado en ingeniería aeronaútica. Como no se ponga firme, y cambie radicalmente de actitud, la lleva clara el pollo.


Eso, más o menos, me pasó a mí. Yo fui una niña sociable, habladora, buena estudiante, con ciertas dotes de líder, pero torpe físicamente y muy responsable, siempre acatando las normas. Mis profesores y compañeros tardaron muy poco tiempo en catalogarme como “la lista” o “la responsable”. Llegué incluso a ser “la buena”.


Fui la lista en EGB1.

Fui la lista en EGB2.

Fui la lista en BUP…

…y cuando llegué a COU cambié de colegio. Mi nueva tutora se reunió con mis padres y conmigo, como hacía con todos los alumnos, y nos dijo:

“María es una niña muy inteligente (juas, juas, juas), pero le han adjudicado un rol en el que no está cómoda. En su círculo existen unas reglas de comportamiento muy firmes, pero estoy segura de que las cambiará”.

Al llegar a casa, mi madre y mi padre se sentaron conmigo en el salón, muy serios, y me dijeron que yo podía ser lo que quisiera. Podía ser lista. O tonta. Seria. O una fiestera. O todo a la vez si me apetecía.

Y yo, en aquellos momentos, quería ser simplemente yo. Quería que la gente dejase de verme como “la algo” (me daba igual lista, responsable, idiota…) para empezar a verme sólo como María. Me costó muchos disgustos, muchos comentarios “graciosillos”, mucho tesón y sobre todo mucho pasotismo, porque tuve que aprender a dejar de verme a través de los ojos de los demás, pero finalmente lo conseguí.




El otro día, charlando con S. en una terraza, comentábamos el tema. Dice que yo me he reinventado a mi misma, y tiene razón. Nos pasamos la vida siendo lo que se supone que estamos destinados a ser, siguiendo un camino que nos han puesto delante, o que, al parecer, nos llamó la atención a los 3 años, sin pensar si quiera si el trayecto nos gusta. Y muchas veces, cuando queremos coger otra senda, alguien dice “pero es que tú no eres de los que va por ahí”…

¿Y se puede saber por qué no? ¿Por qué el chaval responsable y serio que saca sobresalientes y llega siempre temprano al casa no puede ser el que la monte más gorda el sábado por la noche, en medio de la pista? ¿Por qué el niño divertido y payasote no puede ser luego el más dulce y sensible en otros aspectos? ¿Por qué el adolescente desastroso no puede ser mañana un padre de familia responsable y duro?


No somos una sola persona. La vida nos va obligado a cambiar, y, a mayores, nosotros podemos cambiar todavía más cada vez que queramos.



Yo, a veces, soy una mujer dulce y cariñosa, y a veces una zorra de cuidado.

A veces soy una profesional responsable, y otros, un desastre con piernas que olvida apagar el ordenador al salir del despacho.

A veces soy una dicharachera simpática, y otras, una mujer tímida que se sonroja.

A veces soy inteligente y audaz, y otras, una idiota de tomo y lomo.

A veces soy torpe, tropiezo con mis propios pies, y en ocasiones soy ágil, esquivo obstáculos imposibles.

A veces soy la amiga divertida, y otras, la mujer fatal.

Y no sé por qué la segunda parte he tenido que ganármela. Porque la primera, que yo sepa, no venía de serie.

¿Y VOSOTR@S?

¿HABIES TENIDO QUE LUCHAR POR CAMBIAR DE VIDA?

¿OS GUSTA EL ROL QUE SE OS HA ASIGNADO?


Suena en mi I-pod: "Tenía tanto que darte", el single con el que Nena Daconte presenta su segundo trabajo "Retales del Carnaval", a la venta el próximo día 30 de septiembre. Muy pero que muy recomendable este tema de desamor que da ganas de bailar.

P.D.: Gracias a Hahi y a Bacci por el premio... me hace mucha ilusión. Lo cuelgo en mi vitrina virtual, como buena ególatra que soy, y lo reparto entre todos los blogs de mi blogroll que no lo tengan ya.

28 comentarios:

Ely dijo...

Yo soy la que "siempre está bien" y si un dia no lo estoy, parece que tenga que rendir cuentas...
Despues están las suposiciones de la gente, yo he sido millonaria, lesbiana, cocainomana, puta... yo que se... y hay una frase de nosequien, pero que yo he hecho mía:
"No me limites, por la idea que TU tienes de MI"

María dijo...

Sí señor, eso es. Los límites que nos ponen los demás son eso, de los demás.

Yo he sido:

1.- La divertida
2.- La buena
3.- La alegre
4.- El putón (esta última me hacía gracia. si me hubiese tirado a toda la gente que dicen que me tiré estaría echa un asco de cansada)

Anónimo dijo...

Recuerdo la cara de una compañera de clase el día que me vio con un litro de cerveza en la mano o la cara de mi madre cuando le dije que no volvía a ir a escuchar misa, ni quería seguir siendo catequista.

Cuando quise estudiar FP y luego escogí una carrera que requería estudiar varios idiomas a mi madre le dijeron ¡¿Con lo mal que se le dan los idiomas a tu hija?! -hablaban de E.G.B.

Cuando me empeñé en practicar deportes algunos pensaron que terminaría en silla de ruedas.

Una vez pasada la treintena sigo y seguiré luchando por ser lo que yo quiera ser.

Marta

María dijo...

Marta, no sólo creo que estás en tu derecho, es que además creo que es nuestro deber ser felices con nosotros mismos.

Yo aún recuerdo el día que una amiga (es una forma de hablar, claro) me dijo que no me pegaba nada andar por ahí ligando "de fin de semana"... debía creer que para tener un rollete de´bías sacar ceros en historia, o algo así

Ana dijo...

Ay, María, siempre me lees el pensamiento. Al final voy a pensar que este blog es un sueño y que eres la voz de mi conciencia...

Yo también fuí la lista, y mira que la liaba los sábados y engañaba a mis padres, pero como sacaba buenas notas y tengo cara de buena, fuí la lista y la buena. Esto no me venía mal, terminé COU con matrícula e hice la ingeniería en mis 5 años reglamentarios con sobresaliente de media...y, cuando terminé, que estaba ya trabajando en un gabinete, mi padre daba por hecho que iba a hacer oposiciones, porque yo "sirvo pa estudiar" (sí, sí, pero para vivir sí que sirvo!)...Ese fue mi momento de romper el rol: dije, qué? no, perodona, pero ya está bién, ahora me toca a mí. Y comencé a vivir, o a disfrutar de MI vida. Me fuí a trabajar a otra ciudad, trabajando mucahs horas, sí, pero llegué dónde quería (al primer escalón, pero la escalera que quería), conocí a mi chico, me fuí a vivir con él al poco tiempo, explotó la persona que llevaba dentro y las ganas de comerme el mundo...gracias a Dior que me planté.

Y no descarto ni pienso que sea malo lo de las oposiciones, quizás las haga algún día, pero trabajando y teniendo mi vida, no limitándola a ello. Pero es muy difícil romper con el rol, a mí no me costó nada, para mí era fácil porque yo era feliz, pero a gente de tu entorno como en mi caso mi padre, uf, una barbaridad. Y eso quieras que no te influye.

María dijo...

Hola María!

yo creo que en cierta medida eso nos pasa a todos un poco...yo fui la lista, la buena, la responsable, la previsible, la que todo lo hace según se espera de ella...(qué aburrimiento por Dior!), hasta que me cansé, empecé a pensar en qué quería hacer yo de mí y no en lo que esperaban los demás de mí...le dí un giro a mi vida personal, a mi carrera profesional, conocí a mi chico, me fui a vivir con él...y me empecé a sentir más libre, menos juzgada...
y como tú dices, tan tranquilamente unas veces soy eficiente y otras despistada, unas buena y otras no tanto...
puedo ser lo que yo quiera.
Besos fuertes!!!

PD. sintiéndolo mucho mañana faltaré a la cita en Grietax, este finde no toca subir... :(

Anónimo dijo...

Ahora que lo pienso he hecho un montón de cosas "SORPRENDENTES" a lo largo de mi vida:

Irme a vivir con mi novio a un piso de 45 metros cuadrados

Cambiarme el color del pelo

Decidir que me iba a trabajar con falda

......

Tan monjita parecía????? La verdad es que nunca me había visto así hasta que empiezas a hacer cosas y la gente "no se lo puede creer"

Marta

Unknown dijo...

Yo soy la que siempre estoy sonriendo y si no lo estoy se lia un buen taco, pero tienes razón en eso de las etiquetas, mi padre siempre fue el listo y que pasa con eso que no le dan merito a sacar notazas y realmente cuesta lo mismo... intentaré que no etiqueten a mis hijos porque es horrible!!

Eva dijo...

También pienso que somos un montón de personalidades distintas entre si y que se complementan en las variopintas situaciones en las que nos pone la vida, y me encanta!! Si no seria hiperaburrido!!
Pero es inevitable que te etiqueten y cuando te sales un poco, ya te pasa algo... jolin que hoy no quiero hablar pq no me apetece y me pongo estas botas para ver a Madonna pq quiero ir comoda pero fashion, ya me pondré las converse para ir a mercadona (o donde me de la gana), yo con la edad, me pasa lo que al vino, he ganado en confianza en mi misma y en saber acoplarme a las millones de situaciones.
Me encanta la canción de Nena Daconte, tengo el primer LP y me gustó mucho, tengo que hacerme con esto.
Un beso y buen finde, y si, estuve ayer en el concierto de la gran diva y hoy estoy muertica pero muy contenta.

Lol dijo...

Soy desordenada para unos y quisquillosa para otros.

Cercana y estirada.

Responsable y alocada.

Ahorradora y manirrota.

A veces puta, a veces señora.

Ni tan fina, ni tan segura... creo.

Cruela DeVal dijo...

Bueno no sé... yo siempre fui la payasa, la jefecilla y la que habla por los codos pero a la vez como me ha dotado de un QI que se dice elevado... pues era primera de la clase o tercera según pero siempre arriba...lo que pasa es que no estudiaba nada... dejaba la mochila tirada y la recogía al día siguiente en el mismo lugar que la había dejado...
siempre me encantó hacerme la tonta.
Mis padres no me asignaron ningún rol... me dejaban a mi aire porque al final las notas las sacaba altas... era la cabra loca que al final da un queso sabroso...
Ahora son dual...
desordenada pero no soporto que las hojas de una carpeta no estén alineadas todas...
irresponsable y muy responsable según que tema
trabajadora y perezosa
tonta y lista según que me preguntas...
pero vamos en el fonda soy tal como me ven...
Besos

Enigmática dijo...

Yo siempre fui la niña buena, la responsable, la empoñona, la lista, la independiente entre otras muchas y la verdad es que algunas de ellas me las gané, no me fueron impuestas, así que muy contenta por ello :P

Besos,

Enigmática

Anónimo dijo...

Yo para mis amigos soy la que siempre esta bien y la buena. De hecho tuve una temporada que me arreglaba mucho mas y que despues de unos problemas que tuve me empece a centrar en mi viendo q el resto no lo hacia y harta de tanta tonteria, y mis amigas me organizaron una cena para hablar cnmigo xq segun ellas estaba rarisima y no era yo, por el simple de hecho de que llevaba unos meses mas pendiente de mi. A veces la gente si q sorprende! Yo creo que cada uno es como necesita ser en cada momento y punto!

Besos

Antia

Miu dijo...

Ufff... yo también fui la buena, la responsable, la estudiante de 10... y daba igual lo que hiciera, las juergas que me corriera los fines de semana, que siempre me veían así... y así me he quedado, con un sentimiento de "he sido demasiado buena" que a veces no puedo con él.

Carmen Alcántara dijo...

Bueno, este post tiene mucho que ver con el de hace unos días. En el que se hablaba de tener unos padres que te apoyan en todo aquello que se te pasa por la mente, pero a decir verdad lo he visto un poco contradictorio.

El peor rol que te pueden asignar es el de ser 'mujer' o 'hombre'. Me explico.
Tengo 35 años y unos padres maravillosos pero criados en la mentalidad de la postguerra. Lo que yo llamo el síndrome de la alacena que no es otro que la idea de que mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer, pero que no nos falte el sustento. De esta forma, tanto mi hermano como yo nos hemos criado bajo la burbuja de los miedos, donde no había cabida para la improvisación por si acaso suponía la pérdida de algo que ni siquiera se podía adivinar que era, pero seguro que algo terrible.

Si a esto le sumamos que yo nací la segunda, detrás de un genio, os podéis hacer a la idea de cuán difícil fue para mi querer ser yo.
Mi pasión era canalizar energías corriendo, nadando, jugando al baloncesto. Pero nada de esto fue posible entonces porque eso era cosa de 'hombres'. Así fue como crecí bajo el estigma de ser una 'marimacho' solo porque jugar a las casitas me aburría y lo que me molaba era jugar al futbol con los niños.
Leyendo tu post me doy cuenta que el estigma que nos imponen no solo es terrible cuando se trata de algo negativo, también ser 'la buena' 'la que nunca falla porque es listísima' es algo insoportable.

A día de hoy las cosas han cambiado, yo soy muy mujer (nunca dejé de serlo), me considero esteta, adoro el arte, la arquitectura y lo que es mejor he decidido romper con mi currículo porque ahí está lo que otros quisieron que fuese. Pero lo mejor de todo es que ahora voy a nadar dos veces por semana y vuelvo a ser la niña que nunca pudo entrar en el equipo de natación de su ciudad por miedo a que me pasara algo.
Si me preguntan quién soy, lo tengo claro: soy una persona muy ingeligente, que tiene aptitudes para el deporte y adora contemplar los frisos de los edificios. Y odio oir a padres decir de su hijo de 4 años que es un niño X-ísimo. A esa edad solo se es niño. Ya se encargará la vida de poner el sello.

Anónimo dijo...

Veo que todas tenemos nuestras etiquetas...a mí también me pusieron las de "lista", "buena", "responsable"... sí, lo debo ser, teniendo en cuenta todo lo que he conseguido... pero todavía me hace gracia la cara que ponen algunos cuando, aún hoy, se encuentran conmigo en una discoteca, por ejemplo...
Lo bueno de ir cumpliendo años es que llega un momento en el que eres capaz de asimilar que eres mucho más que las etiquetas impuestas.... y por tanto, ser capaz de vivir como quieres ser y no como piensan que eres.
Sólo espero no "etiquetar" a mi hija, y saber guiarla para que tenga todas las herramientas para elegir bien y ser como ella quiera...

FAUNA dijo...

Yo fuí la juerguista, desmadrada, mala estudiante, veo que al revés de la mayoría, cuando conocí a mi chico me fuí a vivir con él y deidimos tener un hijo y luego otro, y la gente (menos mis padres que sí me conocían) alucinaban porque cuidaba a mis hijos, estaba pendiente de ello y !!!OH!!! hasta cocinaba, ja, ja, hay gente que ahora me ve y aún no se pueden creer que sea una madre responsable y ordenada, !que se pensaban que dejaría a mis hijos por ahí tirados! fuí desmadrada cuando no tenía responsabilidades, pero cuando decidí ser madre, pues sabía lo que eso suponía, y actué en consecuencia.

Lara dijo...

Lo primero es que me encanta nenca daconte y su nuevo single...es precioso!!respecto al tema de tu post de momento no me ha tocado ni cambiar,ni luchar por algo que no soy,xo si que es verdad que muxas veces tienes un "papel" marcado que nadie sabe por qué es como un san benito que no te puedes kitar!jeje

BESOSS

Mirash dijo...

Quizás lo más irritante de recibir una etiqueta es que tú mism@ te la acabas creyendo y actúas en consecuencia. De pequeña yo tuve una época en la que era "la graciosa", y a veces me dejaba en ridículo con tal de hacer reír a la gente. Menos mal que, aunque por entonces era pequeña, me di cuenta de las cosas y aprendí a usar mi sentido del humor con dignidad y sabiduría.
Creo que es inútil luchar a ultranza por la opinión que tengan los demás de ti, porque jamás será del todo acertada. Nadie nos conoce mejor como nosotros mismos, porque nadie será capaz nunca de registrar cada uno de nuestros pensamientos. Quizás suene muy radical, pero lo que quiero decir con esto es que todos los cambios, y en especial los que tienen que ver con la personalidad, llegan de forma espontánea, y si los fuerzas el intento suele acabar en fracaso.
Unos rasgos de nuestra personalidad se mantendrán siempre, pero a lo largo de los años es inevitable recibir etiquetas. Yo fui la lista para mi familia, la graciosa para mis amigas, la impulsiva, la recatada, la habladora, la alegre y ahora, pues una mezcla de todo un poco. Sólo los que nos conocen bien saben ver en conjunto todas nuestras facetas, y aún así siempre se les escapará alguna.
Besos y perdón por el testamento, pero con estos temas yo me emociono.

Perla N. dijo...

Creo que Mirash ha dado en el clavo. No somos una sino muchas y no somos la misma para nuestros padres, que para nuestros amigos de la infancia o para nuestros amigos de facultad o para nuestros compañeros de trabajo porque cada uno de ellos nos ha conocido en unas circunstancias y una etapa de nuestra vida diferentes y con un grado de madurez distinta.

En el fondo es la suma de muchas personalidades lo que nos hace ser nosotras mismas. Y es que somos mucho más complejas que una simple etiqueta.

Buenísimo post, María.

MEL dijo...

Os voy a llamar mendrugas, por lo buenas que sois, más que el pan!!

Yo es que, como Fauna, he sido más bien del lado oscuro, vamos, que me duró la edad del pavo hasta anteayer como quien dice...

Eso sí, ahora soy la mejor hija, marida, amiga y trabajadora, una cordera con piel de loba, o era al revés???

Unknown dijo...

oh, las etiquetas, yo siempre fui la buena, la responsable, la callada, la tímida, pero un día dije que hasta ahí habíamos llegado y empecé a hacer lo que me daba la gana. Tampoco demasiado la verdad, siempre tengo miedo de defraudar a los que quiero. Yo quería ser yo misma, quería ser feliz, quería ser libre. Lo he conseguido, salí de un círculo opresor (la mejor decisión de mi vida) y tengo a mi lado a un hombre que me invita a crecer (aunque con matices, que no es oro todo lo que reduce). Al final, mi vida se mueve en pequeñas revoluciones personales, que me convirtiendo en la persona que quiero ser. eso si, no soy de cambios radicales.

Mariann dijo...

Yo sigo con el lacre de las etiquetas y aún no he conseguido librarme de ninguna de ellas.
Soy la seria, responsable, formal, tímida, introvertida (al menos esa es la imagen que doy) y no soy capaz de enseñar al mundo a la payasa, rockera, extravagante, dicharachera que soy.
Más que nada por miedo a que cambien las cosas y que la siguiente etiqueta que me coloquen sea mucho peor que la primera.
:-(

Anónimo dijo...

Mel nos llamas mendrugas por ser las buenas, pero lo que tu no sabes es que cuando pegas el puñetazo encima de la mesa y dices "hasta aquí hemos llegado", la cantidad de gente que "se siente decepcionada", "que no esperan eso de ti", ....

Vamos, que en cuanto no les bailas el agua ya no les gustas, ahora los que quedan, te puedo asegurar, son la leche!!!

En fin, resumiendo, que al final las niñas buenas -cuando nos ponemos- somos las más rebeldes y muchas veces a las que peor miran.

Marta

MEL dijo...

Marta, no me eches un mal de ojo, que era broma!!

Tener o conseguir al final la capacidad de ser "buena" pero ponerle límite, es verdaderamente admirable y al que no le guste que se haga un piercing en la campanilla.

BACCI dijo...

Si quieres la verdad, pregúntale a Bacci, ese parecía ser el esquema a seguir, tal vez porque siempre me ha costado mucho disimular y no he dicho una cosa por otra. ¿He cambiado?? En lo básico no, no se "hacer el papelito " con alguien q no me cae bien pero creo q ya no pongo la cara de "no me caes bien"
¿sirve como evolución????

A parte de eso creo que conforme crecemos vamos perdiendo la timidez e inseguridad de la adolescencia y ganamos en aplomo. Me sigue costando meter bronca a alguien

Anónimo dijo...

Tranquila Mel, soy un poco más mala de lo que "aparentaba" a los 17 años pero lo de poner velas negras como que todavía no he llegado jajajaj...

Marta

MEL dijo...

Y yo dándote ideas, Marta... porquénocerraréelpicocuandohacefalta!!!