ALUNIZADA -que en Tetum no tengo ni idea de cómo se escribe-

Tener vida social se está convirtiendo en una lucha contra los elementos en mi mundo.






A priori, la razón más lógica para que mi actividad social se haya visto notablemente mermada en los últimos meses obedecería, principalmente, a mi nuevo trabajo, un puesto mucho más exigente y con un horario amplio –vamos, sin horario- que me obliga a estar despejada a las 8 de la mañana como nunca antes lo había estado. Claro, obviamente esto dificulta infinitamente trasnochar, y la mayoría de los eventos a los que me invitan tienen lugar por la noche.

Aún así, como me gusta más una fiesta/concierto/cena/copas… que a un tonto un lápiz, y tengo la suerte de que P. sea aún peor que yo, lo cierto es que me sobrepongo y salgo igual… algo menos, tal vez, pero las mismas veces.

Pero es que el último gran acontecimiento al que fui invitada me hizo tropezar con un handicap todavía más alucinante. Y claro, es que así no se puede, coño, que una le pone voluntad, se atiborra de cafeína a fin de vivir la noche intensamente, se planta unos tacones imposibles de 15 centímetros y el broche que Jaime Llamazares me regaló sobre un vestidito de Pepa Karnero, y busca lanzarse a la noche como los vampiros… pero es que contra la diplomacia de Timor Leste no se puede luchar, querid@s.

Vale, ya, que no entendéis de qué demonios os estoy hablando. Pero yo os lo explico, veréis.

Mi amiga María Piedrahita es, desde ya mismo, la más elegante, divertida y loca directora de hotel que podáis conocer. Eso, además de una de las mejores compañías posibles para una fiesta.




El caso es que el pasado jueves por la noche inauguraba oficialmente el que desde ahora será su feudo profesional, el Hotel Moon, en Cuatro Caminos, un sitio original y moderno de esos que te llaman desde su cafetería de diseño y sus habitaciones alegres para pasar un fin de semana agradable con tu pareja. Si tenéis pensado visitar Coruña en los próximos días/meses/años, es una opción estupenda para dormir en un barrio céntrico y en una cama cómoda, elegante y moderna por un precio que no afectará a vuestro presupuesto en crisis.

Total, que María, como buena amiga que es, me llamó y me invitó a la inauguración. “A las 20.30 en la cafetería del hotel”, me dijo… y ese era nuestro plan…




Ese era nuestro plan, pero la malvada delegación diplomática de Timor Leste se interpuso en nuestro camino. Resulta que la UDC (o lo que es lo mismo, la Universidad de A Coruña) estaba celebrando unas jornadas sobre cooperación internacional con los diplomáticos y embajadores de Timor Leste como grandes protagonistas, y aún no sé muy bien cómo ni por qué, a P. le tocó grabar un seguimiento completo del tema.




Total, que el pasado jueves estaba yo medio amodorrada en el sofá, a eso de las 18:30, haciéndome a la idea de que tenía que arreglarme para la fiesta y descansando de una jornada maratoniana de gabinete, cuando recibo una llamada de P., a quien esperaba sobre las 19:00.

“Hola, ¿qué haces?”
“Pues nada, estoy aquí en el sofá, que acabo de llegar”.
“¿No estás liada?”
“No, que va”
“Pues podías bajar aquí al Paseo Marítimo, que estoy con la redactora esta que me han puesto, y entre que yo no hablo inglés y ella parece que tampoco, pues a ver si contigo…”




Total, que con mi apabullante dominio del Tetum (idioma de Timor Oriental, o Timor Leste), me planto yo allí dispuesta a trabajar como translator, y me encuentro con que yo hablo inglés regular… pero la redactora en cuestión aún lo habla peor, y lo que es aún más terrible… no habla nada más. Ni italiano, ni portugués (lengua co-oficial en Timor), ni nada de nada.

Y allí estábamos P. y yo, “desesperaítos perdíos”, tratando de comprender qué era lo que aquella mujer bajita y morena quería grabar para su reportaje… y cuando, ya a las 20:00, dábamos por terminada la sesión, va la tía y nos suelta en su inglés –que era de todo menos inglés- que quería hacer unas entrevistas a los ponentes en el hotel…

Así que le envié un mensaje a Pi (así llamamos todos a María), para advertirle que mi retraso no era por problemas con la sombra de ojos, sino por problemas idiomáticos, ya que la muchacha quería entrevistas a una ponente alemana que no entendía Tetum (coño, si es que yo creo que eso no lo entiende nadie), pero que tampoco entendía el inglés de nuestra querida redactora, así que volví a ejercer de trasnlator y, de paso, de guía de shopping coruñesa, porque la Ministra de Solidaridad (que sí, que existe) quería comprarse algo de ropa y necesitaba encontrar urgentemente –a las 20:30 horas de un jueves de octubre, manda huevos- un Zara abierto. Amancio, no sabes los estragos que originaste en el equipaje de esa delegación diplomática… pero esa es otra historia.




El caso es que eran ya casi las 22:00 cuando P. y yo aterrizamos en el Moon… aunque quizás debería decir “alunizamos”, porque la decoración de la fiesta combinaba perfectamente con el nombre del hotel. Habitaciones coquetas con imágenes lunares como decoración, una cafetería en la que servirán todo tipo de comidas sanas y curiosas, videos montados a modo de carta de presentación, que, bajo el título "moonadas" describían el día a día del hotel en clave de humor... todo pensado para que te sientas en un lugar chic y diferente sin que tu bolsillo se sienta aterido y moribundo.




Y, ya con un ribeiro frío en la mano, pudimos disfrutar de la compañía de amigos y conocidos –algunos a los que no veíamos hacía mucho, y que siempre es una alegría reencontrar-, a los que evidentemente no nos molestamos en tratar de explicar nuestro retraso, porque sería más creíble decir que nos estábamos montando un trío con Brad Pitt, y de paso pasear por el hotel, para terminar concluyendo que:



1.- Necesitamos urgentemente una escapada relajante, y la verdad es que Lisboa se me perfila como el destino ideal.

2.- Necesitamos, consecuentemente, que el Lisboa abran una delegación del Moon, porque la última vez que estuvimos allí dormimos en una pensión que daba miedo, y casi nos costó lo mismo que lo que vale una habitación doble con desayuno buffet en este hotel moderno y coqueto.

3.- Tengo unas amigas muuuuuuy pacientes, que no sólo fueron capaces de esperarnos hasta las tropotocientas mil, sino que además se tomaron unos vinos con nosotros.

4.- El hotel Moon –desde ya para mi “el hotel de la Pi”, estará rebosante de parejas jóvenes en breve… lo auguro.

5.- Si mi vida social ha sido capaz de superar los escollos en Tetum, podrá con todo.



SUENA EN MI I-POD: “Since I don´t have you”, de los míticos Guns & Roses, un tema genial del no menos genial “Spaghetti Incident”… Por favor, echad un vistazo al video porque no tiene desperdicio… esos pelos, esa estética… para que luego digan que con los años empeoramos, madre mia de mi vida.