LÁGRIMAS DE COCODRILO

La gente opina de mí que soy fría.


No “fría como un témpano”, en plan “esta tía no tiene sentimientos”, sino más bien en plan “esta se repone en 5 minutos, no llora, ni padece”. Digamos que quizás lo correcto sería decir que me ven “dura”.

El caso es que, en realidad, tienen motivos. Soy, más que dura, orgullosa. Y entiendo el orgullo de un modo extremadamente particular. No me gusta que se me vea abatida, o vencida, o destrozada, o simplemente débil. Y, por supuesto, no lloro en público.

El tema de las lágrimas lo llevo fatal. No es que no me guste llorar en público –que también-; es sencillamente que no puedo. No me sale. No lloro en el cine si voy acompañada, ni lloro en las bodas (bueno, vale, lloré en la de F. y D., una entre cien). Ni si quiera lloré en el funeral de mi madre, y eso que estaba rota de dolor. No me salía. Yo, cuando hay público, no reacciono. Llamadlo miedo escénico, si queréis.

Y es extremadamente curioso mi caso, porque provengo de una familia excepcionalmente emotiva, y he heredado de ambos progenitores una tendencia innata al drama, al tiempo que una facilidad inusitada para verme desbordada por mis propios sentimientos. Todo me afecta de una forma profunda, interna, catárquica. Y cuando digo todo es todo, todo.





Me afectan los sentimientos de los demás. No soporto ver sufrir a nadie, aunque sea una mala persona… y ni te cuento si el que lo pasa mal es alguien a quien aprecio. Me preocupa sobremanera el estado de salud de mi familia, ver felices a los míos… y a los no míos también. Y mi paranoia en este terreno llega a tal extremo que me afligen profundamente, por ejemplo, las noticias sobre catástrofes.

Recuerdo que, cuando era niña, un tifón o una tormenta tropical, o algo así, asoló algún país sudamericano. Yo era muy, muy pequeña. Estaba en mis primeros años de colegio, y, al llegar a casa, comía con m hermana. Aquel día, no sé por qué, en la televisión teníamos sintonizado el telediario de la primera. Y de repente la vi. En la pantalla, una niña pequeña, de mi edad, se moría atrapada entre dos vigas, sepultada por hectolitros de agua putrefacta. No recuerdo su nombre, ni el nombre del país, ni qué fue lo que pasó exactamente, pero podría dibujar con asombrosa precisión el rostro de aquella niña.

Sin previo aviso, rompí a llorar. Cuando mi madre llegó del despacho alucinó en colores al verme tan hecha polvo, y cuando le conté que no podía soportar ver sufrir así a aquella niña, ella también lloró. “Has salido a mi, hija, asúmelo”, me dijo. Y tenía razón.

Los sentimientos –personales, o adquiridos por empatía- me desbordan con mucha facilidad. Lloro con el final de “Entre Fantasmas”, y cuando El Almendro vuelve a casa por Navidad. Lloro con el anuncio de la lotería; con los reencuentros de los diarios varios, aunque sean amañados; lloro con los libros, y lloro mucho, mucho, pero muchísimo con la música. Hay temas que me ponen el corazón la garganta con una facilidad pasmosa, de verdad.

Resulto tan excesiva, que he llegado a llorar porque creo que alguien se siente mal. No porque lo sepa, sencillamente porque lo creo.

Por no hablar de los llantos “sentimentales positivos”.

Yo no necesito un motivo triste para llorar… en realidad, no necesito ningún motivo. Hay días que quiero llorar, y punto. Me lo pide el cuerpo. Es como si de repente me hiciese dolorosamente consciente de las muchas e increíbles cosas que me pasan: tengo amigos, familia, gente que me quiere, un trabajo, un techo, comida y lujos varios.. Y estos pensamientos me asaltan de repente, sin previo aviso, completamente a traición. En esos momentos, siento que las sensaciones me desbordan. Noto el suelo al caminar, el tacto de las llaves en las yemas de mis dedos, el aire en la cara… todo se multiplica inexplicable y exponencialmente, y directamente me desbordo, como cuando no cierras a tiempo el grifo. En esos momentos necesito llorar.




Normalmente me siento tranquilamente en el sofá, con música –alegre, si puede ser-, o con la tele encendida, y lloro. Lloro sin aspavientos, sin grandes dramas, sencillamente dejo que me caigan las lágrimas. Y las disfruto mucho, como un bálsamo, así solita, tranquila… luego me levanto, me lavo la cara, y ale, lista para la batalla de nuevo.

Mi madre, mi hermana, mi hermano, mi padre… todos somos así en mi familia. Gente dura por fuera y blandita por dentro que eleva los sentimientos a potencias astronómicas, y claro, al final necesitamos desahogar… pero todos lloramos en privado –bueno, mi hermana menos, que era más llorica, jajaja-. Lloramos sin motivo alguno, pero con una tranquilidad pasmosa, siempre que no nos sintamos observados.

Esto, aunque pueda parecer maravillosamente romántico, es un asco del quince, porque imposibilita las lágrimas de cocodrilo, un recurso de chantaje emocional que me encantaría dominar pero del que soy completamente incapaz. No puedo llorar cuando quiero… ¿cómo voy a poder, si ni si quiera puedo llorar cuando debo? Yo sólo lloro cuando lo necesito, y si no me ve nadie mejor.



Curiosamente, ante el dolor extremo y personal –perder a un ser querido, romper con un amor intenso, una traición sin parangón- mi defensa consiste en reírme. Siempre he sido fan del humor, creo que es la mejor de las curas para cualquier daño, y una buna carcajada soluciona casi todos los problemas… y si no los arregla, al menos los atenúa. Así que cuando he sentido un dolor horrible, he llorado un poquito en privado –o con alguien de mucha confianza-, y luego he salido al mundo con la mejor de mis sonrisas, a comerme el planeta.

A mi me encantaría poder llorar para ablandar el corazón de la gente, pero no me sale. No me sale, y punto. No hay más que hablar. Yo, si lloro delante de alguien, es porque de verdad lo siento, lo necesito, y es tan fuerte que no he conseguido pararlo, pese a mi pudor atávico al llanto público.

Quizás por eso me maravillan esas personas que lloran sin reparo alguno en cualquier lugar: un restaurante, un cine, la Calle Real… lloran con aspavientos y con grititos, y con hipos, y a mi me dejan alucinada… y me dan envidia al mismo tiempo. Me encantaría poder hacer eso… o a lo peor, no, porque si empezase a llorar en público quizás perdería esa aura de tía dura, curtida y cosmopolita que se me atribuye…vale, parezco fría, pero puedo ser muy cálida… también en privado, claro.



HOY EN CORUÑA: Hoy es el momento. Si os acercáis hasta la Nueva Herboristería de Ely os invitamos a una copa de cava como la que nos estaremos bebiendo ella y yo, y Pinkocha y Noa si se animan. Está en la Avenida de Arteixo, en el tramo final, y es preciosa y chic.


SUENA EN MI I-POD:Como un lobo”, de Miguel Bose, un duo maravilloso con su sobrina Bimba del disco recopilatorio “Papito”. No viene al caso pero este tema me chifla y me he acordado de la última vez que lo pasé bomba un sábado, el del cumpleaños de C.P., bailando este tema con mis amigos como una loca en La Fundación. Qué noche tan divertida.

54 comentarios:

Unknown dijo...

Llorar, pues yo al revés, he llorado(y que no entere nadie) con una peli de van dam muy fuerte lo mio, pero para mi lo peor lo peor de todo es mi padre, si estoy mal pero no quiero que se entere..hablo con el por teléfono y en cuanto me dice hola... ya está es un click y alaa el rio y la verdad ya tengo una edad que hay veces que tendría que llorar sola como tu en el sofá tranquilamente....
Bueno esto no será que está plof no?
Arriba nena!!

Antia dijo...

Hola!
Te entiendo perfectamente Maria, a mime pasa lo mismo, lo peor es el nudo que se te pone cuando quieres llorar y no puedes y sabes que si lloraras te sentirias mucho mejor pero....eso no lo decides tu!!

Antia

Anónimo dijo...

yo creo q eso de llorar por todo pasa cuando eres consciente de lo que tienes y de lo que podrias tener (bueno o malo)
a mi me pasa, no lloro, pero me quedo hasta sin aire, cuando veo ancianitos solos por la calle, o a gente en silla de ruedas, si es a niños enfermos ni te cuento... no se a ciencia cierta que son infelices, pero yo lo creo y con eso me basta... no soporto ver a gente infeliz, me aturde tanto que me siento mal por tener lo que tengo.
eso si, estoy en lista para dar clases en aulas hospitalarias... precisamente esa facilidad pàra entender el dolor ajeno me hace ser buena consejera y compañera de fatigas... pq no me hundo, me enrabieto y tiro palante con mas gana aun.
eso si, llorar... poco, soy la reina del puchero pero lagrimas de cocodrilo no me salen tampoco :-)
un beso... llorona! jeje

Ely dijo...

Tranquila, yo lloro por todos, ya lo he contado en el blog, lloro con los castings de OT, en el entierro de lola flores, en la boda de lolita (aqui de risa), y lloraré hoy por saber que puedo contar con vosotras.. . jo... tontas...

Anónimo dijo...

Yo lloro muuuuuuuuuuuuuuuuuuuy poquito, pero cuando me lanzo, soy como un grifo.
Pero eso no significa que no sienta ni padezca, que va...
Ely, no llores, te queremos

MEL dijo...

Pues yo más!!

Creo que tengo más líquido en mi cuerpo que agua en el mar, de todos los tipos, joder, sangro por la nariz megamogollón, micciono a lo bestia y lloro... diosmío lo que puedo llorar, ostias, pero si lloro hasta con el Canal Real Madrid, y eso que lo tengo codificado!!

Soy empática total, una mierda, vaya.

Hoy TODAS SOMOS ELY!! CHINCHIN!

Anónimo dijo...

A mi también me acusan de fría y calculadora. Y eso que yo odio llorar en público, pero en ocasiones no he podido evitarlo y ¡me da una rabia!

Pero creo que tengo excesiva empatía con todo el mundo y eso hace que sienta lo que sienten todos, aunque la persona en cuestión no me importe. Incluso las malas personas o las que me han hecho daño me acaban dando pena, si les doy tiempo.

Y esa niña de la que te acuerdas, creo que se llamaba Omaira. Lloré tanto por ella. Mi mente aún infantil no concebía que en la modernidad en la que vivíamos nadie pudiese hacer nada por salvarla. Fue muy duro.

Felicidades de nuevo por el blog, María.

Susana

Perla N. dijo...

Me acuerdo perfectamente de aquella niña, se llamaba Omayra. Creo que impactó a toda una generación porque mi hermana (que es 1 año mayor que yo, o sea 2 más que tú) también recuerda su nombre y la historia con claridad.

Yo soy de poco llorar pero puedo hacerlo en público cuando se trata, por ejemplo, de la muerte de un familiar. Y mis lágrimas también son como las tuyas: caen como un río, serenas, sin hipos ni histerismos.

Esto no quiere decir que no sienta ni padezca, que yo soy muy pero que muy sensible.... pero no se lo digáis a nadie.

Hoy cenaré con cava en honor a Ely. Salud!!

Cruela DeVal dijo...

POs yo sí me acuerdo el terremoto en Perú y de esa niña medio hundida en la barro a quien intentaban salvar desesperadamente y que hablaba con las cámaras que la apuntaban... y se murió... fue horrible después de varios días no pudieron hacer nada por ella... esta vez sí que me emocioné porque soy como tu no llora JAMAS en público y muy poco en privado, es más no sé cuando fue la última vez que lloré... cuando lloré es de impotencia eso sí...
Tengo fama de ser una persona dura, como a prueba de bombas a quien nada afecta y es porque no me permito nunca enseñar mis debilidades quizá por temor a que se aprovechen de ellas...
Lloré por un amor perdido hasta acabar con mi reserva y lloré por dejar a alguien pero poco más... las penas me las como yo solita y sí estoy triste me aislo y no hablo pero no lloro... me gustaría desahoga...
De todas formas supongo que cada uno se emociona a sus maneras o lo hago en silencio... y en privado....
Me gusta saber que la última vez que lloraste fue por mi post y me encanta que te haya inspirado este post tuyo
Ojalá pueda ir a la inauguración
besos

Cruela DeVal dijo...

Perla
Era Omaira... yo iba a decir Omaita
jajj pobrecita
Besos

Anónimo dijo...

Omaira Sanchez. El volcan Nevado del Ruiz creo que erupciono. Esto paso en Colombia.

Perla N. dijo...

Cruela aquello fue la muerte en directo...yo luego dicen de la televisión de ahora!!

Ely dijo...

pero vamos a ver... como que Perla es mas joven que maría? pero esto que es???? mel... te haces mayor al lado de nosotras, las polluelas

Ely dijo...

13? FUS FUS

Cruela DeVal dijo...

Ely

Discrepo pero creo que la más mayor soy yo... 41 camino de y dos alguien da más

Sí es cierto no era perú era Colombia, estaba en la facultad así que tuvo que ser en 88/89 joder casi veinte año
Ves cada vez más mayor me hago
Perla es muy joven quiza la más de todas
Ojalá pudiera inaugurar el herbolario con licor de hierbas
digo yo que es lo suyo ¿no?

Mrs. Knook dijo...

Jolín, pues a mi también me ven dura, pero me desbordan tan fácil los sentimientos que a veces noto que se me saltan las lágrimas (normalmente de frustación e injusticia) cuando estoy muy enfadad, o me atacan, lo que hace que todos mis argumentos pierdan peso, por muy perfectos que sean. Esto me suele pasar con mi familia, y menos mal, porque odio llorar en público, no me gustan las escenitas...

Y no te preocupes, yo también lloro con el final de entrefantasmas, y los reencuentros en la tele, y los libros... Pero procuro que los de alrededor no lo noten :)

MEL dijo...

Ay Cru, tú no eres mayor, que va, solo un poquito... pero no se te nota nada, eh? nonono

ELY, GUA-PI-TA, creo que te llevo 4 meses así que cierra el pico. Además, estoy tersisísisisima.
Perla será más joven, pero no tiene nuestra sapiencia, baaaaahhhhhhh

Esto Cru... perdona otra vez... entre los niños de Roma, la Omaita de Perú y el licor de hierbas me tienes muerta, quelosepas.

Perla N. dijo...

Gracias por el cumplido nenas, pero María es más joven que yo!!!! Soy reserva del 78.

Cruela DeVal dijo...

Maaaaadre

qué mayor que soy yo....
Pero bueno qué sabia también es mi único consuela y eso de que las niñas del patio del cole de mi E me echaron 28 y piensan que soy moderna....

Cruela DeVal dijo...

Coña es cierto que me paso
los niños de roma y la omaita de perú bebiendo licor de hierbas de la herboristería de ely... es como surrealista jajajajaj
estoy chocheando por culpa de la edad

Perla N. dijo...

Cruela retírate en la cumbre de tu éxito, como las grandes, jajajajaja.

Qué graciosas las amigas de tu E. si es que a moderna no te gana nadie!!

Oly dijo...

Yo soy llorona compulsiva, hasta cuando veo la entrega de algún premio por televisión, como por ejemplo los Oscar, me pongo a llorar como una magdalena, yo creo que ese es el motivo por el que nunca voy a recibir un premio.
Bss

Cruela DeVal dijo...

Perla
Y eso de que me tengo que retirar... a que me mosqueo y lo hago

Ely dijo...

A mi me encanta ir a por mi hija al cole, me dicen "eres su madre???" como incredulas...
Mel, me ha venido un serum parapielesmaduras de hauschka... no lo digo por ti, pero para tu abuela...

Perla N. dijo...

Cruela mía,

Cómo voy a querer que te retires???? Nos dejarías huérfanas....

Ya sabes que soy superfan tuya y que te adoro(boing boing boing)

Besossss

Estupenda ahora y siempre dijo...

Yo en cambio soy muy llorona y tengo que aguantarme para no llorar cuando algunas cosas me afectan. Lloro viendo películas tristes, viendo las cosas que pasan en el mundo, por rabia, por dolor, uf!

La muerte de la niña que comentas también me impactó mucho. Estuve tres años viviendo en Colombia y por cosas del trabajo visité la zona, recordar esas imágenes me puso los pelos de punta. Su tumba es la única que está marcada y te impresiona mucho. El pueblo se llamaba Armero y desapareció completamente bajo una montaña de lodo por culpa de la erupción del Nevado del Ruiz.

Besitos!

gijonfilmfestival.style dijo...

pues yo tengo la lágrima fácil y lo odio, porque puedo llegar a dar una imagen que no es real: en verdad soy bastante peleona, y no soporto a la gente que utiliza las lágrimas como chantaje psicológico (bueno, ni las lágrimas, ni nada).
maría, te leo siempre aunque casi nunca me anime a comentar, por eso de vez en cuando me recuerdo a mí misma que debo hacerlo para decirte lo que me gusta tu actitud ante la vida: bravo.
ah! y todas "tus chicas" (ely, cruela, perla negra, mel...) me encantan: nenas, sois divinas, jaja!
besos a todas.
ester.

Rakel dijo...

Ainsss, niña creeme, es mucho peor llorar por dentro y por fuera sin poder evitarlo!! Mira que me da rabia! pero hasta no hace demasiado se me saltaban las lágrimas a la mínima sin posibilidad alguna de esconderlo... se pasa fatal!!
Besos,

Naïf dijo...

No sabes cómo te entiendo, a mí me pasa exactamente lo mismo. Mis amigas me vieron llorar por primera vez cuando mis padres se separaron, hace cuatro años, pero en la intimidad soy un puñetero grifo: películas, anuncios, libros. Con "Amor, curiosidad, Prozac y dudas" lloro a mares cada vez que lo leo (y van ocho o nueve veces), pero también lloro de risa cada semana con el jueves. Qué coño, llorar (y reirse) es sano, ¿no?
Ah, preciosa la tienda de Ely, y preciosas vosotras. Sois un amor.
(Por cierto, ahora que veo lo del dúo de Miguel Bosé con Bimba... ¿Sabes que últimamente siempre que salgo me dicen que me parezco a ella? ¿Lo tomo como un piropo o me corto las venas?)

Cruela DeVal dijo...

Pinkocha
es un halago ciertamente,a mi bimba me parece monísisma, vamos que si fuese chico me pondría


besos

Naïf dijo...

Es que la primera vez que me lo dijeron fue en un bar gay, me dice un chico: "No me gustan las mujeres, pero tú me pones mogollón porque eres igualita a Bimba". Y yo en plan... "¿Que me está llamando, macholo?"

Coquito dijo...

me ha gustado muchisimo tu post... la verdad ultimamente voy super acelerada y determe para leer algo asi... me ha bajado un ratito de la nube que me lleva tan rapido por la vida.... YO? llorar.. pues no se supongo q soy como todo el mundo. odio que me vean llorar pero tambien es verdad que a veces conviene. Muacks

María dijo...

Ay, jajaja, Pinkocha, definitivamente es un halago, al menos yo lo veo así: elegante, andrógina, misteriosa... una modelo!!!

Unknown dijo...

Jajaja!me rio por lo de pinkocha...no te enfades!

Y llorar, la verdad es que no lloro mucho. Prefiero reirme, no por nada, pero normalmente lo hago hasta en situaciones donde no se puede hacer, como en el último concierto de navidad...Creo que muchas veces hacen la misma función.
Besos!

Naïf dijo...

Bueeeeno... Si he hecho reir aunque sea a una sola persona, mi día ya ha valido la pena.

Anónimo dijo...

Hola!!!

Yo soy super llorona, super sentimental, lloro por lo mio, lloro por lo ajeno, lloro de risa, de miedo......... y me da una rabia!!!!! porque a mi se me escapan las lágrimas en cualquier sitio...ahora, eso sí, siempre en silencio, no me salen hipos ni grititos, ni nada, simplemente las lágrimas resbalan solas

Sólo recuerdo una vez que no me dio rabia llorar en público y fue cuando "intercambiando opiniones" con un policia municipal que me puso una multa por doble fila, las lágrimas fluyeron como por arte de magia!!!! fue ponerme a llorar y quitarme la multa!!!!!

También me acuerdo de Omaira.

Por otra parte, Cruela, no te preocupes, soy de tu misma cosecha, pero que estamos estupendas!!!!

Besos

MEL dijo...

Cristina!!! que yo te echaba veintipocos tíatíatía!! qué alegría!! jajajajajja

Pinkocha... esto... JAJAJJAJAJAJAJJAJA joder, yo le suelto una ostia de la misma.

Ester, ya que "esas" no te dicen nada, BIENVENIDA!! pero otro día me aludes antes que a Perla, vale? es que todavía hay categorías.

ELY, no tengo abuela, pero sí madre!!! (perra!!) te debo mail, necesito suministros.

Habeis llorado alguna vez durmiendo? yo me he llegado a despertar llorando... a veces veo muertos.

Anónimo dijo...

Jajaja, Mel, normal que me eches veintipocos, es que es lo que aparento en cuerpo y alma!!!!

Llorar dormida no, como mucho que se caiga un poco la baba!!!! Jajajja

maba dijo...

a mí me pasa como a ti ...y me joroba muchísimo porque encima.. como no lloro, parece que no necesito ser consolada....y, sí, lo necesito igual o más que alguien que esté a todo hipar!!!

besos

Cruela DeVal dijo...

Mamba

Eso es verdad parece que a mí nunca me pasa nada, y por lo tanto tampoco necesito consuelo... aunque la verdad que es mi culpa, al no enseñar que va mal rechazo cualquier muestra de apoyo...
en fin
Besos

Anónimo dijo...

Yo lloro viendo una peli y también lloro cuando veo sufrir a alguien sobre todo a un niño, pero nunca lloro porque sí. No me sale, no sé fingir el llanto, no puedo.... Y no me pasa desapercibido que es uno de los mejores recursos femeninos que existen. He tenido amigas que durante toda mi infancia y adolescencia conseguían un montón de cosas a base de lagrimas ¿Por qué yo no?

Perla N. dijo...

Ester, BIENVENIDA!! Tú haz caso a Mel y ponla siempre antes que a mí, ya sabes, la edad es un grado y las personas mayores merecen respeto.

Pinkocha lo de ser un clon de Bimba no está mal, ¿no has probado a explotarlo? Quizá consigas copas gratis.....

Mel, corazón, que yo lloro dormida más veces que despierta, ¿será el RH negativo?

Cru, tienes mensajito FB.

Ely dijo...

yo hoy voy a llorar por culpa de El Internado... verás tu...

Ely dijo...

ay ayer lloré... pobre Noa, está condenada a ser choni-choni, y no lo es para nada!!! Mi madre la llama "la miami" JAJAJAJAJAJAJA, porque la conoció en la vispera que Noa se iba a Miami, y ya le ha quedado

Perla N. dijo...

Ostras, la Miami, avisad a Cantizano!!!

Anónimo dijo...

Buf!. Niñas, definitivamente, YO soy la mayor. Voy de cabeza a los 45 (he pensado que, si lo digo mucho, me iré acostumbrando, pero cuesta).

A mí lo que me pasa es que con los años me he ido reblandeciendo. Antes no lloraba, ni en público ni en privado, ni por dolor ni por rabia ni por ternura ni por nada. Una chica fuerte, decía todo el mundo.

Ahora soy un moco con patas. Lloro por las cosas más peregrinas, y a veces, mientras lloro, no puedo evitar reírme de mí misma, porque me encuentro ridícula.

He llorado al ver llorar a mi sobrina de meses, con el consiguiente cachondeo de toda mi familia... lloro cundo mi chico me llama "pequeña", cuando no me llama, y lloro al acordarme de Omayra; en su momento lo que sentí fue una rabia inmensa y mucho dolor, pero no lloré.

O sea, que definitivamente, la edad te reblandece el culo y el corazón a partes iguales.
Vaya vejez que me espera: voy a ser la anciana más moñas de la residencia.

María, eres como un refresco: dulce, picante, burbujeante... Gracias!

Ely dijo...

"O sea, que definitivamente, la edad te reblandece el culo y el corazón a partes iguales." JAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJA

María dijo...

jo, Hanna, nadie me había descrito así... me encanta!!!!

Anónimo dijo...

Es un placer leerte, María, de veras, me refrescas el día.
Nos veremos por aquí; no había escrito, pero lo haré desde ahora, si me lo permites.
Arrivederte!

Anónimo dijo...

Parece que me has descrito. A mí me pasa igual...no sé si seré orgullosa, pero soy incapaz de mostrarme "débil" en público. Tengo una amiga que dice que soy "hermética" que mirándome a la cara no sabe si estoy triste...

Yo he perdido a mi padre. Y en su funeral fui incapaz de derramar una lágrima. La gente me decía que estaba muy entera...pero en realidad sentía un dolor tan grande que no podía reaccionar.
Ni mi madre, ni mi hermano ni yo hemos llorado juntos...Sí lo hemos hecho solos.

En cambio, desde que nació mi hija me emociono con cualquier noticia que tenga que ver con niños. Vi un documental sobre un bebé que moría en un hospital de Irak por falta de recursos y mi pareja pensó que me iba a dar algo de la llorera....

Me ha gustado el post, porque me he sentido identificada...yo digo que escondo y protejo mis sentimientos en un duro caparazón.

Anónimo dijo...

Ely, perla jajajajajjajaaajjajajaajajajajajjaj

Lol dijo...

Qué gusto da leerte, leñe.

Te acompaño en el sentimiento, pero vamos, q ya lloro por ti.

Anónimo dijo...

Celia, no sabes como te entiendo, salvo que a mi en la cara se me nota todo, pero, yo débil??? nuuuunca!!!

Marta

Iris Riesgo dijo...

Yo también soy bastante dura y me tachan también de pasota, pero es que a mí las cosas, o me importan o me dan igual! Besos