YVES SAINT LAURENT Y YO

Que la moda me encanta no es ningún secreto. Soy asidua consumidora de trapitos varios y diferentes modelitos. Por eso cuando me llegó la nota de prensa anunciando la presentación de Coruña de la exposición sobre la obra de Yves Saint Laurent, casi me da un pasmo.

La muestra la acercaba a mis manos la Fundación Caixa Galicia, y puede verse en su edificio central, en el Cantón Grande, hasta el próximo 29 de abril. Una selección de los 47 modelos más impactantes del maestro, cedidos por la Fundación Pierre Bergé. Todo un lujo para los sentidos.

La inauguración oficial fue el pasado miércoles por la noche, pero otros compromisos impidieron que P. y yo pudiésemos acudir. Por eso el jueves, a primera hora, llamé a Luis, del Gabinete de Comunicación de la Fundación.

-“Luis, soy María”

-“Hola nena, dime”

-“Verás, es que ayer, como ya habrás comprobado, nos fue imposible asistir a la inauguración de la exposición de Yves Saint Laurent, pero me gustaría colgar un post en el blog, y me preguntaba si podríamos pasar esta tarde para que P. sacase una cuantas fotos”.

-“Claro, no hay problema. Sólo os pido que restrinjáis el uso del flash en la medida de lo posible, porque se trata de auténticas joyas, que necesitan unas condiciones de conservación determinadas, y se dañan fácilmente”.

-“No te preocupes, le preguntaré a P. si puede llevar el trípode. Así puede dejar más tiempo de exposición y no le hará falta el flash”.

-“Ah, pues perfecto. ¿A qué hora les digo que vais a pasar? Para entrar ya sabéis que no hay problema, pero lo digo por la cámara.”

-“Pues si te parece bien, sobre las 6”.

-“Muy bien, pues ya los aviso”.

Imaginaos… son obras de arte… delicadas como cuadros de Goya… cuidado con el flash… mi emoción crecía por momentos.

A las 18.00, después de haber comido con una amigas que hacía mucho que no veía y de tomar un café con mi hermano, quedé con P. en la puerta de la Fundación. Justo cuando íbamos a entrar nos encontramos con D., que estaba esperando a F. Ellos también habían quedado para ver la exposición. Y mientras cargábamos los bártulos para entrar, aparecieron Y. y R. Vamos, que tuvimos nuestra pequeña inauguración en familia. Allí había más gente que el metro en hora punta.



Aún así pudimos ver la exposición con total tranquilidad. Pasear entre trajes cuyos precios astronómicos me resultan completamente irreales, y cuya majestuosidad es completamente inapelable.



La muestra trata de desentrañar la relación del modisto con el arte, a través de la indiscutible influencia de diferentes pintores y escultores en sus diseños. Una eterna diatriba, la de la moda y el arte como comunión.

Lo cierto es que a mi no me quedó duda alguna: los diseños de Saint Laurent son arte en estado puro. El gran maestro de la aguja es sin duda todo un visionario.

Allí estaban el famoso vestido de cocktail inspirado en Mondrian, del que tengo en mi poder una réplica que casi todo el mundo conoce, sacada de Blanco, y que sigue siendo uno de mis vestidos favoritos.

Y muy cerca de él, uno de los diseños que más me impactó: un traje de noche creado en colaboración con Claude Lalanne, fabricado en cretón negro, con una capa en forma de capucha –no me digáis que no era un visionario. Estamos hablando del año 1969-. Pero lo mejor del vestido era ese corsé de bronce pegado a la cintura, en el que se dejaban entrever los músculos de la zona, e incluso el ombligo. Aunque el maniquí no lo lucía, el vestido se completaba con un collarín de bronce a juego. Tanto D. como yo convenimos que se trataba del modelo perfecto para lucirlo en su boda. Lástima que no esté en venta… y que aunque lo estuviese no pudiese pagarlo ni empeñando la casa que no tengo. En fin.

Llamaron mi atención las visionarias maniquíes ataviadas como Venus de la fertilidad, creaciones anteriores a 1970, y la curiosa reinvención que Saint Laurent hizo del clásico vestido de fiesta corte “princesita Barbie” al añadirle joyas superlativas y faldas en tejidos magníficos y coloridos inesperados, inspiradas en los cuadros de Matisse o Picasso.



Inexplicablemente atractivos sus diseños de cocktail de inspiración pop-art, del primero al último, incluído el pichi negro con esos labios rojos en el escote –quiero uno pero a la voz de ya- y el vestido de noche que plasma la obra de Tom Wesselmann en forma de silueta rosada. Sencillamente impagable.




Si dejamos concesión al cotilleo más vil, reconoceré que me paré a mirar y remirar el vestido alado de novia que en el año 1988 paseó la otrora modelo Carla Bruni, actual señora Sarkozy, en la pasarela de Paris. Un derroche de imaginación y fantasía.




Y en el lado contrario, unas indescriptibles chaquetas estilo remordimiento supuestamente sacadas de los girasoles de Van-Gogh que a mi, personalmente, me repelieron el hígado, y una colección de 1977 inspirada en nuestro patrio Goya que simplemente me resultó excesiva, manida y algo “Galiana” (aunque debería ser al revés, claro, porque sería Galliano el que se inspirase en Saint Laurent y no al contrario).




Salí de la Fundación más de una hora y media después, con la extraña sensación de ir fatal vestida –y eso que ese día iba especialmente mona, que para eso tenía planes de lo más fashion- y con la necesidad imperiosa de recuperar mi copia del Mondrian ya mismo. Definitivamente, quiero vivir de cerca la alta costura.

EDITADO Para agradecer a Silvia (por el premio Di que Este no Es un Mal Blog) y a Evamar por su nominación para el premio Blog Calidez. Se trata de premiar a los blogs que consideres cálidos, agradablers y cercanos, así que me hace especial ilusión, sobre todo por la fama de borde que tengo entre mis amigos y conocidos (todo habladurías, jejejeje).

Y como hace mucho que no nomino a nadie, esta vez sí voy a señalar aquellos blogs que me resultan cálidos, cercanos y familiares.

Y mis nominados son:

Frutti di Mari: por su ternura, su delicadeza, su cercanía y su puntito ácido.

Rub y Cundo: Por su sinceridad, su fuerza y esa sensación familiar que desprende.

Mis Acuerdos y Desacuerdos: Por su forma de hacer que las pequeñas cosas sean grandes historias.

Dolcce Vita: Porque no hay mayor calor que el de la familia.

La Paranoias de Mala: Porque es como una hermanita a la que adoras.

Y los fotologs de Maryfandys, Aprentado o Botón y Annie Hall I Presume, porque son mi gente.

Gracias!!!